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Obama enfrenta segundo mandato sin el apoyo generalizado de EE.UU.

El triunfo logrado por el presidente Barack Obama no fue tan holgado como el de las elecciones de hace 4 años, lo que conlleva varias consecuencias que debe asumir el mandatario.

8 de noviembre de 2012 Por: Redacción de El País

El triunfo logrado por el presidente Barack Obama no fue tan holgado como el de las elecciones de hace 4 años, lo que conlleva varias consecuencias que debe asumir el mandatario.

Pese a que los resultados de las elecciones de Presidente en Estados Unidos no resultaron tan cerrados como se esperaba, el reelegido Barack Obama se va a enfrentar al reto de gobernar un país que no volcó su apoyo generalizado hacia él, como ocurrió hace cuatro años.Y es que aunque Obama logró mayoría en los colegios electorales y superó holgadamente a Mitt Romney, en las urnas la pelea fue voto a voto y eso, según analistas, es un síntoma de que el pueblo norteamericano está en desacuerdo con muchas políticas de reelecto gobernante.Además de la opinión civil, hay que tener en cuenta que republicanos y demócratas también dividían honores en la Cámara de Representantes y el Senado de la República, respectivamente, y ambos partidos podrán tomar este resultado como un referendo para llevar adelante lo que fue su propuesta de gobierno.Para Ancízar Marroquín, ex director del Centro de Estudios Internacionales, el principal escollo que enfrenta el presidente de los estadounidenses son las mayorías republicanas en la Cámara, que querrán aprovechar los buenos resultados que tuvo su candidato en las urnas para presionar que temas como la economía doméstica y la salud se rijan bajo sus políticas partidistas.“Obama no salió como el gran triunfador de estas elecciones. Si bien es cierto que venció, también es verdad que los republicanos lograron un fortalecimiento basado en el sentir popular y van a querer capitalizar eso para presionar al Presidente, especialmente en temas como la salud y el desempleo, que son muy coyunturales y sensibles”.Marroquín está convencido de que Obama tendrá que alterar el tablero burocrático de su gobierno para darle más espacios al partido de Romney, si quiere tener más capacidad de maniobra en el Congreso.“Me parece-- añadió-- que Obama va a tener que ceder algunos puestos importantes para poder ganar el favor del Congreso y una manera efectiva de hacerlo es vincular republicanos a su administración, aunque si lo hace sería en puestos que para nada van a afectar la política internacional del actual Gobierno”.El politólogo internacionalista Enrique Serrano comparte esa postura aunque considera que en el corto plazo la gobernabilidad del actual mandatario no se va a ver afectada.“La reelección de Obama es un espaldarazo a su gestión y, al menos en el próximo año, dudo mucho que él vaya a cambiar sus políticas. Es muy probable que después de su segundo año comiencen los problemas”, sentenció.Serrano cree que los republicanos van a concentrarse en cuestionar a Obama por su manejo de la política exterior, especialmente en países como Libia o Siria, en los que hay tropas norteamericanas.“Por ahora creo que lo van a dejar gobernar tranquilo. Le van a pedir que ceda en temas de economía y salud y creo que debe hacerlo, pero la verdadera oposición vendrá por causa de las guerras que se libran fuera de sus fronteras”, dice Serrano.Por su parte, el analista político Rodrigo Giraldo, radicado en Nueva York, dice que la gobernabilidad de Obama va a estar marcada solamente por su manejo de la economía, factor que es uno de los más criticados por los ciudadanos de a pie, particularmente los de mayor edad.“Él tiene que subir impuestos y eso es algo que muy poco popular. Los republicanos han sabido hacer de eso un grito de batalla y ahí va a estar la pelea. Lo van a bloquear en el Senado y la Cámara hasta que él acceda a reducir el gasto”.El director del programa de Ciencia Política de la Universidad Icesi, Juan Pablo Milanese, concuerda que el verdadero problema en este momento para la gobernabilidad es la Cámara de Representantes. Para el analista, el voto popular y las implicaciones que tenga sobre la gobernabilidad de Obama son secundarias.“Las reglas electorales son muy claras y Obama ganó con los colegios electorales así que el voto ciudadano realmente no es significativo. El verdadero problema para el Presidente es la cámara de Representantes, con esa mayoría de republicanos”.Sin embargo, Milanese dice que Obama tiene una leve ventaja para sí mismo, aun con el Gobierno dividido (administración demócrata, Congreso republicano) y es que pronto va a vencer la prórroga de pago de impuestos que el ex presidente George Bush aprobó para parte de la población y que fue una iniciativa republicana.“Dudo mucho que Obama quiera seguir con esa prórroga y eso le da un margen de negociación, que no es mucho, pero que al menos es una pequeña ventaja sobre sus rivales de partido”.El experto en política exterior añade que otro punto a favor del mandatario de los norteamericanos es que al haber sido reelegido este es su último periodo y puede gobernar sin la presión de ser un candidato de nuevo a la Presidencia.“Ahora puede ser menos moderado y tomar medidas más agresivas, aunque eso no le garantiza éxito”, concluye Milanese.

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