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El papa Francisco inicia gira por los países 'olvidados' de Latinoamérica

Quito será la primera parada de Francisco. También visitará Bolivia y Paraguay. Irá a las barriadas, donde dijo, están los necesitados.

5 de julio de 2015 Por: Por Patricia Lee | especial para El País

Quito será la primera parada de Francisco. También visitará Bolivia y Paraguay. Irá a las barriadas, donde dijo, están los necesitados.

Al papa Francisco no le gustan las cosas fáciles. Este domingo inicia su segunda visita al continente, pero la primera a Hispanoamérica. En el transcurso de una semana, visitará Ecuador, Bolivia y Paraguay, tres pequeños y pobres países suramericanos, con sociedades polarizadas y gobiernos polémicos. 

Su mensaje es claro: irá donde están los más necesitados: los que viven en los tugurios y villas miseria como las que él solía frecuentar en Buenos Aires cuando era obispo, los indios quechuas y aymaras, los negros y los olvidados. 

Bajará hasta Guayaquil para hablar con habitantes de casas de bambú y techo de zinc, subirá hasta el Alto boliviano, a 4000 metros de altura, dialogará con movimientos sociales y cooperativos en Santa Cruz, rezará ante la popular virgen de Caacupé, en Paraguay.

En cada ciudad se esperan multitudes, no solo de ecuatorianos, bolivianos y paraguayos. Se calcula que viajarán miles de  colombianos y peruanos a Ecuador. Las autoridades creen que muchos argentinos cruzarán la frontera con Paraguay. Desde Montevideo, en Uruguay, y desde Brasil, se alistan viajes turísticos, buses escolares, camionetas particulares, y todo tipo de transportes para ver, y escuchar,  al primer Pontífice latinoamericano.  

Seis ciudades están incluidas en la gira – Quito y Guayaquil, en Ecuador; La Paz y Santa Cruz, en Bolivia; y Asunción y Caacupé, en Paraguay-, con 22 discursos y homilías, toda una prueba para Francisco. No solo por su salud, ya que le extirparon un pulmón cuando era joven, y deberá llegar a las alturas de La Paz, realizando encuentros y dando misas desde la mañana hasta la noche. Pero además, porque estará en  tres países donde a los problemas de la pobreza se unen los conflictos políticos que los han caracterizado en los últimos años.

El secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, afirmó a  la agencia Télam de Argentina, que “el papa Francisco tiene fines políticos en el sentido de la construcción de la comunidad social y política”. “Sus objetivos son que haya de parte de los cristianos una contribución que ayude a solucionar los problemas actuales”, aunque señaló que hay que distinguir “entre fines partidarios y fines políticos”. 

El Papa “no va a apoyar a nadie más que a la paz, a la reconciliación y al desarrollo material y espiritual de los países”, agregó.

“Es un viaje muy significativo, porque Francisco se reencuentra con Hispanoamérica”, dijo   a El País Francesca Ambroggetti, la periodista italiano-argentina que escribió su primera biografía, ‘El Jesuita’. 

“El Papa va a viajar al corazón de la religiosidad popular del continente. Él le da mucha importancia a la devoción popular, considera que el vigor de la religión Católica está allí. En dos países, Bolivia y Paraguay, va a encontrar comunidades que conoce muy bien, porque son muy fuertes en Argentina, están instaladas en barrios de la capital argentina, donde él hacía mucha labor pastoral”,  dijo la periodista, tras agregar que  “la política va a quedar al margen”, porque lo clave será “el reencuentro”. 

El escenario en Ecuador será la polarización política, con las  marchas de  la última semana  contra el Gobierno por  la medida  de aumentar impuestos a las herencias y a la venta de bienes inmuebles y las de apoyo al presidente Rafael Correa. 

Francisco “no viene a nuestro país para consagrar ninguna ideología política, ningún régimen político”, dijo el portavoz de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, David de la Torre. “No es el momento de manifestar nuestras ideas ni nuestros proyectos políticos. No es el momento de armar más polémicas y más pisiones”, añadió. 

El miércoles, el Sumo Pontífice llegará a Bolivia, donde estrechará  la mano al presidente indígena  Evo Morales, en un claro gesto de conciliación, frente a un gobierno que ha sido atacado por la oposición política concentrada en  Santa Cruz. 

En Santa Cruz visitará Palmasola, la prisión más violenta del país.  Rendirá  homenaje al jesuita español Luis Espinal, víctima de la represión en los años 70, todo un gesto frente a un continente que aún no puede olvidar ni perdonar a los que cometieron miles de crímenes contra los derechos humanos en  las tenebrosas dictaduras militares. 

Clave será su participación en el II Encuentro Mundial de Movimientos Populares, que reunirá  líderes cooperativos, desalojados, desempleados, recicladores y  campesinos sin tierra, venidos de todo el mundo. Allí reafirmará los temas de  su Encíclica ‘Laudato Si’, publicada el  18 de junio, un  llamado a parar la devastación ambiental, el cambio climático, y reconocer derechos de indígenas y campesinas. 

La visita culminará en Paraguay, donde habrá uno de los actos más simbólicos: la misa en el Santuario Mariano de Caacupé. 

 “El siempre expresó mucha admiración por la mujer paraguaya, porque su primera jefa, en un laboratorio donde trabajó muy joven cuando estudiaba para técnico químico, fue Ester Ballestrini de Careaga, paraguaya, una de las Madres de Plaza de Mayo desaparecidas durante la dictadura”, dice  Francesca Ambroggetti  en la biografía. 

El Pontífice cerrará su viaje en Bañado Norte, zona pobre de Asunción. Allí se despedirá de América Latina, a donde volverá en septiembre para enviar un mensaje de reconciliación, visitando Cuba y Estados Unidos, dos países que acaban de retomar las relaciones diplomáticas, en buena medida  gracias a las gestiones del Papa argentino.

Denuncia de la SIP En una carta abierta al Papa Francisco, la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP,  aprovechando su visita a Latinoamérica le dio a conocer su preocupación por la violación sistemática del Gobierno de Ecuador a los derechos fundamentales a las libertades de expresión y de prensa.  ”El presidente Rafael Correa ha  implementado una mordaza contra todo aquel que disienta de la ‘verdad oficial’, ya sean medios de comunicación, organizaciones sociales y políticas, periodistas, ciudadanos en general, opositores y disidentes. Utilizando a la propaganda como ariete y a la Ley de Comunicación como instrumento de censura, ha cerrado y castigado medios, e impuesto una cultura del miedo que ha abortado el debate público y que los ciudadanos gocen de su derecho a la libertad de expresión”, dice la misiva. “Si nos permite una moraleja, a la luz de  la censura y la intromisión en los contenidos editoriales que practica el gobierno, Su Santidad podría verse obligado por ley a cambiar el título de Laudato Si'  o a tener que modificar u omitir aquellos párrafos que el presidente Correa estime que no se ajustan a sus estrategias medioambientales”, añade la SIP. Más adelante agrega el gremio:  “Su Santidad, a la luz de las enseñanzas de Communio et Progressio y otros documentos pontificios sobre el papel de la expresión libre, la comunicación y los medios en la vida moderna, tenemos la esperanza de que sus palabras puedan inducir cambios en la política oficial de censura que practica el gobierno de Ecuador o, al menos, aliviar el sufrimiento de aquellos que no pueden gozar plenamente de su derecho irrenunciable a la expresión.

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