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La derecha europea saca provecho de la crisis

El inconformismo con los socialistas por el manejo de la economía ha llevado a cambios en gobiernos de varios países.

26 de noviembre de 2011 Por: Diego Muñoz, corresponsal en España

El inconformismo con los socialistas por el manejo de la economía ha llevado a cambios en gobiernos de varios países.

Si alguien repasara hoy la historia de España de estos últimos tres años sin saber la filiación política de quien la ha dirigido, le costaría aceptar que todas estas medidas implantadas de tajo para tratar de superar la crisis económica, hayan surgido de un Gobierno socialista. Pero así ha sido. La crisis económica que desde hace casi tres años ha comenzado a golpear a la vieja Europa, no se ha ahorrado esfuerzos, ni se ha detenido a mirar las tendencias o los colores políticos para asestar sus zarpazos. Aunque al final, es cierto, han sido las derechas, los partidos conservadores, los que han salido ganando ante el desgaste de los gobiernos encargados de la gestión de esta época de vacas flacas y recortes sociales.La crisis se asemeja a una inundación: no valen barreras, cualquiera que pongas, el agua siempre pasará por encima. Y en Europa desde hace rato y todos los días, llueven medidas antipopulares que han removido incluso, las bases ideológicas de los partidos.Es lo que ha sucedido en España, también en Portugal y Grecia de gobiernos socialistas. Aquí la crisis arrastró a la debacle al Psoe, un partido de socialistas y obreros, con unos estatutos e ideales claros en beneficio de las clases sociales mas necesitadas, pero que sin embargo, en este periplo, en esta larga batalla, ha quedado en la historia como el partido que más recortes ha impuesto.Para muchos de los afiliados al Psoe, el demoledor golpe de las pasadas elecciones generales del 20N, no ha sido tanto la derrota frente al Partido Popular, que duele claro, sino darse cuenta de que de cierta manera, el partido parece haber extraviado el rumbo ideológico.“El problema está en que el Psoe dio un viraje a su ideología. No es un partido de izquierdas, pero sí mucha gente de izquierdas se alineaba con él, y esta parte del partido cree que abandonó su camino, sus reivindicaciones sociales, para imponer unas medidas que han causado mucho daño y que han ido en contra del bienestar social, sobre todo de las clases menos favorecidas”, dice el periodista José Luis Torremocha.Al inicio de la campaña hace apenas un mes, el Psoe partió con el 45% de su electorado seguro de votarle, mientras que el resto se mostraba indeciso, unos que no sabían si perdonarle y ser fieles a los estatutos, y otro porcentaje, que no sabía si iba a cambiar de formación.“Creo que pudo más el bolsillo. Cuando la gente se ve tocada de esta manera tan contundente, con tantas medidas que le afectan, con un paro que no cede y que por el contrario crece, sin opciones de trabajo, con los salarios bajando, con los impuestos subiendo, sin posibilidades de crédito, por mucha fidelidad que le guarde a su partido, sabe que en momentos como este, hay que alinearse con los que uno cree que pueden arreglar la situación. Y eso pasó aquí, en Portugal, en Grecia. Yo pienso que el momento clave fue el 12 de mayo de 2010 cuando el presidente Rodríguez Zapatero anunció el primer gran paquete de medidas contra la crisis: se bajaron los sueldos de los funcionarios, se congelaron las pensiones, se eliminaron varias ayudas, como las que se otorgaban a los recién nacidos, y claro, con todo este panorama, los votantes del Psoe se dieron cuenta de que algo había cambiado en el rumbo del partido”, explica la politóloga Montserrat García.Los logros del Psoe en materia de igualdad, del matrimonio gay, de la lucha contra la discriminación, los logros en educación, todo ese esfuerzo quedó atrás y casi nadie de los indecisos los tuvo en cuenta a la hora de votar.Para los analistas políticos, el Partido Popular ganó en las pasadas elecciones apenas 491.541 votos nuevos, lo que se traduce en que la clave del triunfo estuvo más en la debacle socialista, en el descalabro del candidato, ex miembro del Gobierno, que perdió 4 millones de votos, que en las bondades y en la confianza al candidato popular. Los que se han derrumbado Ya son once gobiernos lo que han caído abatidos por la crisis, de izquierda, de derecha, de centro, la crisis no respeta ideologías.El pasado jueves los dos sindicatos más fuertes de Portugal volvieron a juntarse por tercera vez para protestar por los nuevos paquetes de medidas que aumentan los recortes sociales. Una huelga general contra el nuevo Gobierno. Allí también cayeron los socialistas en junio de 2011. En aquel momento el primer ministro José Sócrates, al igual que su homólogo español más tarde, cosechaba el peor resultado de los socialistas en 20 años, cuando ya la Unión Europea, el FMI y el Banco Central Europeo, habían decretado el rescate (en Mayo) por 78 mil millones de euros. El poder pasó entonces a la derecha, liderada por Pedro Passos Coelho, y hasta ahora, lo dice la huelga general, las cosas no han mejorado y por el contrario, las medidas siguen asfixiando a la sociedad lusa.Hoy el Parlamento portugués discute no sólo los reducidos presupuestos, sino que tiene listas medidas de austeridad extremas, como la supresión de las pagas extras para funcionarios y pensionistas, alargar media hora la jornada laboral, supresión de ayudas y hasta se ha propuesto el copago de la salud.“Está claro -dice Beatriz de Mendoza, una profesora de portugués en Madrid- que el Gobierno de Passos Coelho no va a dar marcha atrás, es a lo que se ha comprometido con la UE, es la tarea que tiene que hacer. No somos los únicos, toda Europa, con pocas excepciones, sigue el mismo camino. Las predicciones para 2012 son pésimas: la economía portuguesa caerá un 3%. No sé cuando vamos a tocar fondo, pensamos que ya lo habíamos hecho”Buena parte de los votantes socialistas portugueses, también vieron en su partido un giro inesperado en su trazado ideológico.“No se puede ser socialista e imponer una serie de medidas que van en contra del pueblo, que lo someten a una vida precaria y sin posibilidades de salir adelante. Eso no es socialismo, permitir tantos recortes. Pero también se preguntan mucho si merece la pena desgastarse oponiéndose a ellos cuando no hay margen de maniobra para nada”, agrega.La historia de todo este movimiento cortacabezas se puede decir que arrancó en 2008 en Islandia, entonces considerado el pueblo más feliz del mundo. Pero detrás de este cartel, el país se encaminaba a la ruina, en la que acabó con el gobierno de Geir Haarde. La rebelión civil que estalló condujo a las elecciones de 2009 en las que se impuso la izquierda. Islandia rechazó en dos oportunidades en referendo pagar la deudas con bancos de Holanda y Gran Bretaña. El camino que muchos consideran el más viable y acertado.Tras Islandia, en 2010 los conservadores se hacen con el poder en Hungría, consiguiendo dos tercios de los escaños. La crisis pasaba su cuenta de cobro. La historia también hablará que ese año, Gordon Brown (Mayo) llevó a los laborista a su peor resultado desde 1983 y tuvo que ceder el poder a los conservadores de David Cameron.En Holanda no escampaba. En Junio de 2010 se derrumbaba Democracia Cristiana, el partido que gobernaba con Jan Peter Balkenende y que cedió el turno al liberal Mark Rutte. Los holandeses tampoco perdonaban el manejo de la crisis. Lo malo, es que la extrema derecha, que poco apoyo había logrado años atrás, se consolidaba como la tercera fuerza más votada.Tras Holanda, Irlanda, ya en febrero de este año. Los democristianos se hacían con el mando tras derrotar al liberal Fianna Fail que llevó al país al rescate en diciembre de 2010.La larga lista le tenía un puesto guardado a Dinamarca, quizá una de las economías más sólidas de Europa. En Septiembre de 2011 la centroderecha quedaba fuera del juego político para darle paso a la primera mujer en dirigir el país, Helle Thoming Schmidt de centro izquierda. A pesar de tener los mejores servicios sociales de Europa, la Nación estaba asfixiado por la crisis.Grecia fue un caso aparte. Sumida en la peor crisis, rescatada dos veces, con una sociedad sin esperanza y sin futuro, y un descontento general, el 7 de noviembre Yorgos Papandreu, también socialista, entregó el poder a Lukas Papadimos. El paisaje de una de las cunas de la civilización, es, de forma literal, una ruina.El cierre al menos de este año estuvo a cargo de Silvio Berlusconi, el primer ministro italiano, presionado por los mercados y la UE a renunciar y dar paso a la nueva serie de mandatarios tecnócratas que quiere imponer la Unión Europea.

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