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"El embargo también puede levantarse en un escenario republicano": Arturo López Levy

El analista Arturo López Levy asegura que Obama es un presidente muy popular entre el pueblo cubano. “Hay sectores que no han visto aún los beneficios de la reforma”.

20 de marzo de 2016 Por: Olga Lucía Criollo | El País.

El analista Arturo López Levy asegura que Obama es un presidente muy popular entre el pueblo cubano. “Hay sectores que no han visto aún los beneficios de la reforma”.

Arturo López Levy está convencido de que los cubanos  le darán hoy una efusiva bienvenida a Barack Obama. No lo dice literalmente, pero se deduce de la firmeza con la que habla del “gran progreso” que han tenido las relaciones entre EE. UU. y Cuba desde que el Mandatario norteamericano decidió jugarse su capital político y  traer la isla al Siglo XXI.

“Obama ha demostrado que su política ha sido más efectiva para  crear un ambiente fértil   a una mayor autonomía de la sociedad civil cubana  y a una proyección de actores que podrían tener una agenda democrática, que la política de hostilidad y aislamiento”, dice el analista que cada año vuelve dos veces desde el Norte a la isla que la vio nacer.

Allí estaba el pasado miércoles, viendo cómo la gente va ahora por las calles de La Habana conectada a internet y fijándose en  los  negocios privados que se han instalado en esa capital. De esas muestras de optimismo habló  con El País, reconociendo también que “hay sectores que no han visto aún  los beneficios fundamentales de la reforma”.

¿Qué tanto se ha avanzado en las relaciones entre Cuba y EE. UU. desde el 17 de diciembre de 2014, cuando los países reanudaron sus contactos diplomáticos?

Se ha dado un gran progreso en la dirección adecuada porque las relaciones entre Cuba y EE. UU. habían estado desde principios de los años 70 en un callejón sin salida. Un documento de la administración Johnson, en 1968, concluyó que la política de embargo no servía a los intereses y valores de los EE. UU. Luego se hicieron  algunos intentos por desmontarla en las administraciones Ford y Carter, y otros más tenues en la Clinton, después del convencimiento que emergió en 1998, a raíz  de la visita del  Papa Juan Pablo II, de que el Gobierno cubano no estaba en vísperas de caer. Ya era evidente que era necesario priorizar el acercamiento e intercambio entre las dos sociedades, pero se  pospuso por políticas internas norteamericanas, hasta que hoy la Rama Ejecutiva, y en un porcentaje importante la Legislativa, tienen el convencimiento de que es lo más adecuada para ambas y especialmente para Cuba.

¿Qué ambiente hay en la isla frente a la visita del presidente Obama?

Hay un ambiente de gran expectativa y de optimismo. Obama es un presidente muy popular entre el pueblo cubano de todos los segmentos, aunque hay algunos con una posición más recalcitrante, como el bloguero Iroel Sánchez, que ha emitido varios artículos con bastante escepticismo y críticas al Presidente. Pero incluso  entre los partidarios del Gobierno hay un reconocimiento de que él ha hecho lo que desde mucho tiempo debía hacerse, el Gobierno y otros sectores de EE. UU. que han expresado su  voluntad de caminar la milla extra le han dado oportunidad a la paz, al intercambio y a los contactos entre ambas sociedades. 

¿Se trata de una visita protocolaria que va a sellar todo este nuevo ambiente entre EE. UU. y la isla?

No creo que sea protocolaria, es una visita que, más que la culminación de un proceso, es un acicate para impulsar en las políticas norteamericana y cubana dinámicas de acercamiento y fortalecimiento de los sectores de la población que se benefician y se comprometen con el intercambio. Fíjese que la visita es justo después de la primaria de La Florida, donde Cuba ha sido parte del debate en el lado demócrata, en términos de apoyo total al Presidente, y en el caso republicano con posiciones distintas, pues el empresario  Donald Trump ha dicho que le parecen lógicos y racionales los pasos dados por el Presidente, lo cual es raro porque él discrepa en muchas cosas de Obama.

Obama acaba de asegurar que el embargo será desmontado por el siguiente Gobierno, ¿es posible?

Para desmontarlo  tiene que haber un cambio en el balance de poder en el Congreso de la Unión y de los 33 asientos senatoriales que van a elección, 22 son republicanos. Es posible que los demócratas recuperen el control del Senado, dado el corrimiento del partido hacia una posición más progresista, pero las posibilidades de desmontar el embargo  no se limitan a una victoria demócrata, también pueden ocurrir bajo un escenario republicano, puesto que el líder  de la campaña, Trump, ha estado a favor de   desmontar la política contra Cuba y a que en el Congreso han aumentado las presiones de sectores de negocio como las cámaras de comercio de EE. UU.

Pero  la disidencia sostiene que  los derechos humanos siguen siendo gravemente violados en la isla...

Creo que medir la situación de los derechos humanos en Cuba solo por las detenciones de corta duración lleva a conclusiones apresuradas. Sí han aumentado, pero las mismas personas son detenidas domingo tras  domingo y liberadas el mismo día o el lunes  en la mañana. Desde un enfoque abarcador se ve que  las detenciones de larga duración, que llevan condenas en prisión, han bajado mucho, sobre todo después de las visitas del Papa Francisco y otros  líderes europeos. Y que ha mejorado el derecho a la propiedad privada, importante porque otorga autonomía frente al Estado; el de  creación de sociedad, con un sector privado o cooperativo independiente del control estatal; el de  viajar, multiplicador en términos de educación y trabajo, y  el de libertad religiosa.  Obama ha demostrado que su política ha sido más efectiva para  crear un ambiente más fértil  a una mayor autonomía de la sociedad civil cubana  y a una proyección de actores que podrían tener una agenda democrática, que la política de hostilidad y aislamiento.

Pero  el   aumento en las detenciones temporales podría verse como un intento de hegemonía política...

El presidente Obama puede influir en esa tema en el margen, como lo ha hecho el Presidente francés con  su visita a Cuba y su invitación a París a Raúl Castro y como lo pueden hacer presidentes latinoamericanos, incluido Santos, y eso tiene un espacio en lo que se llama nombrar y avergonzar  a los gobiernos por conductas que se desvían de los estándares internacionales. Esas detenciones obeceden al modelo político cubano, que es unipartidista, y el Gobierno  y los líderes han dicho que no tienen planes de cambiarlo, lo que implica  medidas de control interno al menos temporales. Así que no espero que Obama vaya a marcar una diferencia a largo plazo en ese aspecto.

¿Y  cómo se pueden palpar los cambios de los que usted habla en la cotidianidad de los cubanos?

Un gran cambio en el panorama habanero es el  acceso a internet a través del WiFi  público. Usted va hoy a muchos parques y ve   personas conectadas por  celulares y computadoras. También, el hecho de que sea más factible que los cubanos que viven en EE. UU. puedan hacer envíos o préstamos, incluso a los nuevos sectores privados y cooperativos. El acceso a la información es otro cambio de juego, no porque las personas tengan acceso a información antigubernamental, pero sí a matrices ideológicas diferentes. En las calles de La Habana se ven más negocios privados y la presencia de turistas extranjeros es muy notable en hoteles llenos. Me preocupa que el modelo económico siga siendo lento y no permita aprovechar el aluvión de turismo. Es un problema que el Gobierno va a tener que lidiar,  y otro es la desigualdad, pues   hay grupos que se benefician antes de la reforma económica y otros a los  que les cuesta más trabajo.

¿O sea que esos turistas siguen siendo abordados por mendigos?

Se vé en menor medida, pero de manera más urgente, más desesperada. Hay sectores que no han visto aún los beneficios fundamentales de la reforma que ha ocurrido y eso hay que mirarlo. El Gobierno hace lo posible por mantener una mínima receta con las cartillas del racionamiento, pero  no es suficiente en un modelo que se está volviendo más de economía mixta que de economía planificada de comando.

¿En la comunidad cubana de Florida hay unanimidad ante las reformas?

La comunidad cubano americana está muy dividida, hay mucho esceptismo, incluso en la mayoría que apoya la visita de Obama a Cuba, pero algo importante es que esa comunidad no es la misma de 10, 15 años atrás. La mayoría respaldó la  elección presidencial del 2012 y ahora el 68 % apoya el que puedan viajar a la isla y  el 58 %  cree que  ese beneficio también debe cubrir a los otros norteamericanos. Los sectores  proembargo  dicen que este viaje legitima al Gobierno cubano, pero  el  Presidente ha dicho que se trata de política que respalda los intereses y valores de la sociedad norteamericana.

Hay quienes dicen que el régimen cubano  acepta estos cambios porque para ellos ahora lo económico prima sobre lo político, ¿qué opina?

No creo que sea así, hay una lógica política que impulsa una reforma económica al interior de Cuba. No es que estén abandonando su tradición para adoptar una reforma económica, sino que han valorado la  ausencia del liderazgo carismático que existía con la figura de Fidel Castro y se han planteado una transición a un modelo que es menos basado en carisma y más en  un mejor desempeño económico, una visión más institucionalizada y una toma de conciencia de cambio generacional.

Ahora hablaba de la campaña presidencial en EE. UU. ¿Cómo la analiza, tras el último ‘supermartes’?

En los próximos días se va a ver si es posible que el Partido Republicano, con la disciplina  histórica que lo ha caracterizado, se puede alinear junto a Ted Cruz en contra del candidato insurgente, Trump, esa es la gran pregunta. También está la posibilidad de mantener la campaña en otros estados para llegar a una convención dividida y allí elegir  a  un tercer candidato, lo cual es muy poco probable, porque el partido se dividiría  aún más. Creo que van a hacer lo posible por apretarse la nariz y tratar de aglutinarse en torno a Cruz. Es  prematuro decir que Trump ya ganó la primaria, pero todavía sigue siendo el favorito. En el lado  demócrata, es evidente que la insurgencia de Sanders ya está bajo control y que él está buscando es influir la plataforma del partido con temas como la atención a los veteranos, la desigualdad social y la regulación financiera a  Wall Street.

¿Y cómo queda Cuba en esos escenarios?

La derrota del senador Rubio ya elimina el principal caballo de batalla de la posición pro embargo y ha sido una situación muy dura para ellos, puesto que  su  ánimo ya estaba bastante caído con las acciones del Presidente y acuérdese  que lo primero que se pierde  en una batalla política es el ánimo, la voluntad de vencer.

Para terminar, ¿cómo viven los cubanos las negociaciones de paz que adelantan allá el Gobierno colombiano y las Farc?

En los periódicos  cubanos se le hace mucho seguimiento al tema de la paz para Colombia y hay una expectativa grande. Ya le digo, a los cubanos les preocupa primero su situación económica y no sería correcto decir que se están levantando y acostando con el proceso de paz, pero dentro de los temas  internacionales el pueblo en general y la clase política ven con orgullo la cooperación y el entendimiento de los factores del largo periodo de  violencia  que ha golpeado a  la nación colombiana.

Nombre:  Arturo López-Levy.Nació en:  Santa Clara, Cuba.Vive en:  Denver, Estados Unidos.Profesión:  candidato a doctor en filosofía en la Escuela de Estudios Internacionales de la U. de Denver. Tiene una maestría en Relaciones Internacionales de la U.  de Columbia y  otra en Economía de la U. Carleton, de Ottawa. También es licenciado del Instituto de Altos Estudios de Relaciones Internacionales de La Habana.Trabaja en:  profesor de las universidades de Denver y Colorado, especializado en la política norteamericana hacia Cuba y Latinoamérica. También es columnista de CCN en Español y del portal Infolatam. Ha sido integrante activo de CAFE, organismo anti embargo.

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