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Los nuevos duques de Cambridge se alistan para la fiesta

Solo 100 personas están invitadas a la fiesta privada que ofrecerán los Middleton para celebrar el matrimonio de su hija con el príncipe Guillermo en Londres.

29 de abril de 2011 Por: Elpais.com.co I EFE

Solo 100 personas están invitadas a la fiesta privada que ofrecerán los Middleton para celebrar el matrimonio de su hija con el príncipe Guillermo en Londres.

El príncipe Guillermo y Kate Middleton se convirtieron hoy en marido y mujer en una ceremonia celebrada en la abadía londinense de Westminster con cientos de millones de personas de todo el mundo como testigos a través de la televisión.Los nuevos duques de Cambridge se dieron el "sí quiero" frente al altar principal de la abadía de Westminster, tras lo cual el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, les declaró marido y mujer."Pronuncio que sean hombre y mujer juntos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén", dijo Williams.Previamente, los novios prometieron "amarse, confortarse y honrarse" en los votos matrimoniales que intercambiaron frente al altar y el príncipe Guillermo puso el anillo a la novia, una alianza de oro regalado por la reina, procedente de una mina del País de Gales, tal y como establece la tradición de la monarquía británica.La pareja utilizó para la ocasión la ceremonia prevista en la Serie Uno del Libro de Oración Común de la Iglesia de Inglaterra.Eran las 11:14 a.m. hora local, momento en el que Catalina se convirtió en su Alteza Real la duquesa de Cambridge, un título que Guillermo recibió por la mañana de su abuela, la reina Isabel II.Todos los ojos estuvieron puestos en una contenida y emocionada Catalina, vestida con un elegante vestido color marfil, diseñado por Sarah Burton para la firma del fallecido Alexander McQueen.La pareja sonrió y se miró constantemente a los ojos mientras intercambiaron los votos matrimoniales, flanqueados por el príncipe Enrique, hermano de Guillermo y padrino en esta boda, y de Michael Middleton, padre de Catalina.La ceremonia se desarrolló con precisión matemática y solo hubo un momento de duda cuando Guillermo tuvo problemas para poner el anillo en el dedo anular de la mano izquierda de su esposa.El protocolo después del 'Si'El "sí quiero" fue recibido con júbilo en todo el país, donde millones de personas siguen en las calles y en sus domicilios la que ha sido declarada como la primera "boda del siglo XXI" .La ceremonia religiosa se prolongó hasta las 12:15 hora local (7:15 a.m. en Colombia), tras lo cual los recién casados abandonaron la abadía al son de la marcha Crown Imperial (Corona Imperial), del británico William Walton, que se tocó ya en la boda del príncipe Carlos y Diana, los padres de Guillermo.Durante la ceremonia se escuchó música de otros famosos compositores británicos del siglo XX como Edward Elgar, Vaughan Williams y Benjamin Britten.Guillermo y Catalina recordaron el matrimonio en 2005 del príncipe Carlos y Camilla, la duquesa de Cornualles, incluyendo una composición de Maxwell Davies, titulada "Farewell to Stromness", que sonó ya en aquella boda.Catalina quiso además incluir una popular canción del folclore de origen isabelino, titulada "Greensleeves", a la que hace ya referencia William Shakespeare en su comedia "Las alegres comadres de Windsor".El toque de modernidad lo puso una fanfarria especial titulada "Valiant and Brave", lema del escuadrón de búsqueda y rescate de la Royal Air Force al que pertenece el príncipe de Gales.La fanfarria, de medio minuto de duración, fue interpretada por siete trompetas y un tambor de la Banda Central de Royal Air Force en el momento en el que los recién casados iniciaron su camino hacia la salida por la Gran Puerta Occidental de la abadía.Finalmente, la comitiva nupcial se dirigió al palacio de Buckingham, donde la pareja de esposos salió al balcón principal para saludar a la multitud, acompañados de sus familias.Este fue el gran momento de cierre, ya que en ese espacio fue el beso de los duques de Cambridge.Anecdotario realSegundos antes de que comenzara la ceremonia religiosa, el príncipe Guillermo se dirigió a su suegro y le comentó en tono de broma: "Se suponía que esto iba a ser una cosa pequeña y familiar".Tras el preceptivo "sí, quiero" , Guillermo tuvo algunos problemas para poner la alianza en el dedo anular de la mano izquierda de su esposa, y hubo de insistir y apretar durante unos instantes para colocar en su sitio el anillo de oro, un regalo de la reina.A la salida del templo, el príncipe tuvo algunos problemas para subir a la carroza tirada por caballos que llevó a la pareja hasta el palacio de Buckingham, en un recorrido por el centro de Londres.La carroza dio la impresión de que podía volcar en el momento en que Guillermo puso pie en el estribo para subirse.Ya camino de palacio, uno de los jinetes de la guardia real que escoltaron al matrimonio se cayó de su montura, afortunadamente sin consecuencias serias para el soldado.Los que vieron el cortejo nupcial en directo y los cientos de millones que lo siguieron a través de televisión vieron a un caballo adelantar a la carroza real y salirse de la ruta marcada.El caballo negro tiró a su jinete poco después de la salida de la abadÍa de Westminster y galopó por delante del cortejo oficial cuando pasaba por delante de Downing Street, la calle donde tiene la residencia oficial el primer ministro británico.El momento que más se dejó a la improvisación fue el de la salida de los recién casados y sus familias al balcón principal del palacio de Buckingham, frente al que esperaban decenas de miles de personas. Catalina se mostró impresionada y dejó escapar un "oh, my (God)", una expresión de asombro traducible como "Dios mío".

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