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Solo pido verdad y justicia, no es más ni es menos: padre de Luis Andrés Colmenares

Habla Luis Alonso Colmenares Rodríguez , el padre del joven que falleció en confusos hechos en Bogotá. Van cinco años de su muerte.

3 de noviembre de 2015 Por: Andrés Felipe Becerra Ibáñez | El País

Habla Luis Alonso Colmenares Rodríguez , el padre del joven que falleció en confusos hechos en Bogotá. Van cinco años de su muerte.

Luis Alonso Colmenares Rodríguez hace cuentas: 5 años,  60 meses, 1825 días. Hasta el sábado pasado, esa era la  cuenta que tenía  desde que murió, un 31 de octubre en Bogotá, Luis Andrés Colmenares Escobar, su hijo. 

La cuenta también es el tiempo que este  contador público y docente universitario  ha estado al frente de un caso que ha tenido en vilo al país y que ha desencadenado un  proceso judicial que aún no termina.Por eso,  mientras atiende la llamada de  El País  desde Sincelejo, Sucre, donde dicta una materia en una especialización en  la Corporación Universitaria del Caribe, Luis Alonso habla con  esa voz gruesa y grave que lo caracteriza y dice que solo pide justicia; nada más. Han pasado cinco años de la muerte de Luis Andrés y sigue sin resolverse este caso. ¿Cómo explicar lo que ha pasado en este tiempo?Pues ahí lo que hay es una manifestación clara, evidente, de las deficiencias del sistema judicial en Colombia. El criminal más criminal del mundo, independientemente de la responsabilidad que tenga, tiene derecho a ser defendido, pero en esa defensa también se buscan caminos tendientes a impedir que se haga justicia y ahí es donde hay que entrar a revisar todos los procedimientos. Eso, de alguna manera, es lo que ha afectado el caso relacionado con el crimen de Luis Andrés. Aquí ha habido de todo y no ha pasado nada, suena irónico, pero es así. ¿Qué se ha podido demostrar en este largo proceso?Por lo menos, que de manera indudable y como lo dice el Tribunal Superior de Bogotá en la sentencia del juicio de Carlos Cárdenas (que lo absuelve por falta de pruebas, más no porque sea inocente), que sin lugar a dudas el crimen de Luis Andrés Colmenares fue consecuencia de un homicidio en el que intervinieron varias personas, pues tiene golpes en distintas direcciones. Y esas varias personas, eso sí lo digo yo, no fueron más de tres y dirigidas por una sola, que siempre ha estado relacionado con el crimen, pero eso quedará demostrado al final del tiempo. Una vez usted tildó a Cárdenas de miserable. ¿Sigue pensando igual?No he cambiado mi opinión. Las interceptaciones telefónicas del caso no me dicen otra cosa. Es que si usted escucha de la manera como ese miserable habla con Laura Moreno en el sentido de decirle que “yo no voy hasta allá porque me hundo más” y “pasó lo que tenía que pasar, entonces ahora enfrentemos la situación”, algo tiene que ser, respecto de algo se tiene que estar refiriendo. ¿Me hundo más por qué?  ¿cómo así que pasó lo que tenía que pasar? ¿cómo así que ahora enfrentemos la situación? Esperemos que todo  siga avanzando, que en algún momento el hilo se va a romper. Los padres de Cárdenas han dicho en medios que temen por la vida de su hijo. ¿Qué lectura hace de esto?  Cada quien es dueño de su propio miedo. Yo, por lo menos, no tengo ninguno, yo lo que tengo ahora es mucha fuerza, fortaleza, valor, perseverancia.  Además, dicen por ahí que un muerto en la conciencia debe pesar muchísimo, y eso quizá no debe dejar dormir.     Usted se ha mostrado incansable. ¿Hasta cuándo piensa seguir con esta lucha en la que se convirtió el caso de su hijo?Hasta cuando haya justicia, como digo y reitero siempre. Solo pido eso, nada más. Aquí esto se establecerá de manera clara y precisa, de acuerdo con la Ley y con la justicia en medio de sus deficiencias. Y pese a que cargo sobre mi conciencia un complejo de culpa (porque siento que estoy traicionando mi idiosincrasia, porque si el crimen de Luis hubiera sucedido en mi tierra, en Villanueva, La Guajira, al día siguiente hubiera quedado resuelto) no voy a hacer justicia por mi propia mano, no me voy a manchar mis manos de sangre maldita para que se haga justicia, porque tengo otro hijo que lo quiero llevar a donde no me dejaron llevar a Luis Andrés. ¿Aún sigue creyendo en la justicia?Creo en Dios, en la justicia confío. Es que no es tanto por la justicia en sí misma, sino por los operadores corruptos que a veces aparecen en los procesos para favorecer el crimen.  El jueves pasado  se reactivó el proceso después de un tiempo de estar congelado. Seguirá el juicio contra Laura Moreno y Jessy Quintero, implicadas en el caso. ¿Qué espera de esta decisión del Tribunal Superior de Bogotá?Que continúe el juicio como en efecto lo dice el procedimiento penal. Pero hay que ver cuándo se vuelve a paralizar, porque ese es el juego en el que está la defensa de las implicadas, buscando el atajo, la forma de entorpecer el proceso para evitar que avance... pero si la estrategia es cansarme, están equivocados de estrategia y de destinatario, porque tanto yo como mi familia en esto no vamos a claudicar, aquí vamos, hasta el último día de nuestras  vidas, hasta que haya justicia en el crimen de Luis.   ¿Qué le diría hoy usted, a cinco años de lo ocurrido, a estas dos jóvenes?Que digan lo que saben y que dejen de estar mintiendo, como lo vienen haciendo desde el primer día. Es que no puede ser posible que en un proceso en donde el Tribunal ya demostró que hubo un homicidio, se siga insistiendo en que lo que hubo fue un accidente. Las víctimas tienen derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación. ¿Espera llegar a obtener estos tres derechos?De los tres derechos los que necesito son los de verdad y justicia, pues la única reparación posible, tanto para mí como para mi familia, es la de que nos devuelvan a Luis Andrés conforme salió la noche de la fiesta, pero eso no es posible, eso no es ni siquiera una ilusión, entonces como no es posible que la reparación se materialice como nosotros la queremos, pues que al menos no la compensen con verdad y justicia, nos es más, pero tampoco es menos. ¿Si pudiera devolver el tiempo que haría?Muchas cosas. Como por ejemplo, evitaría que Luis hubiera conocido la fatalidad,  como fue el hecho de ir a un paseo con sus compañeros donde conoció a las personas que de alguna manera fueron las causantes de su muerte. Evitaría también que Luis fuera  a esa fiesta de Halloween, por supuesto quién va querer que un hijo vaya a una fiesta para que lo maten. ¿Y si pudiera  hablar con los que dijeron ser amigos de Luis Andrés, pero luego callaron, qué les diría?Que son unos miserables y que busquen la manera de seguir durmiendo tranquilos el resto de sus vidas sin decir lo que saben. Todos saben lo que pasó esa noche y de manera cobarde han callado, pero todos tendrán que responder ante la justicia por sus omisiones. ¿Qué imágenes tiene de su hijo?En particular tengo dos imágenes en la mente, y están pegadas en mí como una nomenclatura. Son dos imágenes que se relacionan con una capilla, y que solo se borrarán cuando me vuelva a encontrar con él: una es la última vez que lo vi con vida, sentado en una banca de la capilla de ElDorado, adonde me acompañó para despedirme el 30 de octubre de 2010 porque yo viajaba a Santiago de Chile a dictar unas conferencias; y la otra imagen es cuando lo vi muerto en el féretro que llevaron a la capilla del Liceo de Cervantes, en la mañana del 2 de noviembre de 2010 para que los sacerdotes del colegio donde estudió toda su vida le oficiaran una misa a su alma y luego poder trasladar el cuerpo a Villanueva (La Guajira) para llevar a cabo sus exequias. ¿Qué le diría hoy a Luis Andrés?Que estaría supremamente orgulloso, feliz, satisfecho, de los logros de él, porque no tengo ninguna duda de que con ese desarrollo y con ese despliegue que tenía -20 años, cursando dos carreras, hablaba perfectamente el inglés, ambiciones sanas, expectativas, bondadoso- tendría que ser una persona supremamente exitosa hoy a sus 25 años.

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