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Papa llama a familias de migrantes a reforzar su fe

Benedicto XVI expresó que su misión en el continente americano "tiene precisamente el cometido de hacer llegar esta convicción a todos los cristianos y comunidades eclesiales, para que resistan la tentación de una fe superficial y rutinaria".

25 de marzo de 2012 Por: Elpais.com.co I EFE

Benedicto XVI expresó que su misión en el continente americano "tiene precisamente el cometido de hacer llegar esta convicción a todos los cristianos y comunidades eclesiales, para que resistan la tentación de una fe superficial y rutinaria".

El papa Benedicto XVI llamó el domingo a los mexicanos a reforzar su fe en la iglesia principalmente a las familias afectadas por la migración, la pobreza o la violencia ligada al narcotráfico.Al finalizar la misa, el sumo Pontífice pidió en una oración a Nuestra Señora de Guadalupe, la versión morena de la Virgen María patrona de los mexicanos, bendecir a la región."En estos momentos en que tantas familias se encuentran divididas o forzadas a la migración, cuando muchas padecen a causa de la pobreza, la corrupción, la violencia doméstica, el narcotráfico la crisis de valores o la criminalidad, acudimos a María en busca de consuelo, fortaleza y esperanza", dijo el Papa."Deseo poner nuevamente bajo la dulce mirada de Nuestra Señora de Guadalupe a esta País y a toda Latinoamérica y el Caribe" , dijo Benedicto al terminar la misa y antes de rezar un Ave María. "Le suplico ahora que su presencia en esta querida Nación continúe llamando al respeto, defensa y promoción de la vida humana".El líder de la Santa Sede acudió al lugar de la misa en un helicóptero del ejército volando desde la casa de una congregación de religiosas donde descansa durante su estancia en México. Recorrió en el papamóvil diferentes partes del parque donde ofició la celebración religiosa, portando un sombrero charro y saludando con la mano a los fieles que formaban filas apiñadas por todo la plaza pública.En su mensaje, también exhortó a los mexicanos y latinoamericanos a no ceder a otros movimientos religiosos y en cambio purificar su corazón y reafirmar su fé a pesar del sufrimiento que predomina en la región.El Papa ofició misa con la participación de unas 350.0000 reunidas bajo los fuertes rayos del sol en un parque público en la ciudad central de Silao con un monumento a Cristo como fondo.Benedicto XVI expresó que su misión en el continente americano "tiene precisamente el cometido de hacer llegar esta convicción a todos los cristianos y comunidades eclesiales, para que resistan la tentación de una fe superficial y rutinaria".La imagen de la denominada"Virgen Morena," en la que centró su rezo después de la misa, es muy popular en capillas y altares tanto en México como en ciudades en Estados Unidos con poblaciones concentradas de latinos.Guanajuato, el estado de la visita apostólica, es uno de los tres que más exportan migrantes al extranjero de las 32 entidades de México, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Sin embargo, mexicanos dejan familias atrás en muchas regiones del país en busca de trabajos en Estados Unidos.Sergio Cerda Acosta, un ingeniero de 58 años que acudió a la misa, dijo que el fenómeno de la migración lo ha vivido en su familia con varios primos y cuñados que migraron a Texas. Un familiar al regresar a visitar México, lo asaltaron en un autobus, dijo Cerda, quien viajó con su esposa a Silao a presenciar la misa de la ciudad norteña de Monterrey."Ya no vienen", dijo Cerda. "Las veces que han venido han tenido malas experiencias" .El Papa recalcó que ahora que han transcurrido 200 años de la independencia de México, los mexicanos deben pedir "un corazón puro".La exclamación de fé ayuda "a mirar muy dentro del corazón humano, especialmente en los momentos de dolor y de esperanza a la vez, como los que atraviesa en la actualidad el pueblo mexicano y también otros de Latinoamérica".Abrió la misa presentando un regalo de un mosaico de Jesucristo para ser colocado en el monumento de Cristo.Decenas de miles de personas quienes recibieron con banderas y globos entre cánticos y coros de "Cristo Vive" a Benedicto XVI, guardaron absoluto silencio durante la misa para escuchar sus palabras. El cielo lucía despejado y a la izquierda del altar donde Benedicto habló a sus fieles estuvo como fondo el cerro que alberga la estatua de Cristo Rey, una copia del Cristo redentor de Río de Janeiro.Pese al sol inclemente, la gente no se retiraba del parque. Portaban sombreros o gorras, unos se cubrían el rostro con playeras y otros formaban abanicos con hojas o folletos para soportar el calor. Voluntarios distribuyeron botellas de agua para hidratar a los asistentes.A la hora de la comunión, seminaristas, laicos y sacerdotes se distribuyeron por todo el parque para ofrecer con canastas de hostias para ofrecer a los fieles.Cristian Roberto Cerda Reynoso, un seminarista de 17 años de la ciudad de León, dijo que estaba feliz de finalmente escuchar a Benedicto oficiar la misa.Espera que el papa "me llene para llegar a ser sacerdote", expresó Cerda, quien llegó más de 12 horas antes de la hora programada para el evento y no durmió en toda la noche.Los fieles creyentes llegaron caminando kilómetros de distancia --algunas mujeres mayores con bastones -- ya que las carreteras están cerradas, cargando sillas plegables, galones de agua, comida y cobijas. Cientos de sacerdotes jóvenes gritaban "Cristo Vive" . Benedicto deseaba acudir al estado de Guanajuato específicamente para ver y bendecir la estatua, que quiso ver su antecesor Juan Pablo II pero nunca pudo, dijo el vocero del Vaticano, el reverendo Federico Lombardi. La estatua de bronce, de 22 metros (72 pies) de altura, representa al Altísimo con los brazos abiertos y recuerda a los mexicanos la cruenta revuelta de 1926-1929 de los cristeros contra el gobierno por sus leyes anticatólicas que llegaron a prohibir incluso las misas en público como la que oficiará Benedicto ante unas 350.000 personas, según los pronósticos de los organizadores del evento.El estado de Guanajuato fue escenario de algunos de los enfrentamientos más cruentos en la Guerra de los Cristeros y la región sigue siendo un bastión del conservadurismo católico en México. Desde su llegada, el Papa de 84 años se ha enfocado en denunciar la violencia que sufre el país a raíz de la guerra contra el narcotráfico y en proteger a la niñez de México del hambre y el sufrimiento. El Papa aseguró la víspera que los niños de México ocupan un lugar importante en su corazón, "particularmente los que soportan el peso del sufrimiento, el abandono, la violencia o el hambre, que en estos meses, a causa de la sequía, se ha dejado sentir fuertemente en algunas regiones" del país. De los 43,5 millones de mexicanos menores a 20 años, 36,2 millones (83,2%) son católicos, ligeramente por debajo del promedio nacional. El mayor grupo de mexicanos son niños de entre 5 y 9 años, un sector al que Benedicto XVI ha apuntado para fortalecer a la Iglesia.

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