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Víctimas de Bojayá exigen disculpas de todos los actores armados

Tras el arrepentimiento de las Farc, las víctimas esperan que paramilitares y Gobierno también pidan perdón por la masacre ocurrida en Bojayá.

19 de diciembre de 2014 Por: Elpais.com.co | Colprensa

Tras el arrepentimiento de las Farc, las víctimas esperan que paramilitares y Gobierno también pidan perdón por la masacre ocurrida en Bojayá.

Luego de un encuentro privado entre las víctimas de la masacre de Bojayá y la delegación de paz de las Farc, éstas emitieron un comunicado en el que aceptan las disculpas de expresadas por las Farc, pero manifiestan que siguen a la espera de que el mismo perdón sea expresado también por los paramilitares y el Estado colombiano. Tras haber concluido el ciclo número 31 de conversaciones de paz y las visitas de cinco delegaciones de víctimas del conflicto armado que se reunieron con las Farc, llegó a La Habana una delegación integrada únicamente por las víctimas y familiares de la masacre ocurrida en Bojayá (Chocó) el 2 de mayo de 2002. Durante esta reunión, los delegados del grupo guerrillero pidieron perdón por sus actos, mientras reconocían que “nunca hubo intención de lastimar a la población civil y menos a los ancianos y niños inocentes que murieron en este lamentable hecho”, a la vez se comprometían a “resarcir los daños causados y reparar a las víctimas de estos hechos, así como a no repetir jamás este tipo de situación”. Esta delegación especial de víctimas, que llegó con apoyo del Gobierno de Noruega, uno de los facilitadores del proceso de paz, manifestó que “en nuestra memoria está grabado de forma imborrable el dolor que produjo esta masacre, los múltiples daños físicos, psicológicos, sociales, culturales, materiales y espirituales que aún están esperando ser reparados”. La responsabilidad es múltiple Durante su declaración al final de la reunión, los integrantes de esta delegación denunciaron a nombre de las comunidades y las organizaciones étnico - territoriales de los pueblos afrocolombianos e indígenas y la Diócesis de Quibdó, “que la responsabilidad de estos hechos es compartida y recae en tres actores del conflicto”. El principal es la guerrilla de las Farc por “seguir el combate en medio de la población civil, dentro de lo cual lanzó la pipeta de gas contra los paramilitares pero que cayó en la capilla donde se refugiaban centenares de personas de la población civil”. Esta responsabilidad recae también sobre los paramilitares que, al tomar el pueblo, “usaron a la población civil como escudo humano, en violación de todos los derechos de la comunidad local”. Además declararon que, “si bien la guerrila y los paramilitares son responsables por acción, el Estado también por omisión de sus deberes”. Las víctimas de Bojayá denunciaron que “tres semanas antes de ocurrida la tragedia, la diócesis de Quibdó, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Defensoría del Pueblo, empezaron a emitir al Gobierno Nacional alertas tempranas, ante la retoma paramilitar de dos veredas del municipio”, las cuales no fueron atendidas en ningún momento. Perdón debe pedirse a pueblos afrocolombianos e indígenas A pesar de expresar que valoran el gesto de las Farc que pidieron perdón por estos trágicos hechos, la delegación de víctimas de Bojayá expresó que “esta petición no debe dirigirse solo a nosotros, sino además, a todos los pueblos afrocolombianos e indígenas de la región del Pacífico, pues nuestra situación de víctimas de replica, de diversas formas, a lo largo del Chocó Biogeográfico”. Para la delegación “además de perdir nuestro perdón, las Farc y todos los actores involucrados en estos hechos deben mostrar actos concretos que manifiesten su contrición, de tal manera que la sinceridad manifiesta se traduzca en acciones concretas”. Entre estas acciones mencionaron la garantía de no repetición, “no solo de hechos tan trágicos, sino también de la continua victimización a la que están expuestas nuestras comunidades”. También exigen una forma de enmedar los hechos que conduzcan a la reparación de las víctimas, razón por la cual “las Farc y los demás actores del conflicto deben comprometerse de forma inmediata a respetar la autonomía que como pueblos y grupos étnicos tenemos reconocida por convenios internacionales y reafirmada por la Constitución y la ley, sobre la propiedad y uso de nuestros territorios y nuestras formas de gobierno tradicional”. En este sentido, piden al Gobierno Nacional que declare a Bojayá y la región del Pacífico en general, como un Territorio de Paz. Dentro de esto piden también que se “establecer en el antiguo lugar del poblado de Bellavista-Bojayá, donde aún permanecen la capilla y las casas misioneras, un centro regional de memoria de las víctimas, para que sea un escenario de reflexión, formación y divulgación sobre hechos de una paz firme y duradera”. Con el fin de que “la deuda histórica sea saldada”, las víctimas piden que “se redefina el modelo económico extractivista de nuestra naturaleza, y pactar con el Estado, un ordenamiento territorial basado en los usos definidos por nosotros, pueblos indígenas y afro-colombianos, en nuestro Planes de Vida y Planes de Etnodesarrollo, donde el criterio fundamental sea garantizar la soberanía alimentaria y la accesibilidad al goce real y efectivo de los derechos a la salud, educación, vivienda y trabajo, en perspectiva intercultural”. Como punto final para la reparación total, las víctimas de Bojayá piden que el Estado permita que las Farc inicien un diálogo directo con la población local en el que se pueda constatar que este grupo guerrillero ya ha iniciado la acción reparadora. Las víctimas esperan que esto comience a ocurrir a mediados de 2015.

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