"El embargo también puede levantarse en un escenario republicano": Arturo López Levy
El analista Arturo López Levy asegura que Obama es un presidente muy popular entre el pueblo cubano. Hay sectores que no han visto aún los beneficios de la reforma.
El analista Arturo López Levy asegura que Obama es un presidente muy popular entre el pueblo cubano. Hay sectores que no han visto aún los beneficios de la reforma.
Arturo López Levy está convencido de que los cubanos le darán hoy una efusiva bienvenida a Barack Obama. No lo dice literalmente, pero se deduce de la firmeza con la que habla del gran progreso que han tenido las relaciones entre EE. UU. y Cuba desde que el Mandatario norteamericano decidió jugarse su capital político y traer la isla al Siglo XXI.
Obama ha demostrado que su política ha sido más efectiva para crear un ambiente fértil a una mayor autonomía de la sociedad civil cubana y a una proyección de actores que podrían tener una agenda democrática, que la política de hostilidad y aislamiento, dice el analista que cada año vuelve dos veces desde el Norte a la isla que la vio nacer.
Allí estaba el pasado miércoles, viendo cómo la gente va ahora por las calles de La Habana conectada a internet y fijándose en los negocios privados que se han instalado en esa capital. De esas muestras de optimismo habló con El País, reconociendo también que hay sectores que no han visto aún los beneficios fundamentales de la reforma.
¿Qué tanto se ha avanzado en las relaciones entre Cuba y EE. UU. desde el 17 de diciembre de 2014, cuando los países reanudaron sus contactos diplomáticos?
Se ha dado un gran progreso en la dirección adecuada porque las relaciones entre Cuba y EE. UU. habían estado desde principios de los años 70 en un callejón sin salida. Un documento de la administración Johnson, en 1968, concluyó que la política de embargo no servía a los intereses y valores de los EE. UU. Luego se hicieron algunos intentos por desmontarla en las administraciones Ford y Carter, y otros más tenues en la Clinton, después del convencimiento que emergió en 1998, a raíz de la visita del Papa Juan Pablo II, de que el Gobierno cubano no estaba en vísperas de caer. Ya era evidente que era necesario priorizar el acercamiento e intercambio entre las dos sociedades, pero se pospuso por políticas internas norteamericanas, hasta que hoy la Rama Ejecutiva, y en un porcentaje importante la Legislativa, tienen el convencimiento de que es lo más adecuada para ambas y especialmente para Cuba.
¿Qué ambiente hay en la isla frente a la visita del presidente Obama?
Hay un ambiente de gran expectativa y de optimismo. Obama es un presidente muy popular entre el pueblo cubano de todos los segmentos, aunque hay algunos con una posición más recalcitrante, como el bloguero Iroel Sánchez, que ha emitido varios artículos con bastante escepticismo y críticas al Presidente. Pero incluso entre los partidarios del Gobierno hay un reconocimiento de que él ha hecho lo que desde mucho tiempo debía hacerse, el Gobierno y otros sectores de EE. UU. que han expresado su voluntad de caminar la milla extra le han dado oportunidad a la paz, al intercambio y a los contactos entre ambas sociedades.
¿Se trata de una visita protocolaria que va a sellar todo este nuevo ambiente entre EE. UU. y la isla?
No creo que sea protocolaria, es una visita que, más que la culminación de un proceso, es un acicate para impulsar en las políticas norteamericana y cubana dinámicas de acercamiento y fortalecimiento de los sectores de la población que se benefician y se comprometen con el intercambio. Fíjese que la visita es justo después de la primaria de La Florida, donde Cuba ha sido parte del debate en el lado demócrata, en términos de apoyo total al Presidente, y en el caso republicano con posiciones distintas, pues el empresario Donald Trump ha dicho que le parecen lógicos y racionales los pasos dados por el Presidente, lo cual es raro porque él discrepa en muchas cosas de Obama.
Obama acaba de asegurar que el embargo será desmontado por el siguiente Gobierno, ¿es posible?
Para desmontarlo tiene que haber un cambio en el balance de poder en el Congreso de la Unión y de los 33 asientos senatoriales que van a elección, 22 son republicanos. Es posible que los demócratas recuperen el control del Senado, dado el corrimiento del partido hacia una posición más progresista, pero las posibilidades de desmontar el embargo no se limitan a una victoria demócrata, también pueden ocurrir bajo un escenario republicano, puesto que el líder de la campaña, Trump, ha estado a favor de desmontar la política contra Cuba y a que en el Congreso han aumentado las presiones de sectores de negocio como las cámaras de comercio de EE. UU.
Pero la disidencia sostiene que los derechos humanos siguen siendo gravemente violados en la isla...
Creo que medir la situación de los derechos humanos en Cuba solo por las detenciones de corta duración lleva a conclusiones apresuradas. Sí han aumentado, pero las mismas personas son detenidas domingo tras domingo y liberadas el mismo día o el lunes en la mañana. Desde un enfoque abarcador se ve que las detenciones de larga duración, que llevan condenas en prisión, han bajado mucho, sobre todo después de las visitas del Papa Francisco y otros líderes europeos. Y que ha mejorado el derecho a la propiedad privada, importante porque otorga autonomía frente al Estado; el de creación de sociedad, con un sector privado o cooperativo independiente del control estatal; el de viajar, multiplicador en términos de educación y trabajo, y el de libertad religiosa. Obama ha demostrado que su política ha sido más efectiva para crear un ambiente más fértil a una mayor autonomía de la sociedad civil cubana y a una proyección de actores que podrían tener una agenda democrática, que la política de hostilidad y aislamiento.
Pero el aumento en las detenciones temporales podría verse como un intento de hegemonía política...
El presidente Obama puede influir en esa tema en el margen, como lo ha hecho el Presidente francés con su visita a Cuba y su invitación a París a Raúl Castro y como lo pueden hacer presidentes latinoamericanos, incluido Santos, y eso tiene un espacio en lo que se llama nombrar y avergonzar a los gobiernos por conductas que se desvían de los estándares internacionales. Esas detenciones obeceden al modelo político cubano, que es unipartidista, y el Gobierno y los líderes han dicho que no tienen planes de cambiarlo, lo que implica medidas de control interno al menos temporales. Así que no espero que Obama vaya a marcar una diferencia a largo plazo en ese aspecto.
¿Y cómo se pueden palpar los cambios de los que usted habla en la cotidianidad de los cubanos?
Un gran cambio en el panorama habanero es el acceso a internet a través del WiFi público. Usted va hoy a muchos parques y ve personas conectadas por celulares y computadoras. También, el hecho de que sea más factible que los cubanos que viven en EE. UU. puedan hacer envíos o préstamos, incluso a los nuevos sectores privados y cooperativos. El acceso a la información es otro cambio de juego, no porque las personas tengan acceso a información antigubernamental, pero sí a matrices ideológicas diferentes. En las calles de La Habana se ven más negocios privados y la presencia de turistas extranjeros es muy notable en hoteles llenos. Me preocupa que el modelo económico siga siendo lento y no permita aprovechar el aluvión de turismo. Es un problema que el Gobierno va a tener que lidiar, y otro es la desigualdad, pues hay grupos que se benefician antes de la reforma económica y otros a los que les cuesta más trabajo.
¿O sea que esos turistas siguen siendo abordados por mendigos?
Se vé en menor medida, pero de manera más urgente, más desesperada. Hay sectores que no han visto aún los beneficios fundamentales de la reforma que ha ocurrido y eso hay que mirarlo. El Gobierno hace lo posible por mantener una mínima receta con las cartillas del racionamiento, pero no es suficiente en un modelo que se está volviendo más de economía mixta que de economía planificada de comando.
¿En la comunidad cubana de Florida hay unanimidad ante las reformas?
La comunidad cubano americana está muy dividida, hay mucho esceptismo, incluso en la mayoría que apoya la visita de Obama a Cuba, pero algo importante es que esa comunidad no es la misma de 10, 15 años atrás. La mayoría respaldó la elección presidencial del 2012 y ahora el 68 % apoya el que puedan viajar a la isla y el 58 % cree que ese beneficio también debe cubrir a los otros norteamericanos. Los sectores proembargo dicen que este viaje legitima al Gobierno cubano, pero el Presidente ha dicho que se trata de política que respalda los intereses y valores de la sociedad norteamericana.
Hay quienes dicen que el régimen cubano acepta estos cambios porque para ellos ahora lo económico prima sobre lo político, ¿qué opina?
No creo que sea así, hay una lógica política que impulsa una reforma económica al interior de Cuba. No es que estén abandonando su tradición para adoptar una reforma económica, sino que han valorado la ausencia del liderazgo carismático que existía con la figura de Fidel Castro y se han planteado una transición a un modelo que es menos basado en carisma y más en un mejor desempeño económico, una visión más institucionalizada y una toma de conciencia de cambio generacional.
Ahora hablaba de la campaña presidencial en EE. UU. ¿Cómo la analiza, tras el último supermartes?
En los próximos días se va a ver si es posible que el Partido Republicano, con la disciplina histórica que lo ha caracterizado, se puede alinear junto a Ted Cruz en contra del candidato insurgente, Trump, esa es la gran pregunta. También está la posibilidad de mantener la campaña en otros estados para llegar a una convención dividida y allí elegir a un tercer candidato, lo cual es muy poco probable, porque el partido se dividiría aún más. Creo que van a hacer lo posible por apretarse la nariz y tratar de aglutinarse en torno a Cruz. Es prematuro decir que Trump ya ganó la primaria, pero todavía sigue siendo el favorito. En el lado demócrata, es evidente que la insurgencia de Sanders ya está bajo control y que él está buscando es influir la plataforma del partido con temas como la atención a los veteranos, la desigualdad social y la regulación financiera a Wall Street.
¿Y cómo queda Cuba en esos escenarios?
La derrota del senador Rubio ya elimina el principal caballo de batalla de la posición pro embargo y ha sido una situación muy dura para ellos, puesto que su ánimo ya estaba bastante caído con las acciones del Presidente y acuérdese que lo primero que se pierde en una batalla política es el ánimo, la voluntad de vencer.
Para terminar, ¿cómo viven los cubanos las negociaciones de paz que adelantan allá el Gobierno colombiano y las Farc?
En los periódicos cubanos se le hace mucho seguimiento al tema de la paz para Colombia y hay una expectativa grande. Ya le digo, a los cubanos les preocupa primero su situación económica y no sería correcto decir que se están levantando y acostando con el proceso de paz, pero dentro de los temas internacionales el pueblo en general y la clase política ven con orgullo la cooperación y el entendimiento de los factores del largo periodo de violencia que ha golpeado a la nación colombiana.
Nombre: Arturo López-Levy.Nació en: Santa Clara, Cuba.Vive en: Denver, Estados Unidos.Profesión: candidato a doctor en filosofía en la Escuela de Estudios Internacionales de la U. de Denver. Tiene una maestría en Relaciones Internacionales de la U. de Columbia y otra en Economía de la U. Carleton, de Ottawa. También es licenciado del Instituto de Altos Estudios de Relaciones Internacionales de La Habana.Trabaja en: profesor de las universidades de Denver y Colorado, especializado en la política norteamericana hacia Cuba y Latinoamérica. También es columnista de CCN en Español y del portal Infolatam. Ha sido integrante activo de CAFE, organismo anti embargo.