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Al menos 25 muertos dejan bombardeos sobre la ciudad de Alepo, Siria

Entre las víctimas figuran siete personas que hacían cola para comprar en un mercado del barrio de Bustan, una zona marcada como objetivo militar por albergar presuntos terroristas.

24 de septiembre de 2016 Por: Elpais.com.co| AFP

Entre las víctimas figuran siete personas que hacían cola para comprar en un mercado del barrio de Bustan, una zona marcada como objetivo militar por albergar presuntos terroristas.

Al menos 25 personas murieron en la mañana de este sábado en una jornada de bombardeos aéreos sirios y rusos contra los rebeldes en la ciudad de Alepo, según una ONG, en el segundo día de una violenta ofensiva del régimen.

Este viernes 47 personas habían perdido la vida por los bombardeos en el primer día de la ofensiva militar, ejecutados por la aviación rusa y los helicópteros del régimen.

El balance podría agravarse pues mucha gente permanece atrapada entre los escombros, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Entre las víctimas figuran siete personas que hacían cola para comprar yogur en un mercado del barrio de Bustan Al Qasr, según el OSDH.

Bustan al Qasr se halla a lo largo de la línea que divide la zona gubernamental de la ciudad, en el oeste, de los barrios controlados por los rebeldes, en el este.

Un corresponsal describió un escenario trágico, con partes de cadáveres esparcidos en el suelo, en medio de una baño de sangre. Las clínicas estaban desbordades con la llegada de nuevos heridos.

En uno de los últimos hospitales que quedan en servicio en la parte rebelde de la segunda ciudad de Siria, los heridos se alinean sobre el suelo, a falta de camas. 

"Los heridos están muriendo ante nuestra impotente mirada", afirmó un médico que pidió el anonimato para él y para su establecimiento, por miedo a ser bombardeado. 

En torno a él, hombres y niños gimen de dolor, sobre el suelo manchado de sangre. 

"No podemos hacer nada por ellos, sobre todo por aquellos heridos en la cabeza. Nos faltan bolsas de sangre y material de perfusión, necesitamos donantes", explicó el médico. 

Sólo quedan tres o cuatro hospitales en el este de Alepo, el área de la ciudad controlada por los rebeldes, sometida a una lluvia de bombas y obuses desde hace varios días. Muy poco como para atender a las decenas de heridos, víctimas de la ofensiva del régimen sirio para recuperar los barrios que se le resisten. 

Alepo, clave de la guerra en Siria, que ha dejado ya más de 300.000 muertos, está dividida desde 2012 en una zona este, controlada por los insurgentes, y una parte oeste, bajo control gubernamental. 

La vida arrancada a un bebé

En una de las camas, un niño herido contempla silenciosamente sus manos ensangrentadas y llenas de polvo, una imagen parecida a la del pequeño Omran, aturdido tras haber resultado herido en un bombardeo en Alepo, que dio la vuelta al mundo. Hace una mueca cuando un enfermero le limpia la cara. 

El chico acaba de perder a su hermano pequeño, un bebé de apenas unos meses. Su casa, en el barrio de Bab Al Nayrab, ha quedado destruida.

"Estábamos en casa cuando un misil cayó en nuestra calle", explicó Nizar, el padre. 

"La mitad del edificio se derrumbó y nuestro pequeño se dio un golpe en la cabeza. Murió en el momento", continuó, luchando por no romper a llorar frente al pequeño cuerpo cubierto del niño. No quiso que su esposa viera el cadáver por la amplitud de las heridas de la cabeza.

Otro barrio, otra tragedia

En Bustane al Qasr, una zona próxima a la línea de demarcación de la ciudad, mujeres hombres y niños hacían fila para comprar "labneh", una preparación tradicional a base de yogur, muy escasa en el sector asediado, cuando las bombas cayeron del cielo, matando al menos a siete personas. 

El periodista de la AFP vio charcos de sangre, cuerpos con miembros arrancados y heridos errantes en la calle atacada. 

Algunas arterias ya no son más que un amasijo de escombros: edificios derrumbados, puestos eléctricos partidos, vehículos destrozados, testigos de la violencia de los bombardeos. 

Los escasos transeúntes contemplan incrédulos los restos de edificios, los balcones hundidos y las ventanas destrozadas, mientras echan una ojeada inquieta al cielo. 

Una familia pasa por delante de una casa derrumbada, la mujer llevando una escoba y la niña, una alfombra casi más grande que ella. 

En el barrio de Al Kalase, Mohamad escarba entre los escombros con sus manos para intentar encontrar a su tío. "La defensa civil vino para socorrerlo pero hubo otro bombardeo y seis voluntarios fueron heridos. Se fueron", explica

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