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"La pobreza no es excusa para el trabajo infantil": Kailash Satyarthi

El indio Kailash Satyarthi, premio Nobel de la Paz, habló con la AFP sobre su trabajo contra la explotación infantil.

22 de octubre de 2014 Por: Elpaís.com.co | AFP

El indio Kailash Satyarthi, premio Nobel de la Paz, habló con la AFP sobre su trabajo contra la explotación infantil.

El indio Kailash Satyarthi, premio Nobel de la Paz, confía ver en vida la erradicación del trabajo infantil, en la medida de que los consumidores del planeta rechacen el producto fruto de su explotación.Satyarthi, de 60 años, recibió el Nobel por su larga lucha contra la explotación de decenas de miles de niños en India, una práctica todavía muy extendida en las fábricas o en las casas, como criados.El premio, que le fue otorgado hace ocho días junto a la paquistaní Malala Yousafzai, confiere una “visibilidad mundial” a su misión y debería constituir un “factor de movilización”, asegura en una entrevista con la AFP.“Tengo la esperanza de que podré ver en vida la desaparición del trabajo infantil. Siempre y cuando usted, yo, todo el mundo se comprometa. Sin eso, no será posible”, expresa.Satyarthi ataca la raíz del problema: las redes, el tráfico, los empresarios al frente de esta lacra. Al otro lado de la cadena, “los consumidores deben decir no a los productos fabricados por los niños”, agrega. “Hay que humanizar el problema y comprender que cada niño es una persona atrapada en una situación miserable”, explica.En los años 1980, este activista dejó su carrera de ingeniero en una compañía eléctrica para crear dos asociaciones de ayuda a los niños, la Bachpan Bachao Andolan y el Save Childhood Movement.Su pasión se remonta a la infancia, cuando a los 7 años vio a un niño zurcir zapatos porque su familia era demasiado pobre para enviarlo a la escuela.En 1994, este hombre padre de dos hijos creó Rugmark, conocido actualmente bajo el nombre de GoodWeave International, un sello de calidad que llevan las alfombras que no han sido fabricadas por niños.Satyarthi preside igualmente la Global March Against Child Labor, un movimiento constituido por unas 200 asociaciones y movimientos sindicales en unos 140 países.Su labor se inició denunciando los almacenes o fábricas de India donde trabajaban menores. Ello le permitió liberar a familias enteras obligadas a trabajar para devolver un préstamo. Explotadas e incapaces de pagar esas deudas, esas familias son a menudo vendidas a otros patronos.El activista también ha convocado numerosas manifestaciones no violentas contra la explotación infantil, siguiendo la tradición de Gandhi, como lo subrayó el comité Nobel al justificar el premio.En 2007, Satyarthi había organizado una marcha de varios miles de kilómetros contra el tráfico de niños a lo largo de la frontera de India con sus vecinos asiáticos.Trabajo, pobreza y analfabetismoEl número de niños trabajadores en el mundo retrocedió en un tercio desde el año 2000, pero todavía son 168 millones, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).El número en India es objeto de un gran debate. Unicef los estima en 28 millones, lo que coloca al subcontinente a la cabeza de este triste panorama mundial, según la ONG ChildLine.En 2010 una ley convirtió en obligatoria la escolarización de los niños de entre 6 y 14 años, pero su aplicación es laboriosa. “Las cosas mejoraron en India pero las leyes deben ser aplicadas y reforzadas”, dice el nobel de la paz.Los niños trabajan en las minas, el campo, la construcción, los talleres textiles, la joyería, las tiendas, o el servicio doméstico. Trabajan a menudo 12 horas diarias y están expuestos a la violencia sexual.La ONG Bachpan Bachao Andolan indica en su sitio internet haber arrancado “a más de 82.800 víctimas de la trata de blancas, la esclavitud y el trabajo infantil" para darles "esperanza en el futuro”.En el ejemplo más reciente de su actividad, nueve niños fueron rescatados en unos talleres de automóvil en una redada la semana pasada en Nueva Delhi.El desarrollo económico indio beneficia a las clases medias, pero también oculta la miseria en la que permanecen centenares de millones de personas. De los 1.200 millones de indios, uno de cada cuatro vive con menos de 1,25 dólares al día, según el Banco Mundial.La pobreza se utiliza a menudo como pretexto para el trabajo infantil. Un argumento rechazado por Satyarthi. “Mantengo firmemente que la pobreza no debe servir como excusa para perpetuar el trabajo infantil. Si un niño no recibe educación escolar, seguirá siendo pobre”, asegura. “El trabajo de los niños, el analfabetismo y la pobreza forman un triángulo vicioso que hay que romper. El trabajo infantil es ilegal e inmoral”, afirma.Y se pregunta: “¿Si no es ahora, entonces cuándo? ¿Si no tú, entonces quién? Si somos capaces de responder a estas preguntas fundamentales, entonces quizá podamos acabar con la mácula de la esclavitud humana”.PerfilNacido el 11 de enero de 1954 en el estado indio de Madhya Pradesh, Satyarthi ha estado en primera línea desde hace 30 años contra el trabajo y la explotación infantiles en su país, donde la práctica es usual.Es ingeniero eléctrico de profesión y encabeza la organización Global March Against Child Labor (marcha mundial contra el trabajo infantil), un conjunto de 2.000 grupos sociales presente en 140 países. El Nobel de la Paz vive modestamente y siempre mantiene un bajo perfil, incluso en su propio país.

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