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De Pedernales a Portoviejo, un viaje marcado por la destrucción

La autopista, en muchos tramos, está dañada. Las personas han optado dormir a la orilla de la carretera donde se sienten seguros durante las fuertes réplicas. Crónica.

20 de abril de 2016 Por: Marcos Vaca | Especial para El País desde Ecuador

La autopista, en muchos tramos, está dañada. Las personas han optado dormir a la orilla de la carretera donde se sienten seguros durante las fuertes réplicas. Crónica.

El objetivo era llegar desde Pedernales hasta Portoviejo, una de las ciudades más grandes de la provincia de Manabí. Las noticias locales decían que en las urbes más grandes de esta zona el daño era igual e incluso mayor que en la pequeña Pedernales. Lea también: Entre el miedo y la penumbra, así es una noche en Pedernales tras el terremotoLa mayoría de las personas trata de salir hacia el centro y sierra de Ecuador, muy pocos intentan ir hacia otras poblaciones de Manabí, por lo cual la carretera hacia San Vicente, por ejemplo, a las 4:00 a.m. está intransitada.

Los contados conductores que toman ese recorrido deben conducir con precaución. La autopista, en muchos tramos, está dañada. La superficie vial de cemento está partida. Los propios choferes se han encargado de colocar señalizaciones rústicas para evitar accidentes de otras personas.

A esto se suma que a lo largo de la carretera han ocurrido deslizamientos de tierra. En la población de Canoa está cerrado incluso uno de los carriles vehiculares. Otra precaución que se debe tener es que los movimientos telúricos afectaron los puentes sobre los ríos: hay grietas entre el pavimento y la estructura del puente.

El trayecto debe hacerse con las luces de los vehículos, ya que no hay alumbrado público. Sí existe, especialmente en las curvas, señalización reflectora.Pero en el recorrido otra realidad de los habitantes de la provincia más afectada con el terremoto de Ecuador: la gente duerme al pie de la carretera. Se improvisan tiendas de campaña con plásticos, utilizan velas para alumbrar y unos pocos hacen guardia. Las réplicas del sismo los despiertan; son sacudones fuertes que despiertan a cualquiera. Hoy, 20 de abril, se sintió un movimiento de 6,1 grados.[[nid:528871;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2016/04/img-20160420-wa0006.jpg;left;{En el camino se pueden ver casas tragadas por piedra y lodo tras el terremoto. Foto: Marcos Vaca | Especial para El País}]]La carretera que comunica Pedernales con Portoviejo va paralela al horizonte del mar. Da mucha tristeza ver cómo muchos de los pequeños balnearios están destruidos. En Canoa y Jama, con los primeros rayos de luz solar, ya se ve a los militares recorriendo las zonas destruidas y sus habitantes retoman la búsqueda de sus pertenencias.El panorama cambia, de alguna manera, al llegar a San Vicente, Bahía de Caráquez, Crucita y Portoviejo. Son poblaciones más grandes. Ya en Portoviejo con las primeras horas de la mañana las personas salen a la carretera a pedir agua, alimentos y ropa. Luego de casi tres horas de viaje, a una velocidad promedio de 50 kilómetro por hora se llega a Portoviejo, donde espera otra ciudad con muchos daños.

 

 

 

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