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Amado Boudou, el lastre en el gobierno de Argentina

El vicepresidente del país austral enfrenta proceso judicial por casos de cohecho y corrupción.

10 de julio de 2014 Por: Patricia Lee | Corresponsal de El País en Buenos Aires

El vicepresidente del país austral enfrenta proceso judicial por casos de cohecho y corrupción.

El vicepresidente argentino Amado Boudou es el primer funcionario de su rango en ser procesado en la historia del país por los delitos de cohecho pasivo y negociaciones incompatibles con la función pública. Cuando Cristina Kirchner lo eligió para acompañarla en la fórmula para las elecciones de 2011, pretendía reforzar su imagen con la del economista que aparecía en costosas motos Harley Davidson y con su guitarra eléctrica acompañando a las bandas de rock en sus conciertos, pero nunca se imaginó la pesada carga que Boudou le significaría.El juez Ariel Lijo dio por probado que Boudou, con su socio José María Núñez, se quedó con el 70% de las acciones de la empresa Ciccone Calcográfica, la única del país con la técnica para imprimir billetes, pasaportes y otros documentos de alta seguridad, durante su gestión como ministro de Economía y vicepresidente después.Según el juez, Boudou habría impedido que la Casa de la Moneda comprara nuevas máquinas para obligarla a contratar con la imprenta, que desde entonces solo trabajó con los encargos que le hizo el Estado.La historiaTodo empezó en 2010, cuando la agencia AFIP pidió la quiebra de Ciccone por las deudas que tenía con el fisco y la empresa Boldt (cercana a opositores al matrimonio Kirchner) se hizo cargo de la firma, pero a los pocos meses, la firma The Old Fund compró el 70% de Ciccone, sacando a Boldt, al tiempo que la AFIP levantó el pedido de quiebra y le concedió un generoso plan de pagos que recibió el visto bueno de Boudou como ministro de Economía. El titular de The Old Fund es Alejandro Vanderbroele, un hombre que declara ganar algo más de cien dólares por mes, cuya conexión con el vicepre- sidente saltó por la denuncia de su exesposa, quien señaló que era el testa- ferro de Boudou. Vanderbroele y Núñez, íntimo amigo de infancia de Boudou, habrían organizado la operación, como se desprende del cruce de llamadas telefónicas citadas en el expediente.El juez Lijo señala que desde que The Old Fund pasó a controlar la imprenta de billetes solo recibió contratos del Gobierno y sus amigos. En abril del 2012, la Casa de la Moneda, cuya titular fue nombrada por Boudou, le dio el contrato para fabricar 410 millones de billetes de $100. El vicepresidente dice que no conoce a Vanderbroele, a pesar de que éste vivía en su apartamento de Puerto Madero y pagaba las cuentas de los servicios. Para justificar esa coincidencia, Boudou mostró un contrato de alquiler a nombre de un abogado que vive en España, pero se demostró que la firma fue falsificada. Otra prueba decisiva fue la declaración de los dueños de Ciccone, quienes denunciaron una reunión con el vicepresidente y haber sido chantajeados a través de Núñez, quien los obligó a pasarles el 70% de la firma para salvarla de la quiebra. Por último, el juez puso sus ojos en el enriquecimiento de Boudou, quien en menos de cinco años compró autos de alta gama y propiedades de lujo en Puerto Madero.Detrás de toda la operación está el banquero Raúl Moneta, quien habría prestado el dinero para la compra de la empresa, pero que, convenientemente para Boudou, no puede declarar por haber sufrido un derrame cerebral.Gravedad institucionalLo grave del caso Boudou es que el vicepresidente debe reemplazar a la Jefa de Estado ante sus ausencias, ya sean por viaje al exterior o por incapacidad. Esta semana, la Presidenta se refugió detrás de una laringitis para no ir a Paraguay, porque entonces Boudou se hubiera convertido en el primer presidente procesado de la historia. Además, por mandato constitucional, Boudou es el presidente del Senado. Pero en lugar de pedir su renuncia o una licencia mientras se aclara el caso, Cristina ordenó al oficialismo cerrar filas en torno al vicepresidente. Por eso, bloquearon esta semana en el Congreso el pedido de juicio político.La defensa a ultranza de Cristina se explica porque fue ella quien lo eligió como vicepresidente, en contra de los consejos de su entorno íntimo. La diputada Elisa Carrión denuncia que la Presidenta y su esposo Néstor Kirchner habrían estado al tanto de toda la operación, para impedir que el sector opositor del peronismo se quedara con la imprenta.Lo peor para Cristina es que el escándalo de Boudou se produce en el ocaso de su mandato y “lo que no entiende el Gobierno”, dice el analista Nelson Castro, “es que Boudou es un cadáver político y el peso de llevarlo lo van a pagar la Presidenta y los candidatos de su partido”.Otros escándalosBoudou es el último caso de una larga lista de escándalos de corrupción durante los gobiernos de los Kirchner:Ricardo Jaime, secretario de transporte, fue acusado de enrique- cerse gracias a las concesiones de trenes y transporte público.Lázaro Báez, el mejor amigo de Néstor Kirchner, fue investigado por el lavado de dinero de más de US$50 millones y por la entramada red de negocios con la familia presidencial.La exministra de Economía Felisa Micelli, fue condenada a prisión por haberse encontrado en el baño de su despacho una bolsa con 30.000 dólares que no pudo justificar.

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