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Así se prepararon los caleños en EE.UU. para la 'furia' del huracán Matthew

El agua, los enlatados y el pan comenzaron a escasear en las estanterías. Familias compraron provisiones y se resguardaron en sus casas. Caleña compartió video con los primeros vientos huracanados de Matthew.

6 de octubre de 2016 Por: Elpais.com.co

El agua, los enlatados y el pan comenzaron a escasear en las estanterías. Familias compraron provisiones y se resguardaron en sus casas. Caleña compartió video con los primeros vientos huracanados de Matthew.

Los vientos y las fuertes lluvias del huracán Matthew comenzaron a golpear desde este jueves a los Estados Unidos. Con botellas de agua, alimentos enlatados y resguardados en sus hogares, los caleños residentes en la Florida comenzaron a prepararse para enfrentar la 'furia' de este fenómeno natural.  

Es el caso de Jesús David Torres, un caleño de 26 años que vive en Kendall, una parte de la ciudad de Miami, junto a sus padres.

Cuenta que esta es la segunda vez que se prepara para un huracán, en los 13 años que lleva viviendo en Miami.  

"Compramos bastante agua en botella, comida enlatada como atún, paquetes de papitas, platanitos, galletas saltinas; también hielo por si se va la electricidad, pilas, linternas, todo lo necesario. La gente acá también pone como una especie de latas afuera de las ventanas, para asegurarse de que si hay algún objeto volando no vaya a causar daños o un desastre en la casa", relata el caleño. 

Dice que ha llovido mucho y se reportan vientos de entre 60 y 120 kilómetros por hora. 

Así reporta una caleña residente en Miami el arribo del huracán Matthew a la Florida. Video tomado desde Aventura - sunny isles, norte de Miami.

La gasolina se puso escasa y subió de precio por la alta demanda.

Cuenta que las autoridades en el estado han prestado refugios "para que la gente que no se sienta segura en su hogar o no tenga lugar donde quedarse, pueda quedarse allá. Generalmente son las escuelas públicas de distintas partes del condado".

Y aunque no ha habido desabastecimiento, este joven caleño dice que hay insumos que se fueron agotando: "Grandes cadenas como Wallmart ya no tenían más agua, hubo escasez debido a que la gente se estaba preparando muy bien y ha tomado muy seriamente el tema de las precauciones a seguir en casos como estos". 

Caleños en Estados Unidos nos reportan el ambiente previo al arribo del huracán Matthew. Agua, enlatados, papel higiénico y pan ya escasean en las estanterías.

Otra caleña que pidió no ser identificada, narra que tuvo que trasladarse de su residencia al norte de la Florida hacia Weston, a la casa de unos amigos para resguardarse por el huracán.

“Evacuamos porque la vida vale más que cualquier cosa. Tuve que meter algunas de las materas de mi jardín en la piscina, porque al parecer con la fuerza del viento se vuelven proyectiles que se levantan y pueden hacer daño. También volteamos la mesa del comedor con los soportes hacia arriba y tuvimos que comprar comida porque no sabemos qué va a pasar. Estamos muy asustados”. 

El huracán Matthew dejó una primera víctima a su paso por Estados Unidos, cuando una mujer de 50 años murió de un paro cardíaco al no poder ser asistida a tiempo.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció que habrá un plan de ayuda federal a Florida sudeste, ante la llegada de Matthew. 

Al decretar el estado de emergencia federal, se pueden desbloquear recursos federales de asistencia y se da vía libre a las agencias de seguridad interior DHS y de gestión de situaciones de emergencia (Fema) para que coordinen labores de rescate.

"Las ventanas se movían, vibraban como si fueran a explotar" 

A Jesús David Torres también le tocó el huracán Wilma en 2005, el cuarto huracán de categoría 5 de la temporada de ese año.  

"Fueron vientos muy fuertes, teníamos dos años de haber llegado a Cali y era la primera vez en la vida de haber vivido una experiencia así. Vivíamos en un apartamento acá en Kendall. Compramos lo necesario para sobrevivir. Recuerdo que a las ventanas les pusimos cinta en forma de asterisco por si algo se reventaba.

No recuerdo la hora en que empezaron los vientos fuertes pero sí escuché el zumbido del viento por medio de las ventanas. Debajo de la puerta, las ventanas se movían, vibraban como si fueran a explotar. Afuera se alcanzaban a ver árboles caidos, había inundación. Llegó un punto en que fueron tan fuertes los vientos que mi familia y yo nos metimos al baño, cerramos la puerta y nos hicimos donde estaba la bañera". 

La luz se fue por diez días en la zona, aunque "nosotros fuimos afortunados porque un tio acá que había comprado un generador de energía que trabaja con gasolina nos invitó a quedarnos en la casa de él y así pasamos. Fueron momentos aterradores".  

 

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