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Las marchas organizadas por la oposición para protestar contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, que comenzaron con fuerza en mayo, se comenzaron a diluir tras las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente. Hoy son esporádicas. | Foto: Agencia EFE

VENEZUELA

¿Por qué se ha opacado la oposición en Venezuela?

La carencia de liderazgo, la inmadurez y la falta de visión ponen contra las cuerdas a opositores en su lucha contra el presidente Nicolás Maduro, sostienen analistas.

20 de agosto de 2017 Por: Juan Francisco Alonso / Corresponsal de El País en Venezuela

"Barco a la deriva que se hunde un poco cada día".  Estos versos de una canción que en los años 80 del siglo pasado sonaron en todas las radios venezolanas ilustran la situación en la que está la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la cual hace apenas 15 días parecía tener en jaque al gobierno de Nicolás Maduro con las multitudinarias protestas que desde principios de abril convocaba a diario, pero que hoy luce dividida y desconcertada ante los planes del chavismo de prolongar su estancia en el poder gracias a su cuestionada Constituyente.

La decisión de la “plenipotenciaria” instancia de adelantar a octubre las elecciones de gobernadores ha puesto de manifiesto las diferencias en la alianza y su falta de una estrategia para combatir a lo que ya en buena parte del continente se califica de “dictadura”.

“Mientras la MUD siga en esa ruta, Vente Venezuela no va a seguir siendo parte de esa coalición. La ruta escogida por la MUD es la rendición, le pedimos a los partidos políticos que rectifiquen”, soltó la exdiputada María Corina Machado, al anunciar su separación del bloque antichavista.

¿Pero qué ha pasado? ¿La oposición perdió la oportunidad para producir un cambio político? Expertos consultados por El País creen que hay un desconocimiento de la realidad y cómo afrontarla, así como inmadurez y carencia de liderazgo.

“Hay factores en el liderazgo político que desconocen las causas por las cuales se produce la transición desde un régimen autoritario o uno totalitario hacia una democracia y si eso no se tiene claro no se puede trazar una estrategia”, afirmó el politólogo John Magdaleno, quien agregó: “Las transiciones se dan por colapso del régimen o por negociaciones con factores de la coalición gobernante y la Fiscal General trató de provocar alguna de las dos”.

Para el experto el deslinde de la exfiscal Luisa Ortega Díaz, quien en marzo pasado oficializó su ruptura con el Ejecutivo al cuestionar los fallos del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que en la práctica liquidaron a la Asamblea Nacional dominada por la oposición, indicaba que se podía dar un giro político en el país.

“Hay cuatro procesos que facilitan una transición: Primero, aumentan las disidencias en el oficialismo. Segundo, se erosiona la capacidad del régimen de limitar el pluralismo (aumenta el malestar social y las críticas). Tercero, se incrementan los umbrales de movilización social y, por último, el aumento de las protestas trae consigo más represión y más costes. Esto puede producir una espiral que termina fracturando a la coalición gobernante, pero por lo visto en la oposición no se entendió esto, al menos eso creo yo porque no ví a los líderes opositores trabajando en los aspectos necesarios para que se produjera esa fractura”, agrega el analista.

Magdaleno indicó que la oposición ha debido insistir de cara a la opinión pública nacional en la necesidad del cambio, así mismo ha debido proseguir con la movilización social, pero no solo convocando protestas sino con protestas organizadas y articuladas entre distintos sectores. También ha debido proseguir el trabajo de información sobre la realidad venezolana en organismos internacionales y con otros gobiernos para conseguir acciones más allá de pronunciamientos.

De la misma manera cree que ha faltado establecer interlocución con el chavismo disidente y establecer acciones en conjunto, pero, a su juicio, sobre todo ha “faltado un mensaje claro a los militares para intentar que sean neutrales ante el cambio político, porque si les hace protagonistas se recorre el riesgo de que asuman directamente el poder”.

Cual muchacho

Por su parte, Jesús Torrealba, quien durante más de tres años fue el vocero principal de la MUD, al ocupar la secretaría Ejecutiva de la alianza, cree que uno de los principales problema que aqueja a la oposición es que en su liderazgo no hay estadistas.

“Los principales líderes se comportan como simples activistas o candidatos”, se lamenta, para luego de apuntar que esto impide a la dirigencia ver la situación del país más allá de la coyuntura electoral y valorar correctamente los acontecimientos.

“Hace dos semanas se hablaba de rebeldía, de paro, de levantamiento y de hora cero, pero de repente se dijo vamos a ir a las elecciones regionales, sin ningún mensaje ni explicación que hiciera entender que las principales victorias las hemos obtenido han sido en el campo electoral, lo cual por supuesto ha generado desconcierto, confusión y malestar”, agregó.

En la alianza admiten esta falla. “Una discusión estratégica no se ha dado, en los últimos días solo hablamos de las regionales. La MUD requiere un ‘jefe’, alguien que asuma la dirección de esto y nos obligue a dar las discusiones de fondo”, comentó un dirigente consultado que pidió reserva de identidad, mientras que otro agregó: “No estamos a la altura del momento. La dificultad para tomar decisiones es lo más preocupante, pues nos tardamos mucho y eso nos hace ver débiles ante la opinión pública”.

A la MUD se le prohibió por varios tribunales presentarse a las elecciones bajo estas siglas en 7 de los 23 estados del país, una restricción confirmada por el CNE.

La pluralidad y variedad no solo es una fortaleza del bloque sino también su debilidad en ocasiones.

Pero Torrealba cree que también hay otro problema aún más complejo: las bases opositoras, en particular la clase media, de la que dijo que carece de formación democrática.

“Durante los 40 años previos al chavismo la clase media no participaba en política, porque lo veía como algo sucio y cuando lo hizo fue para castigar a los partidos tradicionales y eligió a Hugo Chávez. Cuando se dio cuenta de que no castigó a los partidos y sino a ella misma comenzó sumergirse rápidamente en política, es decir eso ha ocurrido en los últimos 15 o 16 años, es una adolescente política y por eso se comporta como se comporta: cuando cree que todo va a bien es eufórica y cuando cree que va mal quiere huir del país. A esas bases está sometida una dirigencia con fallas”, afirmó, quien conoce el monstruo por dentro.

Elecciones sí, pero…

En la misma tónica crítica Magdaleno lamentó que la MUD no haya sido capaz de explicar por qué es importante participar en las elecciones regionales, en especial frente aquellos que sostienen que una dictadura no sale con votos y que se escudan en el temor a un fraude, en virtud de los cuestionados resultados de las elecciones de la Constituyente, donde la empresa que contabilizó los sufragios reveló que sus números no coincidían con los datos aportados por el Consejo Nacional Electoral (CNE).

“Ejemplos hay muchos de regímenes autoritarios que cayeron por elecciones. (Augusto) Pinochet perdió un referendo en 1988 y quiso desconocerlo, eso provocó un quiebre en su régimen y abrió las puertas a una transición”, recordó.

Por su parte, Torrealba consideró fundamental acudir a los comicios, por considerarlos un paso más en la construcción del cambio, pero pidió a la dirigencia opositora ir más allá y asumir la necesidad de que tarde o temprano habrá que negociar con el oficialismo.

“Un Gobierno sin pueblo, pero con Ejército y una oposición con pueblo, pero sin Ejército no podrán imponerse el uno sobre el otro y por eso se requiere un diálogo donde uno no busque aplastar al otro”, dijo, aunque reconoció que “estamos a años luz de esto debido a la inmadurez de ambos bandos”.

Unidos, pero...

La oposición venezolana reunida en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) anunció el jueves su decisión de ir a las elecciones regionales con candidatos unitarios que concurrirán con la tarjeta de sus partidos y no con la de la coalición, debido a que temen que la misma pueda ser inhabilitada.

”La unidad decidió inscribir sus candidatos en esta oportunidad sólo a través de la tarjeta de los partidos políticos de la alianza que resultaron validados por el Consejo Nacional Electoral (CNE)”, dijo el dirigente y diputado Henry Ramos Allup.

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