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La alcaldesa Cynthia Viteri detalla cómo la ciudad ecuatoriana pasó de ser epicentro de una tragedia por la pandemia, a ser ejemplo internacional en el manejo de esta. | Foto: Especial para El País

ECUADOR

Así pasó Guayaquil de ser epicentro de la pandemia a ejemplo en su lucha

La alcaldesa Cynthia Viteri detalla cómo la ciudad ecuatoriana pasó de ser epicentro de una tragedia por la pandemia, a ser ejemplo internacional en el manejo de esta.

16 de agosto de 2020 Por:  Meryt Montiel Lugo

Luego de sufrir la peor emergencia sanitaria de su historia, a raíz de la pandemia causada por el Covid 19, que en los meses de marzo y abril cobró la vida de por lo menos 10.000 de sus habitantes, el municipio de Guayaquil, Ecuador, logró, desde principios de mayo, reducir considerablemente la curva de contagiados y de muertos por la enfermedad. A tal punto, que hoy es modelo a escala nacional e internacional en el manejo de esta crisis epidémica y social.

La alcaldesa de esta ciudad de 2.750.000 habitantes, la abogada y doctora en Jurisprudencia Cynthia Fernanda Viteri Jiménez, de 54 años, fue quien lideró todo este proceso sanitario, que, en un comienzo, estaba en manos del Gobierno Nacional, pero como lo “venía haciendo mal”, ella decidió tomar las riendas.

La cuarentena obligatoria que debió cumplir en marzo en su residencia por haber resultado contagiada por el nuevo coronavirus (fue asintomática) no fue obstáculo para organizar todo y levantar hospitales, construir cementerios, contratar médicos, enviar alimentos a la población, brigadas de desinfección, conseguir el apoyo de la empresa privada para agilizar la compra de medicinas y coordinar otros aspectos con el Comité de Emergencia, COE.

Esta elocuente mujer, casada y madre de cinco hijos, en diálogo con El País detalló cómo se logró el llamado ‘milagro’ guayaquileño.

Puede leer: Siguen quejas por demoras en pruebas covid-19; denuncias en Cali ya son 2500

¿Sobre los videos que circularon a nivel internacional mostrando la tragedia sanitaria que ocurría en Guayaquil por la pandemia, cree que algunos no correspondieron a la realidad que ustedes vivieron?

El terror que vivimos aquí en Guyaquil fue real. Si en una ciudad en un solo día mueren 700 personas por una enfermedad desconocida y al siguiente día 400 y el día anterior habían muerto 500 y muchas de ellas cercanas a ti y tú te levantas todos los días a ver el reporte de cuántas personas de tu oficina murieron, eso es terrorífico. Sí hubo una que otra distorsión, por ejemplo, nadie quemó a nadie en las calles, eran muebles que la gente salía a quemar porque nadie los iba a retirar. Pero los muertos en las calles eran reales. Y una de las cosas más impactantes: que una familia que amó profundamente a su ser querido lo tenga que poner en la vereda (acera) porque nadie lo iba a retirar, todo eso era cierto; que personas que estaban haciendo fila en un banco caían, o en la calle, en los hospitales o fuera de ellos. O que nuestros bomberos fueran a diez o quince centros de salud y que nadie les recibiera su paciente y que este muriera dentro de la ambulancia, sí, todo eso fue real.

¿Cómo describe hoy el panorama de la pandemia en Guayaquil?

Estable, pero eso no significa que no haya casos de covid. Tenemos casos de covid todos los días y muertes por covid todos los días, podría decirse, tal vez una por día, tal vez hay días que no hay ninguna. Lo que nosotros medimos todos los días, tanto en contagio como en fallecimiento, es el promedio que tenía Guayaquil antes de la pandemia. Antes de la pandemia en Guayaquil morían en promedio 37 personas por día, en la pandemia, en el pico más alto que fue el 6 de abril murieron 700 personas, por encima de las 37. El 10 de mayo tuvimos nuestro primer día de cero muertes por encima del promedio y desde ese entonces, a la fecha, tenemos más de 62 días con cero muertes por encima del promedio habitual de las personas que fallecen en Guayaquil. Eso no significa que dentro de esos 37 no haya uno por covid. Por eso siempre averiguamos, de ese promedio, cuántos fallecieron por covid, en qué clínica, de dónde vinieron, si es o no de Guayaquil.

¿Por qué necesitan saber si es de Guayaquil o no?

Porque el sistema de salud pública de Guayaquil lo convirtieron en nacional, ahora, a esta ciudad, traen los casos de todo el país, por eso el riesgo es mucho más fuerte y las medidas deben ser mucho más fuertes.
El Gobierno maneja todo el sistema de salud, la parte criminalística, o sea, el levantamiento de cadáveres. Los Municipios manejamos transporte, medicado, recolección de basuras, agua potable, alcantarillado, obras públicas, etc. ¿Qué pasó en esta pandemia en marzo? Dada la explosión, que dio la vuelta al mundo, esta ciudad tuvo alrededor de 10.000 muertos por covid en dos meses, nosotros como Municipio decidimos dejar las obras de lado - sin dejar lo que es agua potable, alcantarillado - y todo el presupuesto que iba a ser destinado para otras cosas, lo encaminamos a la pandemia, sin ser nuestra competencia, y le destinamos US$35 millones.

¿En qué invirtieron ese dinero? ¿Qué decisiones priorizaron?

Aquí se empezaron a tomar decisiones de manera urgente, un día que no tomaras decisiones, era un día que tenías 40, 50, 60, 100, 200, 300 muertos. Entonces, en menos de un mes paramos dos hospitales grandes: el Centro de Convenciones y el Hospital Bicentenario en su primera fase. Los levantamos con oxígeno por tubería y en uno de ellos, con planta generadora de oxígeno, para no tener escasez. En total levantamos 51 puntos en la ciudad en menos de un mes, entre los Hospitales del Día (de nivel básico) que eran los nuestros, que a todos les pusimos oxígeno por tubería, clínicas móviles -vehículos que sacaría con médicos- que son alrededor de 35, brigadas médicas.

Contraté 500 personas más entre médicos, enfermeras y terapistas, más los 500 que yo tenía, fueron mil personas que salieron a la calle, puerta por puerta, a buscar al enfermo antes de que sus pulmones colapsaran y así empezaron a bajar las emergencias, las camas UCI ocupadas, empezó a bajar todo. Aquí, antes, los que llegaban a los hospitales llegaban prácticamente a morir.

“El 80% de las camas UCI están ocupadas por casos nacionales, no de Guayaquil. Por eso tenemos que protegernos más y evitar necesitarlas”.

¿Ese fue básicamente su modelo?

Básicamente nuestro modelo es y sigue siendo ese. Esta es una ciudad de 2.750.000 habitantes y solo en el mes de julio atendimos a 349.160 personas casa por casa, fuera de las 150.000 que acuden voluntariamente a nuestros centros. De esa cantidad de personas atendidas en un mes tuvimos un promedio de 13 casos por cada 10.000 habitantes, lo que nos da algo de paz, algo de tranquilidad, en relación a las muertes, que es lo que más nos preocupa. Pero sigue habiendo casos y seguimos atendiendo esos casos en sus casas, con médicos, con medicina, con atención humanitaria: repartimos comida a alrededor de un millón y medio de personas durante 120 días, íbamos inclusive, con comida para mascotas, con desinfección, fumigación, desratización. Pusimos carpas, que conseguimos con los militares, en las fronteras de la ciudad, también con oxígeno por tubería, pusimos camas, medicinas, médicos, las personas que venían de afuera pudieron ser atendidas inmediatamente ahí.

¿Ustedes no restringieron el paso a la gente que venía de afuera?

Todo lo contrario, a nosotros nos restringieron el paso a todo el país, nos enterraron como ciudad y nos sitiaron, fue decisión del Gobierno. Nos dijeron: aquí nadie entra y nadie sale. Nuestros enfermos nunca pudieron acudir a otros hospitales del país, jamás. Nos encerraron, era como prácticamente dejarnos a nuestra suerte. Ahora, en las circunstancias actuales, convirtieron los hospitales de Guayaquil en hospitales nacionales, tenemos las camas UCI, en su gran mayoría, ocupadas por personas que vienen de todas las provincias del país.

¿Dónde estuvo la ‘nuez’ para cambiar el panorama y hoy sean ejemplo a nivel nacional e internacional?

En que decidimos hacernos cargo de nuestra ciudad sin esperar que el Gobierno hiciera lo que estaba haciendo, que lo estaba haciendo mal, porque no estaba preparado el sistema de salud pública para una explosión como la que hubo aquí en Guayaquil… Y nosotros no podíamos quedarnos mirando lo que sucedía y diciendo: ‘no es nuestra competencia’. No teníamos la facultad ni la competencia para contratar personal de salud, pero la asumimos.

¿Cómo pudieron hacerlo?

Unimos recursos, la empresa privada también se unió, dio un apoyo fantástico, y pudimos dividirnos acciones. La empresa privada podía traer más rápido la medicina que no podía traer yo como Municipio, por los procesos públicos a los que me tengo que someter, pero pudimos de emergencia levantar los hospitales. Hicimos dos cementerios, el uno con 5000 tumbas, el otro con 4000. Pudimos darle al Gobierno los contenedores-congeladores para que a las personas que murieron en la calle pudieran llevárselas para allá. Todo en un principio fue querer ayudar al Gobierno: tomen contenedores, tomen insumos, medicinas, como vimos que no funcionaba, paramos. Es más, les pedimos que nos devolvieran el hospital grande que habíamos construido en 30 días, porque en plena pandemia, de 300 camas que teníamos, solo 7 estaban ocupadas, o sea, ¡no las usaban! No sé por qué. Así que contratamos nosotros el personal médico, un batallón de unas mil personas.

¿Cómo se organizó ese ‘batallón’?

La ciudad se dividió en 17 sectores para hacer un barrido, casa por casa, para saber quién tenía covid. En cada sector se puso una clínica móvil para atender otras patologías: diabetes, hipertensión, emergencias, caídas, roturas. Eran alrededor de 42 médicos y 30 líderes comunitarios por sector. Todos los días cada grupo tenía que alcanzar un universo de 1600 personas, hecho el triage, y determinar dónde había casos sospechosos de covid para que la persona fuera a cuarentena. Y con una aplicación en el celular podemos saber si esa persona rompe la cuarentena o no, porque nos lo avisan los líderes comunitarios. Y si rompe la cuarentena vamos a verla y una de nuestras ambulancias la lleva al hospital, pero esto es de todos los días, es como una rueda de hamsters, no termina nunca.

¿Qué tipo de medicación usaron en los pacientes?

Usamos la hidroxicloroquina y la seguimos usando, salvo en los casos que presenten complicaciones cardiacas. Usamos azitromicina, ivermectina y lo principal: llegar antes que la muerte a las casas. Creo que eso es lo que nos está dando resultado hasta ahora, antes de que los pulmones se compliquen, porque cuando los pulmones se complican, ni intubar a los pacientes les puede salvar la vida muchas veces. Entonces corremos, corremos a tratar el virus.

¿Qué están haciendo para mantener lo que han logrado?

Hemos tomado más decisiones en el COE: si no tenemos camas UCI o si hay pocas camas UCI del Gobierno, nos debemos cuidar más. En Guayaquil se les va a cobrar multas a personas que hagan fiestas en sus casas. Así que el que tenga alguna fiesta tendrá una primera sanción de US$400; segunda fiesta, 800; tercera fiesta, US$1200, cuarta fiesta 1700 y así US$400 más por cada fiesta que haga, a ver qué tan caro le sale.

Cuarentena

-¿Cómo fue estar en cuarentena en momentos de crisis y siendo la Alcaldesa? Seguí trabajando a través de la tecnología...

En esta ciudad Lo único que podías oír era el sonido de las ambulancias que interrumpían el silencio de la tarde, de la noche, de la mañana, de la madrugada y era tal el silencio, que podías oír el llanto de las personas de las casas cercanas cuando perdían a un familiar, porque aquí, nadie dejó de perder a alguien allegado, a un amigo, a un conocido. Mi marido tuvo covid, pude ir en la ambulancia con él por tener yo covid también y lo acompañé hasta la puerta de la clínica. Estuvo 8 días hospitalizado, y mis hijos y yo aquí (en casa). Estamos todos vivos y eso es ganancia (risas).

-¿Cómo están ayudando ustedes a otras provincias?

Mandamos nuestros médicos a otras ciudades, como a Quito, donde está trabajando una brigada de más de 20 médicos contratados con dinero municipal de Guayaquil. Tenemos médicos en Manabí, en uno de los cantones; en el cantón Sucre, médicos pagados por Guayaqui. Ahora nos llaman de todo el país, pidiéndonos médicos, medicina, mascarillas, protocolos, que como lo estamos haciendo, porque no puedo hablar en pasado, esto lo estamos haciendo, esto es impredecible, no sabemos qué vaya a pasar después”.

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