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Se estrecha el cerco contra los indocumentados en EE. UU.

Casi doce millones de ilegales que viven en ese país esperan reforma migratoria. Drama

4 de julio de 2010 Por: Isabel Morales, corresponsal de El País en Washington

Casi doce millones de ilegales que viven en ese país esperan reforma migratoria. Drama

Margarita salió hace diez años de Manizales para visitar a unos amigos en Dallas, Texas. Sólo estaría seis meses en Estados Unidos, pero en pocas semanas consiguió un trabajo en una pizzería, comenzó a ganar buen dinero, comparado con lo que se ganaba en Colombia como sicóloga, y entonces decidió quedarse.Su vida ha cambiando, ahora está divorciada y tiene una niña de cinco años, pero lo que continúa siendo igual es su situación ilegal, es indocumentada y tiene miedo de ser deportada. La aprobación de las últimas leyes antiinmigrantes le han puesto a pensar en su regreso a Colombia. “Realmente es muy difícil vivir en esta situación, como escondiéndose, antes no ponían tanto problema, pero ahora uno sabe que es mejor no manejar por determinadas partes de la ciudad”, dijo Margarita. “Se imaginan que me deporten, qué hago con mi hija, con quién la dejo, además ya llevo viviendo aquí tantos años, que regresar sería muy difícil”. Esa misma zozobra la sienten unos doce millones de indocumentados que hay en el país y que tienen que vivir en la ‘sombra’ por el miedo de ser deportados o perder la custodia de sus hijos, quienes sí son ciudadanos estadounidenses.Desde 1986, cuando hubo la última amnistía, millones de personas se legalizaron, pero desde ese momento no ha existido una ley que permita que más personas obtengan sus “papeles”. Por el contrario, muchos condados y pequeñas ciudades han creado leyes para criminalizar a los ilegales y para que la Policía actúe como agentes de inmigración. Desde hace por los menos unos cuatro años se aprobó en varios estados la Ley 287G, en la que los policías pueden actuar como agentes migratorios y pedir documentos y arrestar a quien no tenga papeles. Son por los menos 66 ciudades en el país que ejercen esta ley, y otras más que están pensando en adoptarla.Medidas contra indocumentadosTambién algunos estados han decidido no darle licencia de conducir a los indocumentados. Miles de ellos manejan todos los días con miedo a ser arrestados no sólo por la falta de licencia sino por no tener seguro del carro. Si un policía arresta a un indocumentado, lo más probable es que estos queden en custodia de inmigración y luego sean deportados. “Esto es muy horrible, salir y con tanto miedo, pero aun y así, no me quiero regresar a Colombia. Mis dos hijos aman este país y realmente yo no vería qué hacer allá”, dijo Adriana Giraldo, quien llegó a EE.UU. proveniente de Medellín hace once años y trabaja en labores de limpieza.Giraldo vive en Carolina del Sur, uno de los estados más conservadores del país, que también está considerando adoptar (la ley) SB 1070, la ley que hace un mes aprobó el estado de Arizona y que criminaliza a los indocumentados. “Sabemos que eso puede pasar, si es que no hay una reforma migratoria. Realmente en este momento lo que podemos hacer es comportarnos muy bien para que la Policía no nos pare, no manejar en la noche, no pasarse un semáforo en rojo, no generar sospecha de nada, es comportarse más bien que cualquiera”, dijo Giraldo, quien compró una casa hace ocho años.Rafael Prieto, de la organización America’s Voice, con sede en Washington, cree que son muchos los estados en el país que tienen tendencia antiinmigrante y que es muy probable que esta ley se repita. “Es muy peligrosa esa tendencia a nivel nacional, es algo sin precedentes”.“Realmente estas familias están viviendo un drama, es algo muy difícil para ellas, han sido cientos de niños los que se han dejado solos porque sus padres han sido deportados, eso es injusto”, dijo Prieto. La solución: una reforma migratoriaA pesar que organizaciones pro-inmigrantes se han unido en todo el país para marchar, protestar y hacer lobby en Washington para buscar una reforma migratoria, aún esos esfuerzos no han dado resultado. En cambio, las municipalidades continúan aprobando leyes que atemorizan a los indocumentados, porque según ellos “el gobierno no cumple con su tarea”. Es que el panorama para que se apruebe una reforma migratoria no se ve tan claro en el Capitolio, en noviembre son las elecciones a Senado y Cámara y, dicen los analistas, no se arriesgarán a apoyar un tema tan sensible en el país, donde podrían poner en juego su reelección.“Creo que aun así se ha avanzado mucho, que el tema de una reforma esté en la agenda, que muchas personas se han opuesto a leyes como la de Arizona, poco a poco se está llegando a lo que se quiere, pero hay que tener paciencia”, dijo Prieto.Pero esa paciencia no la tiene Giraldo, quien uno de sus hijos se graduará muy pronto de una tecnología, pero que no podrá tener trabajo ni tampoco seguir estudiando en la universidad porque es indocumentado. Son miles de colombianos los que viven en este país, unos llegaron hace más de 20 años por el hueco, o por otros medios, pero también están los más recientes, que llegaron con visas de turistas, y luego dejaron vencer, para sumarse a la fila de indocumentados. Algunos lograron casarse y obtuvieron sus documentos, otros a través de las universidades lograron visas de estudiantes y hay quienes han sido patrocinados por sus empleadores con visas o para la residencia legal, pero para los que están ilegales no cesa el drama del miedo, en un país que aunque ofrece dólares y trabajo, no les ofrece la libertad de salir a caminar sin el temor de ser arrestados por la policía, ser deportados, y dejar atrás todo lo obtenido con años de trabajo.

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