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China gana cada vez más terreno en el Caribe

Las altas inversiones asiáticas en esa región pusieron en alerta a EE.UU., país que se consideraba un benefactor casi exclusivo.

16 de abril de 2012 Por: Randal C. Archibold

Las altas inversiones asiáticas en esa región pusieron en alerta a EE.UU., país que se consideraba un benefactor casi exclusivo.

Hace varias semanas se inauguró un estadio de US$35 millones en Nassau (las Bahamas), un regalo del gobierno chino. La pequeña isla nación de Dominica recibió una escuela primaria y la renovación de un hospital, también cortesía de los chinos. Antigua y Barbuda obtuvo una planta eléctrica y un estadio de críquet, y se está haciendo una escuela nueva. El poderío económico de China se ha extendido a la vuelta de la esquina de Estados Unidos, en el Caribe, con una oleada de préstamos de bancos estatales, inversiones de compañías y regalos del gobierno en forma de nuevos estadios, caminos, edificios gubernamentales, puertos y centros turísticos en una región donde EE.UU. ha sido de tiempo atrás un benefactor primordial. Los chinos han mostrado su poderío económico en casi todos los rincones del mundo. Sin embargo, colocar una bandera tan cerca de Estados Unidos ha generado exámenes intensos –y cierta inquietud– entre diplomáticos, economistas e inversionistas. “Cuando repentinamente tienes a un nuevo jugador en el hemisferio, obviamente es algo sobre lo que se habla en los niveles más altos de los gobiernos”, dijo Kevin Gallagher, profesor en la Universidad de Boston y autor del informe reciente sobre el financiamiento chino, ‘Los bancos nuevos en la ciudad’. La mayoría de los analistas no ven una amenaza a la seguridad, y notan que los chinos no construyen bases ni forjan ningún vínculo militar que pudiera invocar temores de otra crisis cubana de misiles. Sin embargo, sí ven una superpotencia emergente que asegura incursiones económicas y apoyo político en un bloque de países en desarrollo con presupuestos anémicos que antes contaron casi exclusivamente con Estados Unidos, Canadá y Europa. China anunció a finales del año pasado que les prestaría US$6.300 millones a gobiernos caribeños, lo cual aumenta considerablemente los cientos de millones de dólares en préstamos, subvenciones y otras formas de asistencia económica que ya canalizó ahí en la última década. A diferencia de África, Sudamérica y otras partes del mundo, donde a las incursiones chinas las impulsa, en gran medida, la búsqueda de materias primas, su presencia en el Caribe se deriva principalmente de empresas económicas de largo plazo, como el turismo y los préstamos y nuevos aliados potenciales, a quienes es relativamente barato ganarse, dicen analistas.El archipiélago, a menos de una hora en avión de Florida, ha recibido atención especial de los chinos. Además del estadio nuevo con la placa ‘Ayuda China’, ubicada en un lugar prominente en la entrada, trabajadores chinos en las Bahamas están ocupados ayudando a construir el Baha Mar, de US$3.500 millones, uno de los más grandes megacentros vacacionales de la región. Además de eso, un banco estatal chino acordó hace poco aportar US$41 millones para un puerto y un puente nuevos, y también se está construyendo una enorme embajada china. El nuevo estadio en esta ciudad, dijeron funcionarios bahameños, fue en parte una recompensa por romper relaciones con Taiwán en 1997, y establecerlas y mantenerlas con China. Es una de varias arenas deportivas con las que China ha salpicado al Caribe y países centroamericanos en señal de gratitud; en otras palabras, por negarse a reconocer a Taiwán, al cual funcionarios chinos consideran parte de su país. “Ofrecieron un regalo sustancial y optamos por un estadio nacional”, señaló Charles Maynard, ministro del deporte bahameño, y agregó que su gobierno nunca habría podido pagar la construcción por sí mismo. Otros también han cambiado, con cierto estímulo financiero, en este persistente estira y afloja con Taiwán. Granada rompió relaciones con Taiwán en 2004 y ahora sostiene conversaciones con China sobre un nuevo estadio nacional de atletismo. El rompimiento no ha sido del todo amistoso, y Taiwán y Granada están enfrascados ahora en una disputa financiera sobre unos préstamos que recibió el segundo para financiar la construcción de su aeropuerto.Determinado a que no se le margine, Taiwán busca solidificar las relaciones existentes con países como Belice, San Cristóbal y Nieves, y Santa Lucía –que en 2007 rompieron relaciones con China a favor de Taiwán– con un conjunto de proyectos, muchos agrícolas, incluido un acuerdo firmado con Belice en las últimas semanas para desarrollar la industria de granjas acuícolas ahí. No obstante, diplomáticos taiwaneses en la región reconocieron que nunca podrían seguirle el paso a la esplendidez de China, pero sigue haciendo inversiones estratégicas en el Caribe.Varios analistas en el Caribe creen que China finalmente surgirá como una fuerza política en la región, ya que muchos países están endeudados con ella. “Si China continúa invirtiendo en la forma en la que lo está haciendo en el Caribe, Estados Unidos casi se está haciendo irrelevante para la región”, aseguró Ronald Sanders, ex diplomático de Antigua y Barbuda.

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