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Muchos legisladores buscan copiar ley de Arizona

La nueva y severa ley de Arizona para controlar la inmigración ni siquiera ha entrado en vigor, pero legisladores en casi 20 estados más ya están buscando imitarla. Los candidatos a los gobiernos de la Florida y Minnesota están elogiando la ley, al igual que algunos legisladores de entidades ubicadas lejos de la frontera con México.

25 de junio de 2010 Por: Elpais.com.co | AP

La nueva y severa ley de Arizona para controlar la inmigración ni siquiera ha entrado en vigor, pero legisladores en casi 20 estados más ya están buscando imitarla. Los candidatos a los gobiernos de la Florida y Minnesota están elogiando la ley, al igual que algunos legisladores de entidades ubicadas lejos de la frontera con México.

La nueva y severa ley de Arizona para controlar la inmigración ni siquiera ha entrado en vigor, pero legisladores en casi 20 estados más ya están buscando imitarla.Los candidatos a los gobiernos de la Florida y Minnesota están elogiando la ley, al igual que algunos legisladores de entidades ubicadas lejos de la frontera con México, tales como Idaho y Nebraska. Pero los estados también están atentos a las impugnaciones legales a la nueva ley, y a la posibilidad de que los boicots a ésta afecten la economía de Arizona.La ley, que entrará en vigencia el 29 de julio, requiere que la policía verifique el estatus migratorio de cualquier persona de la que sospeche esté ilegalmente en el país. Los que la violen enfrentan hasta seis meses de cárcel y multas por 2.500 dólares.Legisladores o candidatos en hasta 18 estados dicen que desean promover medidas similares cuando vuelvan a iniciar sus sesiones legislativas en el 2011. El estado donde podría haber más probabilidades de que se apruebe una legislación al estilo de Arizona es Oklahoma, que en el 2007 le dio a la policía más poder para verificar el estatus migratorio de la gente arrestada.En Pensilvania, Rhode Island, Minnesota, Carolina del Sur y Michigan ya han sido presentados proyectos similares a la ley que la legislatura de Arizona aprobó en abril, pero ninguno avanzará este año.Grupos empresariales, agrícolas y por la defensa de los derechos civiles se oponen a ese tipo de legislaciones, bajo los argumentos de que los residentes legales hispanos serían hostigados injustamente y de que la inmigración es una responsabilidad federal más que estatal.Los partidarios de la ley dicen que la policía no detendrá a la gente sólo con base en el color de su piel, y argumentan que los inmigrantes ilegales están drenando las arcas estatales al aceptar empleos, utilizar los servicios públicos, azuzar la violencia de las pandillas y llenar las cárceles."Los estados están diciendo: si las autoridades federales no lo hacen, nosotros tendremos que hacerlo", dijo el senador Monty Pearce, de Idaho. El primo segundo de Pearce es el autor de la ley de Arizona, el senador Russell Pearce, de ese estado fronterizo con México y republicano al igual que su pariente.El debate está ejerciendo presión sobre el Congreso y sobre el gobierno del presidente Barack Obama para que actúen. En el 2007, cuando estados como Idaho y Kansas estaban formalizando el inglés como su idioma oficial -parte de una ofensiva para controlar la inmigración-, el entonces presidente George W. Bush no logró convencer incluso a muchos aliados republicanos en el Senado federal a que accedieran a combinar un incremento en la vigilancia de la frontera con una ruta para facilitarle a los inmigrantes ilegales la obtención de la ciudadanía.Obama ha dicho que la ley de Arizona es irresponsable, pero la gobernadora del estado, la republicana Jan Brewer, dice que dicha ley ayudó a presionar al mandatario para que enviara 1.200 integrantes de la Guardia Nacional a la frontera entre Estados Unidos y México, la mayoría al estado que ella gobierna. La gobernadora y el senador republicano John McCain, también de Arizona, dicen que esa cifra es insuficiente.McCain, que compitió con Obama por la presidencia, dice que la frontera necesita una fuerza cercana a los 6.000 soldados que Bush envió hasta el 2008.Obama le está pidiendo al Congreso 600 millones de dólares en fondos de emergencia para pagar 1.000 agentes adicionales de la Patrulla Fronteriza, 160 nuevos agentes federales de inmigración y dos aeronaves no tripuladas, pero la inmigración no es una de sus prioridades este año.Una encuesta efectuada por The Associated Press-GfK este mes halló que el 85% de la gente ahora clasifica la inmigración como un asunto importante, y aproximadamente la mitad desaprueba la forma en que Obama la ha manejado.En la Florida, la ley de Arizona es un asunto de campaña en las primarias republicanas por la gobernación, en las que el millonario Rick Scott busca promover sus méritos y el secretario de Justicia Bill McCollum dice respaldar la ley, aunque considera que no es necesaria en su estado.Mientras tanto, el candidato a gobernador de Minnesota, Tom Emmer, de quien se presume será el nominado republicano, consideró que la ley de Arizona es "un primer paso maravilloso".Incluso legisladores en estados lejanos a la frontera entre Estados Unidos y México dicen que la inmigración ilegal está afectando a los electores que votaron por ellos.Ha habido pocos indicios de que los otros tres estados fronterizos con México sigan el ejemplo de Arizona. California, Nuevo México y Texas tienen poderosas comunidades hispanas establecidas hace mucho tiempo, y han recibido menos inmigrantes ilegales que Arizona desde la década de 1990, cuando el gobierno federal colocó vallas, torres de iluminación y más agentes en la frontera en California y Texas.Arizona, un estado de 6,6 millones de habitantes con aproximadamente 486.000 indocumentados, ha resultado más afectado por la inmigración que otros estados, dijo Ann Morse, que encabeza el Proyecto de Políticas Migratorias de la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales.Algunos grupos empresariales y agrícolas se están uniendo para oponerse a los proyectos estatales de leyes similares a las de Arizona. Brent Olmstead, cabildero del sector de lácteos de Idaho, se comprometió a trabajar para matar en Idaho las reformas del 2011 al estilo de Arizona, justo como lo hizo para bloquear proyectos anteriores que buscaban castigar a compañías que contratan a trabajadores indocumentados.

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