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Sin grandes estrellas, así será la ceremonia de investidura de Trump

Celine Dion, Garth Brooks, The Rolling Stones, Kanye West y el tenor italiano Andrea Bocelli, entre los que se negaron a cantar. Jackie Evancho, una soprano de 16 años, la encargada de cubrir las ausencias. Gran dispositivo de seguridad.

16 de enero de 2017 Por: Redacción de El País y AFP

Celine Dion, Garth Brooks, The Rolling Stones, Kanye West y el tenor italiano Andrea Bocelli, entre los que se negaron a cantar. Jackie Evancho, una soprano de 16 años, la encargada de cubrir las ausencias. Gran dispositivo de seguridad.

El Presidente electo de los Estados Unidos ha recibido desplantes por doquier en las últimas semanas. Elton John fue el primer artista en negarse a cantar durante la ceremonia de investidura del polémico Donald Trump. Lo mismo hicieron Celine Dion, Garth Brooks, The Rolling Stones,  Kanye West y el tenor italiano  Andrea Bocelli. Lea también: Donald Trump asusta al mundo, ¿se cumplirán sus amenazas?

  Ante el desalentador panorama, a Stephanie Winston Wolkoff, organizadora del evento que se cumplirá este 20 de enero, no le quedó más que hacerse con un listado que no cuenta con nombres de relumbrón.  

  A diferencia del 2013, en la reelección de Barack Obama, cuando la interpretación del himno de ese país estuvo a cargo de Beyonce y los bailes oficiales fueron celebrados al ritmo de  Kelly Clarkson, James Taylor, Alicia Keys, Marc Anthony y la estrella del country Brad Paisley, en esta ocasión es Jackie Evancho, una soprano de 16 años, la que tendrá que cubrir la ausencia de las grandes estrellas. 

 La encargada de interpretar el himno nacional ganó popularidad en la quinta temporada del concurso televisivo ‘America’s Got Talent’ con el aria de Puccini ‘O mio babbino caro’ sorprendiendo a los jueces con su potente voz a pesar de solo tener 10 años de edad.

 Ante la polémica, Tom Barrack, presidente del comité de toma de posesión del presidente electo, le salió al paso a los críticos y   dijo que la ceremonia en Washington tendría “cadencia poética”, más que una coronación “circense”. 

Cuando se le preguntó si su equipo confiaba en atraer a suficientes artistas al evento del 20 de enero, Barrack dijo que estaba “desbordado”. 

 “Somos afortunados de tener la mayor celebridad en el mundo, que es el presidente electo, y junto a él el actual presidente...”, dijo a la prensa en la Torre Trump.

“Así que lo que hemos hecho en lugar de intentar rodearle con lo que la gente considera celebridades, es rodearle con la suave sensualidad del lugar”, señaló. 

Y agregó: “Es una cadencia mucho más poética que tener la fiesta circense que implica una coronación”.

Tras las declaraciones, los memes se hicieron virales bajo el hashtag #softsensuality, como una foto de un Trump más joven que descansa en bata de baño; vergonzosos videos bailables de los 80 y varios montajes del magnate y del presidente ruso Vladimir Putin en poses comprometedoras. 

Sin embargo, como decía Freddie Mercury, “la fiesta debe continuar”. Por eso, la lista de asistencia al evento la encabezan Las Radio City Rockettesm, una reconocida compañía de baile de precisión. Sin embargo, ellas tampoco son ajenas a la polémica.  Algunas de las 36 artistas del grupo han mostrado su malestar en las redes sociales por considerar que Trump como persona no les representa. 

Asimismo, a la ceremonia asistirán el Coro del Tabernáculo Mormón, un conjunto que representa y es patrocinado por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y considerado uno de los grupos corales más famosos de los Estados Unidos y del mundo.

La cuota country rock la pondrá el dúo Big & Rich (John Rich, Big Kenny), intérpretes de temas como ‘Save a Horse’ y ‘Horse of a Different Color’.

Finalmente, será Lee Greenwood quien pondrá a bailar a los asistentes al ritmo de ‘God Bless the U.S.A.’.

La seguridad

[[nid:609913;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2017/01/posesiontrump.jpg;full;{La seguridad estima una concentración de entre 700.000 y 900.000 personas, incluyendo allí al menos unos 99 grupos que planean realizar protestas. Foto: Elpais.com.co | AFP}]]

Tiradores solitarios, embestidas con camiones y drones con armas son algunos de los posibles riesgos considerados por las agencias estadounidenses de seguridad en su preparación para la ceremonia de investidura Donald Trump como nuevo presidente, el próximo viernes.

Aunque el país en general, y Washington en particular, están constantemente en alerta contra ataques de grupos como el Estado Islámico o Al Qaida, en los últimos años se verificaron acciones planificadas y realizadas por células internas.

"No tenemos informaciones de ninguna amenaza específica creíble" para la ceremonia, dijo el secretario de Seguridad Interna, Jeh Johnson, desde una oficina montada en Washington donde se coordinan casi 50 agencias y entidades gubernamentales de cara a la investidura.

Está prevista la movilización de unos 28.000 agentes, incluyendo el Servicio Secreto, la Guardia Nacional, el FBI (policía federal) y la policía regional, para garantizar la seguridad de la ceremonia, dijo Johnson.

El día arrancará con ofrendas florales en el Cementerio Nacional de Arlington, luego tendrá lugar el juramento del nuevo presidente, seguido por la caravana por el centro de Washington, una gala y, finalmente, una ceremonia religiosa en la Catedral. Varios de esos eventos serán al aire libre, en especial la ceremonia de juramento, donde en un espacio reducido estarán el nuevo presidente, el mandatario saliente y otros altos funcionarios.

Los techos de todos los edificios próximos estarán tomados por francotiradores, el FBI tendrá detectores de radiación, químicos y biológicos en toda la zona, y las autoridades estarán protegidas por gruesos vidrios antibala. La tradicional caravana desde el Capitolio a la Casa Blanca también presenta un enorme desafío logístico y de seguridad.

El presidente Jimmy Carter sorprendió a la nación (y a los agentes de seguridad) en 1977 al caminar todo el trayecto, de casi 2 kilómetros, después de jurar.

Desde entonces, la mayoría de los presidentes camina un pequeño trayecto, un gesto que representa un momento de extraordinaria tensión para los hombres y mujeres del Servicio Secreto, agencia responsable de la protección del presidente y su familia.

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