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Analistas dicen que cumbres como la Celac, no generan beneficio alguno

Organismos como la Celac, la Unasur, la Caricom, el Alba, el Parlamento Andino y la misma OEA, entre muchos otros, solo representan enormes gastos y pérdida de tiempo para los mandatarios.

2 de febrero de 2014 Por: Redacción de El País.

Organismos como la Celac, la Unasur, la Caricom, el Alba, el Parlamento Andino y la misma OEA, entre muchos otros, solo representan enormes gastos y pérdida de tiempo para los mandatarios.

La Segunda Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, Celac, que acaba de concluir en Cuba, es según algunos internacionalistas la muestra más clara de lo contradictorios e inútiles que resultan la gran mayoría de los foros multilaterales que han surgido en la región.Organismos como la Celac, la Unasur, la Caricom, el Alba, el Parlamento Andino y la misma OEA, entre muchos otros, solo representan enormes gastos y pérdida de tiempo para los mandatarios porque lejos de promover la integración regional y de generar resultados claros, dicen los expertos, se han centrado o han nacido en pujas ideológicas.Eso explica, según el internacionalista Enrique Serrano, los resultados “inocuos y ridículos” de la Cumbre de la Celac porque no tiene sentido que se reunan los presidentes de América Latina justamente en Cuba para hablar de democracia y la promoción del respeto por los derechos humanos y las libertades.“Lo que ocurrió en La Habana es tremendamente paradójico y habla muy mal de la seriedad y la legitimidad de estos encuentros. Hablar en Cuba, o en cualquier país regido por una dictadura, de derechos humanos y hacer declaraciones sobre la visión que tienen estos países de democracia desvirtúa cualquier propósito”, dijo Serrano.En su más reciente columna en el diario La Nación, de Costa Rica, el escritor y periodista Carlos Alberto Montaner aseguró que nada de lo que ocurre con estos foros es novedoso. “Uno de los rasgos más desagradables de muchos políticos latinoamericanos es la hipocresía. Tienen varios discursos. Varias caras. Dicen que son pragmáticos. No es verdad. Son cínicos”.“Durante décadas, los vecinos convivían en silencio con viejas dictaduras como las de Stroessner (Paraguay), la de Somoza (Nicaragua) o la de Trujillo (República Dominicana). Ahora les importa muy poco lo que sucede en Cuba o en Venezuela. Es el imperio de la inmundicia moral”, subrayó Montaner.Luchas ideológicasPero el caso de la Celac es solo un ejemplo en el ramillete de organismos que han venido surgiendo en América Latina más por la coyuntura política que por la verdadera integración económica que ayude a superar las diferencias sociales en esta parte del mundo.La propia Celac, según dijo el fallecido presidente Hugo Chávez, nació como un contrapeso a la influencia de Estados Unidos y Canadá en la OEA. La Unasur también fue un foro surgido en Brasil para convocar a países de la región sin la presencia de las potencias del norte. El Alba nació en el 2004 como alternativa a las alianzas de libre comercio con EE.UU.Esa lucha geopolítica entre el modelo capitalista y quienes defienden el modelo socialcomunista (los Castro de Cuba y el que impuso Hugo Chávez en Venezuela) ha generado mayor división en los países de América Latina, dicen los expertos.Entre otras cosas, porque los objetivos no se han creado de manera concertada, señala Serrano, sino que se han impuesto de manera caprichosa por uno o dos presidentes y por eso todo termina en declaraciones sin trascendencia y en simples cantos a la bandera.El analista venezolano Freddy Patiño le aseguró a El País que de estos organismos multilaterales los que mejores resultados han logrado son los que tienen fines económicos y comerciales, pero son también los que más dividen los gobiernos latinoamericanos por sus líneas ideológicas.“El Alba, que entró en decadencia con la muerte del expresidente Hugo Chávez, más que un organismo, es la asociación de áulicos del exmandatario y donde se encuentran muy convenientemente los gobiernos de Argentina, Bolivia, Ecuador y Nicaragua”, dijo Patiño.Señala que del otro lado está la Alianza del Pacífico; que integran países más de centro derecha como Colombia, Perú, Chile y México y que han sido muy criticados, por excluyentes, por gobiernos como el de Evo Morales, de Bolivia, y de Daniel Ortega, de Nicaragua.De hecho, en la cumbre de la Celac en Cuba debió salir el presidente Juan Manuel Santos a defender la Alianza del Pacífico y asegurar que no es ninguna iniciativa de carácter político.“Es la iniciativa de un grupo de países que se juntaron para decir: ‘unidos podemos ser más fuertes y competitivos y crecer mas rápido”, argumentó Santos.Para Lilia Solano, candidata de la Unión Patriótica al Parlamento Andino, otro de los organismos cuestionados por la pobreza de sus resultados, lo que quieren hacer es fortalecer la Alianza del Pacífico y acabar con el Parlamento Andino para que el gobierno de turno elija a su antojo a sus representantes.“El Parlamento Andino fue creado en 1979 en Cartagena como parte de la Comunidad Andina de Naciones y es el organismo llamado a la integración de más de 120 millones de personas de la región y no tiene sentido que para el Gobierno sea solo una carga económica. No puede ser que prefiera gastarse el dinero en mermelada”, dijo la aspirante.Sobre las libertadesOtro absurdo de los foros regionales donde prima la ideología y la esquina política, dicen, es concitar a los gobiernos de países como Venezuela, Argentina, Bolivia y Ecuador para hablar de libertad de prensa, cuando de manera concertada vienen apretando la mordaza a los medios de comunicación independientes o críticos de sus mandatos.Sobre todo cuando en Venezuela se siguen cerrando medios por falta de insumos y otros están siendo adquiridos por el mismo Gobierno para sus intereses políticos; o cuando en Argentina y Ecuador los parlamentos han decretado medidas para limitar el papel fundamental de la prensa en la construcción de la democracia y la opinión pública.Para Ignacio Gómez, presidente de la Fundación para la Libertad de Prensa, Flip, en la medida en que han existido este tipo de cumbres “para congregar a los líderes neopopulistas de América Latina, solo han servido para revivir conceptos del marxismo que fueron derrotados en el debate político en Europa. En ese sentido, los medios de comunicación se convierten en enemigos del Estado, como ocurría en Cuba cuando la Guerra Fría y estos foros terminan convertidos en agentes lesivos de la democracia en la medida en que se reunen para urdir acciones concertadas en contra de la prensa”.

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