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Bolsonaro pasó por ocho movimientos políticos, antes de llegar al Partido Liberal Social, que apoyó su candidatura. Se presentó como un ‘antiestablishment’. | Foto: Agencia EFE

MÉXICO

México y Brasil: así será la transición de los dos gigantes de América

Con la posesión de López Obrador y Bolsonaro como sus respectivos presidentes, el día a día de sus conciudadanos se verá afectado.

6 de enero de 2019 Por: Kelly Sánchez | reportera de El País

El 1 de diciembre en México y el 1 de enero en Brasil tomaron posesión los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Jair Bolsonaro, respectivamente. Dos personajes de corrientes opuestas, pero que fueron elegidos en contraposición a los gobiernos anteriores en sus países, en medio del descontento y la polarización.

En ambas naciones -las dos más pobladas de América Latina- los ciudadanos vivirán una importante transición: En México, donde históricamente gobernó el derechista Partido Revolucionario Institucional (PRI), llegó al poder López Obrador enarbolando las banderas de la izquierda, mientras que en Brasil, gobernado durante más de 20 años por la izquierda y la centroizquierda, Bolsonaro llega para cambiar el rumbo a la derecha.

México

Mario Ojeda Revah, investigador y profesor del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, en México, no considera que el Gobierno de López Obrador sea del todo de izquierda. Por el contrario, encuentra en él un continuismo, por lo que el día a día del ciudadano común del país azteca no se transformaría drásticamente.

“Muchas de las medidas que ha tomado en estas pocas semanas que lleva en el poder han sido por lo menos desconcertantes, porque son medidas más bien asociadas con la derecha, como militarizar la mal llamada guerra contra las drogas o contra el narcotráfico, contra el crimen organizado o el recorte a las universidades públicas, que no son precisamente medidas de un gobierno de izquierda”.

Para Revah, en el corto tiempo que lleva el Presidente ya se empieza a notar un desgaste del Gobierno y se han visto obligados a ir retrocediendo en algunas decisiones, así como también a revaluar algunas promesas de campaña.

“Creo que ya hay muchos votantes arrepentidos, veo que sectores que votaron por López Obrador ya se le están enfrentando. Vimos, por ejemplo, manifestación de los trabajadores de cultura, un sector que ha votado tradicionalmente por la izquierda, pero con los recortes anunciados protestaron contra lo que consideraron una traición a su voto. Lo mismo las universidades públicas, que han sido semilleros de apoyo para la izquierda mexicana”, señala el investigador.

Por su parte, Rodrigo Salazar, coordinador de la maestría en Gobierno y Asuntos Públicos de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, cree que en los mexicanos todavía ronda la incertidumbre sobre cómo será la transición del Ejecutivo que ya completó su primer mes en el poder.

“La incertidumbre en el sentido de que es una persona que esgrimió durante muchos años la idea de una transformación radical, aunque se mantuvo bastante vago en qué implicaría esto, y además tuvo un inicio de Gobierno bastante errático en lo que se refiere a decisiones que incluso hoy se perciben como muy poco meditadas o mal concebidas”, señala Salazar.

Sin embargo, considera que el presupuesto de gastos presentado por el Mandatario mexicano al Congreso el mes pasado refleja que dará prioridad a una política social y eso ya empieza a dar certezas a la gente.
“En el mediano o posiblemente corto plazo, hay algunas personas que van a mejorar su situación por las medidas que está llevando a cabo López Obrador en el tema de política social. Por ejemplo, los jóvenes en edad de estudio y la población de adultos mayores van a recibir subsidios directos de parte del Gobierno, y los desempleados, además de eso, recibirán capacitación, lo que podría afectar positivamente la estructura del empleo en el país”, explica.

Pero, dice el analista, lo que aún está por verse en la cotidianidad mexicana es el manejo que se le dará a la violencia, de suma importancia para los ciudadanos.

“El asunto aquí a atender es si desaparecerá el miedo por los altísimos niveles de violencia e inseguridad en múltiples zonas del país. Esto está por verse, en la medida en que la forma en que López Obrador pretende enfrentar este problema ha sido dándole un mayor peso al Ejército, lo que podría acarrear efectos negativos, especialmente, en el respeto a los derechos humanos en nuestro territorio, por la naturaleza misma de esta institución”, señala.

Brasil

De acuerdo con la politóloga brasilera Ana Tereza Duarte, con las posiciones que Jair Bolsonaro ha expresado en sus discursos, se podría prever que en ese país los ciudadanos enfrentarán grandes cambios, pese a que será difícil que avancen las políticas para las minorías.
En el caso de los indios, el Presidente quiere que se acaben las áreas indígenas demarcadas y que todos los recursos de esos territorios puedan ser explotados por la agroindustria o los negros, pues habrá reducción de la cantidad de cuotas y negación de la deuda histórica con ellos.

“En cuanto a la comunidad LGBT, el matrimonio igualitario solo está permitido por una resolución, así que aún es algo muy incierto y la actual composición del Parlamento difícilmente aprobaría una ley que lo garantizase. Sobre las mujeres, en varias ocasiones dio en público declaraciones misóginas, como decir que ellas deberían ganar menos porque se embarazan”, agrega la experta.

De igual manera, dice, al mostrarse en contra del asistencialismo, Bolsonaro busca hacer cambios en el programa de asistencia social Bolsa Familia, que constituyó la principal “bandera política pública” del Gobierno de Lula, siendo incluso premiada por la ONU.

Duarte también señala que habrá un amplio apoyo a la Policía Militar, “lo que indica que protestas y movilizaciones sociales serán duramente recriminadas y combatidas por el Gobierno”.

Por su parte, Stevens Paz, estudiante de doctorado en Sao Pablo, dice que quienes votaron por el nuevo Presidente sienten que la situación actual va a cambiar positivamente después de que la izquierda se viera mancillada por los casos de corrupción.

Sin embargo, “el sector educativo está bastante preocupado por las políticas inciertas respecto a la inversión en los niveles media y superior, principalmente por la propuesta de educación a distancia que ha propuesto”, expresa Paz, para quien otro aspecto preocupante es la iniciativa de Bolsonaro “de liberar el uso de arma de fuego (regulada) para los civiles, teniendo en cuenta los altos niveles de violencia en las principales ciudades y la intolerancia creciente”.

Para el investigador mexicano Mario Ojeda, tanto en su país como en Brasil se van a presentar situaciones semejantes en el sentido de que los votos que se dieron a ambos candidatos fueron viscerales y se explican por el rechazo hacia los gobiernos anteriores, por lo que las decepciones no tardarán en llegar.

El experto asegura que en Brasil la decepción será grande porque Bolsonaro se ha comprometido con cosas irrealizables y además se encuentra manchado también por corrupción.

“Esto es un escenario muy peligroso para el país más grande de América Latina, porque si hay un descrédito total del conjunto de la clase política que lleva hasta soluciones extremistas como las de Bolsonaro, temo que no haya freno y que él vaya a tratar de perpetuarse en el poder”, puntualizó.

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