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Presidente de México defiende lucha antidrogas

El presidente Felipe Calderón hizo una larga defensa de su estrategia contra el crimen organizado, en medio de una escalada de violencia que en los últimos días ha dejado decenas de asesinados en algunos de los estados más afectados por el narcotráfico.

15 de junio de 2010 Por: Elpais.com.co | Agencia AP

El presidente Felipe Calderón hizo una larga defensa de su estrategia contra el crimen organizado, en medio de una escalada de violencia que en los últimos días ha dejado decenas de asesinados en algunos de los estados más afectados por el narcotráfico.

El presidente Felipe Calderón hizo una larga defensa de su estrategia contra el crimen organizado, en medio de una escalada de violencia que en los últimos días ha dejado decenas de asesinados en algunos de los estados más afectados por el narcotráfico.En un documento publicado el lunes en algunos de los principales diarios de México, el mandatario resumió la posición de su administración sobre las causas que provocaron el incremento de la violencia y por qué era importante lanzar una ofensiva directa contra el crimen organizado, pues de lo contrario "estaríamos muchísimo peor si no nos hubiéramos decidido a combatir a los criminales".Denominado 'La lucha por la seguridad pública', Calderón señaló que su lucha no es sólo contra el narcotráfico, sino por recuperar la seguridad de los mexicanos y garantizarles una convivencia ordenada.El presidente subrayó que buena parte del origen de la violencia se debe a la vecindad de México con Estados Unidos, tanto por ser el principal consumidor de drogas como por su falta de contención en la venta de armas, incluidas las de alto poder que llegan a caer en manos de los carteles mexicanos de las drogas."Es como si tuviéramos al lado a un vecino que es el mayor adicto del mundo, con el agravante de que todos quieren venderle droga a través de nuestra casa", señaló Calderón, quien apenas asumió el poder en diciembre del 2006 lanzó una ofensiva contra el crimen organizado y ordenó el despliegue inédito en las calles de miles de soldados para respaldar su estrategia ante la corrupción que había permeado a parte de las policías locales.El documento es divulgado apenas unos días después de que se registrara una de las semanas más violentas en lo que va de su administración: La noche del jueves fueron masacrados a tiros 19 internos de un centro de rehabilitación para drogadictos en el estado norteño de Chihuahua, y durante la mañana del viernes fueron asesinados 20 personas en cinco puntos distintos de una localidad de Tamaulipas, también en el norte.Calderón dijo reconocer que uno de los principales desafíos que enfrenta el país es el de la inseguridad. "En particular, las violentas 'ejecuciones' de las que se da cuenta cotidianamente generan una situación de intranquilidad en la población", señaló el mandatario.Desde que asumió el poder, las muertes atribuidas al crimen organizado han dejado más de 22.700 asesinados, aunque insiste que la gran mayoría eran personas vinculadas con la delincuencia y que muchas de las víctimas han muerto entre disputas de carteles rivales."La guerra más mortífera que existe es la que libran los criminales entre sí", dijo. Refirió que algunos de los conflictos son entre los carteles de los hermanos Beltrán Leyva con "La Familia" y Sinaloa; el del Golfo contra sus antiguos aliados Los Zetas y de estos contra La Familia.El mandatario señaló que hasta principios de la década de 1990, los carteles usaban el territorio sólo como tránsito para traficar droga hacia Estados Unidos, para lo cual asumían un perfil "bajo", aunque al paso de los años también comenzaron a distribuirla dentro de México y decidieron confrontar abiertamente a autoridades y rivales en busca de controlar territorios.A ello, dijo, se sumó la complicidad y corrupción de algunas autoridades. "La tendencia que estaban siguiendo las organizaciones criminales apuntaba hacia su propagación a todas las esferas de la vida nacional y a todos los rincones del país", añadió Calderón, para quien la opción era enfrentar a la criminalidad o quedarse cruzado de brazos.

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