Colombia sembró dudas ante Senegal, pero consiguió el objetivo (opinión)

Los partidos nunca son iguales. Y ese buen sabor que nos quedó a todos los colombianos luego de la victoria de la Selección sobre Polonia el domingo sucedió solo ese día, el domingo.

El jueves era otra la historia, aunque el objetivo fuera el mismo: ganar. Porque en el fútbol lo que importa finalmente son los resultados. Si estos llegan acompañados de buen juego, pues mejor, como ocurrió ante los polacos, pero la perfección en la cancha suele ser una utopía.

Colombia derrotó 1-0 en Samara a Senegal y por tercera vez clasificó a los octavos de final en la historia de los mundiales. Tuvo un mal primer tiempo. Es cierto. Pero en la parte complementaria corrigió, se hizo más a la pelota, se arrimó con mayor propiedad al arco de los africanos, ejecutó distintas alternativas de ataque y en una de ellas llegó el gol de la clasificación, con ese cabezazo de Yerry que gritó todo el país.

¿Y para corregir? Muchas cosas. Aún me pregunto cuál es la Colombia real. Si esa de las eliminatorias que mostraba chispazos solamente, si la que enfrentó a Japón con tanta pasividad, si la que recuperó ese juego colectivo con que venció a Polonia y que no se asomaba desde el Mundial de Brasil, o esta de ayer, ante los senegaleses, que tuvo dos caras y supo reaccionar en el segundo tiempo.

Tal parece que en este Mundial de Rusia son varias las selecciones que están aún en búsqueda de su fútbol y eso las pone prácticamente en igualdad de condiciones. Cualquier cosa puede pasar y que lo diga la tetracampeona Alemania, que fue echada del certamen por los surcoreanos.

Viene ahora Inglaterra en el camino de Colombia. Tendrá cinco días para corregir Pékerman. Preocupa la lesión de James, pero si no está, habrá que potenciar las alternativas. Y a ganar, de nuevo. Como sea. No todos los partidos son iguales.