Leopoldo López no cree en llamado de Maduro por la paz

El líder opositor Leopoldo López permanece privado de la libertad y señalado por el Gobierno de incitar a la violencia.

El dirigente opositor preso Leopoldo López no cree en la viabilidad de la conferencia de paz convocada por el gobierno venezolano para poner fin a las protestas, así lo aseguró este lunes su esposa, Lilian Tintori. López, detenido desde el 18 de febrero por organizar protestas contra el gobierno, "piensa que Venezuela no va a parar, que el descontento es nacional", aseguró Tintori. El dirigente del partido Voluntad Popular considera que "es muy tarde, un poco tarde, para llamar por la paz" , dijo Tintori, quien visita a diario a su esposo en una cárcel militar. El presidente Nicolás Maduro convocó el fin de semana a representantes de todos los sectores políticos, sindicales y empresarios a una conferencia de paz a realizarse el 26 de febrero en el palacio de Miraflores, sede del gobierno. Tintori y otras mujeres convocaron una nueva manifestación para el 26 de febrero para exigir la liberación de López y protestar contra el gobierno de Maduro, al que califican como dictadura, así como contra la violencia y la situación económica. "No descansaré ni un momento hasta que liberen a Leopoldo, no descansaré ni un minuto hasta que se haga justicia", insistió Tintori vestida de blanco y con una cinta negra en el brazo izquierdo en señal de duelo por las 14 personas que han muerto en las protestas de las últimas tres semanas. López, un sociólogo de 42 años egresado de la facultad de ciencias políticas de Harvard, se entregó vestido de blanco el 18 de febrero a la Guardia Nacional inmediatamente después de encabezar una multitudinaria manifestación en contra del gobierno en el centro de Caracas. Desde su arresto, el dirigente de la organización opositora Voluntad Popular se encuentra recluido en la cárcel militar de Romo Verde, a las afueras de Caracas, donde en los últimos días ha recibido la visita diaria de su esposa y de otros allegados. López se entregó a la Guardia Nacional tras una semana de clandestinidad luego de que el gobierno abrió un proceso judicial en su contra por su supuesta vinculación con los hechos de violencia desatados durante una manifestación de estudiantes en contra del gobierno el 12 de febrero, en la que murieron dos personas. Aunque de forma original las autoridades anunciaron que López sería acusado por homicidio y terrorismo, el dirigente sólo fue acusado por asociación para delinquir, instigación a la violencia y daños contra la propiedad. El líder opositor ha insistido en todo momento que es un "perseguido político". Además de haber señalado a López como responsable de la violencia en las protestas, Maduro aseguró la noche del domingo en una entrevista con Telesur que las autoridades confiscaron mapas de toda la industria petrolera del país que de forma presunta serían entregados al dirigente opositor en la celda donde permanece recluido. "No saben estos fascistas hasta dónde pueden llegar, porque seguramente él (López) dejó órdenes de incendiar Venezuela", dijo Maduro. Maduro "ya no halla qué inventar; si con eso pretenden que van a sembrar discordia o generar desconfianza terminan hundiéndose ellos", dijo la diputada opositora María Corina Machado, al asegurar que es falso el supuesto decomiso de los mapas.