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Las mujeres, pieza clave en la 'guerra' entre Trump y Clinton

El magnate inmobiliario sigue sumando escándalos por sus abusivos tratos con decenas de mujeres. Análisis.

16 de octubre de 2016 Por: Mónica Ospino | Editora de Productos Especiales de El País

El magnate inmobiliario sigue sumando escándalos por sus abusivos tratos con decenas de mujeres. Análisis.

Donald Trump es todo un caballero. O al menos eso cree él, pero cuando lo dijo, la audiencia que presenciaba en vivo el más reciente debate en la Universidad de Washington en San Luis, estalló en risas.

Y no, no era un chiste, lo decía en serio, pero a estas alturas de la campaña presidencial más nivelada por lo bajo de los últimos años en los Estados Unidos, nadie le cree. Lea también: Trump dice que medios son "corruptos" y acusa a Clinton de estar dopada en último debate.

Las últimas dos semanas han sido las peores para la campaña del magnate republicano. Las acusaciones de sus abusos en contra de decenas de mujeres y la revelación del diario The Washington Post de un  audio – video en el que Trump narraba sus vulgares modales, en los linderos de un crimen sexual, con algunas mujeres solo por el hecho de ser una ‘celebridad’, tienen a las toldas del conservador partido haciendo agua. 

En la grabación el millonario se vanagloriaba de hacer casi lo que quisiera con las mujeres. Contó, con muy poco recato, cómo acosó a una amiga casada, incluso dijo que si lo deseaba podía manosear los genitales de cualquier mujer que escogiera. 

El jueves pasado un nuevo golpe vino de parte del otro gran diario estadounidense, The New York Times que se dio a la tarea de contactar a seis mujeres que antes habían denunciado a Trump por sus abusos. La historia, casi calcada: manoseos, besos forzados, acosos de toda clase. Trump exigió rectificación al diario y anunció demandas. Sin embargo, el periódico se sostuvo en sus afirmaciones.  

Lo curioso de estos nuevos escándalos, que parecen haber clavado las puntillas finales en el féretro de una posible presidencia republicana, es que han sido más graves y ha implicado más abandonos de las figuras de ese partido, que cualquiera de las otras decenas de salidas en falso de Trump a lo largo de su incendiaria campaña. 

Implacable con latinos, negros, discapacitados y musulmanes, por solo relatar algunos de sus más comunes objetivos, Trump y sus repetidos insultos contra las mujeres y su ya reconocido comportamiento, han cavado un abismo en el electorado femenino que parece ya imposible de salvar.

 Para Sandra Borda, politóloga doctorada de la Universidad de Minnesota y profesora de la Universidad de Los Andes, “el discurso agresivo que ha adoptado Trump en esta campaña es justamente porque su contrincante es una mujer a quien no se le permitiría llegar a esos niveles. A ella la hubieran calificado de ser una histérica que no tiene control sobre sus emociones”. Lea también: Trump, en dificultades de cara a debate tras comentarios ofensivos contra mujeres.

Sin disculpas

Ni siquiera su admisión de que evadió impuestos por casi 20 años, revelación del diario The New York Times, había sido tan bochornosa como este episodio. Ya en el pasado debate había hecho gala de su habilidad  para no pagar las contribuciones federales.

Esta vez, en cambio, Trump ha tenido que pedir disculpas en reiteradas ocasiones, pero pocos han quedado satisfechos con sus actos de contrición, pues han sonado más a una justificación. Ha insistido en que sus palabras en aquella ocasión fueron solamente “típicas conversaciones de camerino masculino”.

La avalancha de abandonos republicanos parece indetenible. El más importante de ellos, el senador Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes, quien dijo que ya no podía defender más al magnate inmobiliario. El dinero también lo abandona, pues grandes donantes de la campaña republicana ya se han pronunciado en contra de seguir apoyando la campaña del viejo partido.

El Trump misógino

El candidato republicano ha hablado sobre el ciclo menstrual de una presentadora de la cadena Fox. Se metió en una disputa con la ex Miss Universo, Alicia Machado, despotricando contra ella en Twitter. Llamó asquerosa a la popular comediante Rossie O´Donnel, calificó de fea a su ex rival en la campaña por la nominación republicana, Carly Fiorina. Cada una de las descalificaciones de Trump hacia las mujeres han sido basadas, mayoritariamente, en la apariencia física.

El millonario, cuando estaba en plena disputa por la nominación republicana, llegó a tuitear una foto de la esposa del senador Ted Cruz comparándola con su esposa, la exmodelo Melania Trump. Incluso Donald Trump, llegó a decir en una entrevista en televisión que las mujeres que abortan deberían tener algún tipo de castigo, bien fuera cárcel o una multa económica (en Estados Unidos el aborto es legal desde 1973). Sin embargo, días después se desdijo y atribuyó sus declaraciones a una confusión. 

Una reciente encuesta de Gallup, tras revela el 63 % de los potenciales votantes considera que Trump no respeta a las mujeres. Y su comportamiento no deja lugar a dudas al respecto.

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¿Mujeres demócratas?

Si las elecciones en Estados Unidos dependieran exclusivamente del voto femenino, Hillary Clinton, ganaría por una amplia ventaja a Donald Trump. 

Un análisis del sitio fivethirtyeight.com que compara doce encuestas hechas en octubre, reveló que la brecha de genero entre los votantes favorece a la candidata demócrata en un promedio de 15 puntos porcentuales. Es decir, serían las mujeres las que le darían a Clinton la Presidencia.

Sin ir más lejos, la brecha de género ha favorecido al Partido Demócrata en las elecciones presidenciales desde 1992 cuando Bill Clinton derrotó a George Bush (padre). En esa ocasión como en las cinco siguientes las mujeres han votado  demócrata.

Este fenómeno reciente tiene que ver según explica la profesora Borda, “con la irrupción de los cristianos en el Partido Republicano, que se empieza a consolidar y hacer más fuerte electoralmente, especialmente en el centro y en el sur del país, por eso automáticamente cambia la agenda republicana y se viene en contra las mujeres, en temas por ejemplo como el aborto, que es legal y que es un derecho que los republicanos han intentado minar, al menos en los ámbitos estatales”.

Y para cerrar su fatal semana, Trump, sumó un nuevo golpe.  Esta vez de parte de una de las mujeres más admiradas de Estados Unidos, la primera Dama, Michelle Obama, quien dijo en un fuerte tono, mientras pronunciaba un discurso a favor de Hillary, “no importa a qué partido pertenezcas -Demócrata, Republicano, independiente-, ninguna mujer merece ser tratada de esa forma. Nadie merece este tipo de abuso”.

Donald Trump es todo un caballero. O al menos eso cree él, pero cuando lo dijo, la audiencia que presenciaba en vivo el más reciente debate en la Universidad de Washington en San Luis, estalló en risas.

Y no, no era un chiste, lo decía en serio, pero a estas alturas de la campaña presidencial más nivelada por lo bajo de los últimos años en los Estados Unidos, nadie le cree. 

Las últimas dos semanas han sido las peores para la campaña del magnate republicano. Las acusaciones de sus abusos en contra de decenas de mujeres y la revelación del diario The Washington Post de un  audio – video en el que Trump narraba sus vulgares modales, en los linderos de un crimen sexual, con algunas mujeres solo por el hecho de ser una ‘celebridad’, tienen a las toldas del conservador partido haciendo agua. 

En la grabación el millonario se vanagloriaba de hacer casi lo que quisiera con las mujeres. Contó, con muy poco recato, cómo acosó a una amiga casada, incluso dijo que si lo deseaba podía manosear los genitales de cualquier mujer que escogiera. 

El jueves pasado un nuevo golpe vino de parte del otro gran diario estadounidense, The New York Times que se dio a la tarea de contactar a seis mujeres que antes habían denunciado a Trump por sus abusos. La historia, casi calcada: manoseos, besos forzados, acosos de toda clase. Trump exigió rectificación al diario y anunció demandas. Sin embargo, el periódico se sostuvo en sus afirmaciones.  

Lo curioso de estos nuevos escándalos, que parecen haber clavado las puntillas finales en el féretro de una posible presidencia republicana, es que han sido más graves y ha implicado más abandonos de las figuras de ese partido, que cualquiera de las otras decenas de salidas en falso de Trump a lo largo de su incendiaria campaña. 

Implacable con latinos, negros, discapacitados y musulmanes, por solo relatar algunos de sus más comunes objetivos, Trump y sus repetidos insultos contra las mujeres y su ya reconocido comportamiento, han cavado un abismo en el electorado femenino que parece ya imposible de salvar.

 Para Sandra Borda, politóloga doctorada de la Universidad de Minnesota y profesora de la Universidad de Los Andes, “el discurso agresivo que ha adoptado Trump en esta campaña es justamente porque su contrincante es una mujer a quien no se le permitiría llegar a esos niveles. A ella la hubieran calificado de ser una histérica que no tiene control sobre sus emociones”. 

Sin disculpas

Ni siquiera su admisión de que evadió impuestos por casi 20 años, revelación del diario The New York Times, había sido tan bochornosa como este episodio. Ya en el pasado debate había hecho gala de su habilidad  para no pagar las contribuciones federales.

Esta vez, en cambio, Trump ha tenido que pedir disculpas en reiteradas ocasiones, pero pocos han quedado satisfechos con sus actos de contrición, pues han sonado más a una justificación. Ha insistido en que sus palabras en aquella ocasión fueron solamente “típicas conversaciones de camerino masculino”.

La avalancha de abandonos republicanos parece indetenible. El más importante de ellos, el senador Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes, quien dijo que ya no podía defender más al magnate inmobiliario. El dinero también lo abandona, pues grandes donantes de la campaña republicana ya se han pronunciado en contra de seguir apoyando la campaña del viejo partido.

El Trump misógino

El candidato republicano ha hablado sobre el ciclo menstrual de una presentadora de la cadena Fox. Se metió en una disputa con la ex Miss Universo, Alicia Machado, despotricando contra ella en Twitter. Llamó asquerosa a la popular comediante Rossie O´Donnel, calificó de fea a su ex rival en la campaña por la nominación republicana, Carly Fiorina. Cada una de las descalificaciones de Trump hacia las mujeres han sido basadas, mayoritariamente, en la apariencia física.

El millonario, cuando estaba en plena disputa por la nominación republicana, llegó a tuitear una foto de la esposa del senador Ted Cruz comparándola con su esposa, la exmodelo Melania Trump. Incluso Donald Trump, llegó a decir en una entrevista en televisión que las mujeres que abortan deberían tener algún tipo de castigo, bien fuera cárcel o una multa económica (en Estados Unidos el aborto es legal desde 1973). Sin embargo, días después se desdijo y atribuyó sus declaraciones a una confusión. 

Una reciente encuesta de Gallup, tras revela el 63 % de los potenciales votantes considera que Trump no respeta a las mujeres. Y su comportamiento no deja lugar a dudas al respecto.

¿Mujeres demócratas?

Si las elecciones en Estados Unidos dependieran exclusivamente del voto femenino, Hillary Clinton, ganaría por una amplia ventaja a Donald Trump. 

Un análisis del sitio fivethirtyeight.com que compara doce encuestas hechas en octubre, reveló que la brecha de genero entre los votantes favorece a la candidata demócrata en un promedio de 15 puntos porcentuales. Es decir, serían las mujeres las que le darían a Clinton la Presidencia.

Sin ir más lejos, la brecha de género ha favorecido al Partido Demócrata en las elecciones presidenciales desde 1992 cuando Bill Clinton derrotó a George Bush (padre). En esa ocasión como en las cinco siguientes las mujeres han votado  demócrata.

Este fenómeno reciente tiene que ver según explica la profesora Borda, “con la irrupción de los cristianos en el Partido Republicano, que se empieza a consolidar y hacer más fuerte electoralmente, especialmente en el centro y en el sur del país, por eso automáticamente cambia la agenda republicana y se viene en contra las mujeres, en temas por ejemplo como el aborto, que es legal y que es un derecho que los republicanos han intentado minar, al menos en los ámbitos estatales”.

Y para cerrar su fatal semana, Trump, sumó un nuevo golpe.  Esta vez de parte de una de las mujeres más admiradas de Estados Unidos, la primera Dama, Michelle Obama, quien dijo en un fuerte tono, mientras pronunciaba un discurso a favor de Hillary, “no importa a qué partido pertenezcas -Demócrata, Republicano, independiente-, ninguna mujer merece ser tratada de esa forma. Nadie merece este tipo de abuso”.

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