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“La economía de Venezuela pide a gritos un cambio”

Jorge Roig, presidente de Fedecámaras, el gremio más poderoso de ese país, dice que el modelo chavista fracasó. Le pide al Gobierno de Nicolás Maduro convocar un diálogo social para frenar la actual crisis y la violencia.

23 de febrero de 2014 Por: Alfredo García Sierra | Reportero de El País

Jorge Roig, presidente de Fedecámaras, el gremio más poderoso de ese país, dice que el modelo chavista fracasó. Le pide al Gobierno de Nicolás Maduro convocar un diálogo social para frenar la actual crisis y la violencia.

La delicada situación que enfrenta hoy Venezuela podría complicar su futuro, máxime con un modelo económico que no ha funcionado, y donde la canasta básica de los hogares, está cada vez más vacía.Esta y otras reflexiones se hacen los empresarios en medio de una serie de protestas de la oposición contra el gobierno de Nicolás Maduro, las cuales han sido reprimidas de forma violenta en la última semana.Jorge Roig, presidente de la Federación Venezolana de Cámaras de Comercio y Producción, Fedecámaras, un poderoso organismo gremial similar a la Andi en Colombia, recalca que sin la aceptación de un diálogo social y un cambio de rumbo económico, la crisis del país está lejos de resolverse.La explosiva situación que vive Venezuela, según el gobierno, es culpa de la oposición. ¿Será que el presidente Maduro busca esconder el fracaso del modelo chavista?El presidente Maduro es corresponsable de un modelo económico, que él propiamente no impulsó, que está tratando de profundizar, pero que está causando los peores indicadores para exhibir en el planeta. Es también responsable el gobierno del fallecido presidente Chávez con un modelo revolucionario socialista del siglo XXI, el cual Maduro heredó en virtudes y defectos. A juicio del sector empresarial los defectos han sido más visibles que los aciertos. Maduro heredó una crisis que ya venía en desarrollo, y, con los pocos meses que lleva en el poder, sería injusto decir que es causante de todo lo que vive el país. Eso lo digo con pleno conocimiento de causa, ya que como Presidente de Fedecámaras he venido advirtiendo desde hace más de dos años sobre lo que ocurriría en caso de que no se modificara un modelo económico que ha fracasado en todos los países del mundo. ¿Desde el punto de vista empresarial, no es culpa también de la incapacidad de Maduro para gobernar? Más allá de decir si tiene capacidad para gobernar o no, desde el punto de vista corporativo sentimos que las protestas sociales que se viven ahora, tienen mucho que ver con temas muy ligados a la violencia, la inseguridad, la falta de oportunidades y futuro para la juventud, y que el país está adormecido en materia económica.Venezuela presenta alta tasa de desabastecimiento de productos básicos, más una inflación del 54 %, lo cual configura un cóctel explosivo con indicadores de un mal desempeño económico. Todo eso se combinó para que haya un malestar social en las calles que es imposible de esconder. Es absurdo pensar que la oposición, que está canalizando con las protestas ese malestar, es la culpable de lo que está ocurriendo en el país. De todo lo que pasa hoy el único culpable es absolutamente el Gobierno. ¿Por qué esa cadena de errores chavistas se dejó prosperar? La gran tragedia que tiene el Gobierno, es que parece moderno y nuevo, pero no lo es. Normalmente un Gobierno que llega al poder le echa la culpa al anterior, pero lamentablemente la mitificación que se ha hecho de Hugo Chávez no permite a sus seguidores reconocer ningún error. Por eso es complicado para el Gobierno decir que las cosas están mal por culpa del comandante supremo Hugo Chávez, que es casi una figura mítica, y a la cual no se le puede tocar ni con el pétalo de una rosa. Al no tener a quién echarle la culpa, el Gobierno de Maduro se ha visto obligado a buscar culpables y ahí ha enfilado sus baterías contra el sector empresarial, al decir que es responsable de una guerra económica, la cual desconocemos. De lo social le echa la culpa a la oposición. Es decir, que está repartiendo culpas.¿Ese estallido social y económico se podría agravar con la detención del líder opositor, Leopoldo López?Mi preocupación como presidente de un gremio empresarial es el clima de violencia que se ha desatado en las calles de Caracas, y por la intolerancia del Gobierno para escuchar y ofrecer un diálogo social que es necesario para el país, es decir, encontrarse con la oposición, los empresarios y los trabajadores para discutir la marcha de la Nación. Y frente a lo que va a ocurrir, siento que la economía es más testaruda que cualquier revolución. Mientras el país se pone de acuerdo en discutir sobre si Maduro debe irse o no, la economía se abre paso exclamando a gritos que se preocupen de ella, ya que nadie la está tomando en cuenta. No se han tomado decisiones económicas trascendentales, pues se asignan dólares de manera irregular, y se ha demostrado que hay altos índice de corrupción. ¿Va Venezuela hacia un abismo, a pesar de su potencial petrolero?Ciertamente somos un país rico, pero esa riqueza no se distribuye a pesar del discurso oficial, sino que ha sido entregada a misiones y planes de carácter socialista lo cual no tiene una repercusión en la productividad nacional, es más repartir limosnas que generar progreso. Es un petro-estado que se siente generoso para seguir ofreciendo dádivas mediante un populismo exacerbado. El petróleo lejos de ser en estos momentos una bendición, se ha convertido —no digo en una maldición—, sino en un obstáculo para desarrollar otra economía menos dependiente de ese recurso. Mientras el Estado sea dueño del petróleo y siga asignando recursos anuales por US$100.000 millones con una discrecionalidad absoluta, eso será una traba para que este país desarrolle bienestar como lo han hecho otras economías. En Venezuela escasea casi de todo, pues los hogares no encuentran ni leche, ni huevos, ni aceite...Cuando uno oye hablar de un desabastecimiento del 28% por parte del Gobierno eso no dice mucho. Pero la verdad es que para cualquier país es una tragedia. En una nación normal, como Colombia, ese índice no supera el 5%. Es decir, que uno de cada cinco productos puede escasear en un momento determinado. Nuestras estimaciones han establecido un desabastecimiento mayor, ya que en el caso del aceite y la leche, llega al 80 %. Es la consecuencia del actual modelo económico y no la causa del problema, y más cuando existe un diferencial terrible entre el dólar oficial y el dólar paralelo, que es una tentación que incentiva el contrabando y la corrupción. El caso de la leche es relevante, ya que el 80 % de las importaciones las maneja el Gobierno, lo cual demuestra que hay una mala gerencia hasta en este tipo de cosas. En cuanto al suministro de papel higiénico se ha conformado un círculo vicioso, que independientemente de que las fábricas venezolanas estén produciendo a 'full' capacidad, cuando el producto llega a los supermercados, la gente compra hasta tres veces más de lo que puede adquirir, generando así una escasez. ¿Por qué un círculo vicioso, si lo que no hay es comida para la gente?Hay un círculo perverso, ya que todo lo que llega a los anaqueles de los supermercados se vende de inmediato, porque la gente no sabe cuándo puede encontrar nuevamente ese producto. Es lo que está ocurriendo lamentablemente en Venezuela, por lo que hemos hecho un llamado a los hogares para que no hagan ese tipo de compras por encima de los patrones históricos de consumo. Pero es difícil de evitar. La inversión extranjera se ha desplomado en un 50 % debido a la amenaza de más expropiaciones... Somos el país con la menor inversión extranjera en el Continente americano. Y gran parte de la tragedia que enfrentamos es que las expropiaciones han sido un absoluto fracaso. Esa política no ha funcionado con las 1200 nacionalizaciones en los últimos diez años de empresas, hoteles, tierras y fábricas. Compañías, por ejemplo, como Sidoc que era bandera en el sector al producir tres millones de acero al año —cuando estaba en manos privadas de argentinos— hoy apenas produce un millón y medio de toneladas. Pasa lo mismo con las industrias cementeras y de aluminio. Todas esas empresas a cargo del sector público acusan deficiencias porque la gerencia pública se ha transformado más en una fuente de empleo social que en el impulso de compañías productivas. ¿Cuáles son esas cifras que agravan el panorama económico venezolano?La inflación está en 54 % y los estimados que tenemos para este año es que puede llegar al 70 %, eso sin contar con una devaluación que no se ha producido. Venezuela tiene solo US$1500 millones en reservas líquidas más US$25.000 millones, principalmente en oro. En cuanto al Producto Interno Bruto, PIB, creemos que este año no experimentará crecimiento, y por el contrario calculamos que el país caerá en una estanflación. Es decir, que tendrá una mayor inflación y un estancamiento económico. Lo máximo que podría crecer la economía, impulsada por el gasto público es el 1%, que no es algo sano, amén de un Banco Central que no es independiente, pues produce dinero como una 'maquinita' para el Gobierno, con el cual se tapa un déficit fiscal que es quince puntos porcentuales por encima del PIB. Así, el 2014 no será un buen año.

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