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"Siento que Dios está conmigo y me da una nueva oportunidad": sargento Luis Erazo

El sargento de la Policía Luis Alberto Erazo da más detalles de cómo logró escaparse de los guerrilleros y la forma en que los tenían en los campamentos. Dice que esta es una oportunidad de vida que le dio Dios.

28 de noviembre de 2011 Por: Colprensa

El sargento de la Policía Luis Alberto Erazo da más detalles de cómo logró escaparse de los guerrilleros y la forma en que los tenían en los campamentos. Dice que esta es una oportunidad de vida que le dio Dios.

Fueron 11 años y 11 meses los que duró el sargento Luis Alberto Erazo en manos del horror de las Farc. Luego de recuperar la libertad y de ser el único sobreviviente del grupo de cinco secuestrados que estaban en un mismo campamento en las selvas del Caquetá, se declara simplemente feliz.En la mañana del lunes, un día después de regresar a Bogotá tras su inhumano cautiverio, el efectivo de la Policía atendió a un grupo de reporteros de distintos medios de comunicación, entre ellos Colprensa, en la cama asignada en el cuarto 816 del Hospital Central de la Policía Nacional.Allí, los médicos le hicieron una cirugía en su mejilla izquierda y permanecerá de dos a tres días más en observación, antes de que se tome la decisión de darlo de alta. Las siguientes fueron sus declaraciones: ¿Cómo fue el momento de la acción militar, cuando llegaron las tropas y logró usted escaparse?Nos levantamos a las seis de la mañana, puesto que ellos (los guerrilleros) habían dicho que no iba a haber marcha ese día. Me levanto y empiezo a arreglar mi caleta, lo mismo hacemos el arreglo del subintendente (Álvaro) Moreno. Viene el desayuno y luego viene el recepcionista y le dice al teniente (Elkin) Hernández que estuviéramos en alistamiento de primer grado. Yo no escuché, mi teniente me dice que se va para su caleta, yo me fui para la mía. Bajé mi carpa, cogí una toalla y empezaron los primeros disparos. Uno, dos, tres, se vinieron en ráfaga miles de disparos. En una de esas siento que a mí me dan en la cara y en el cuello. Arranco a correr hacia el lado oriental porque el centinela arranca a correr hacia un caño y me dejó el campo solo. Empiezo a subir y a subir y dos guerrilleros detrás de mí me quemaban, estuvieron a punto de alcanzarme y me les corro más y me les pierdo en la jungla. Estuve así hasta las cinco de la tarde, pensé que me había quedado solo y que tenía que ir a buscar el río Caquetá. Cuando voy arriba, por allá en un filo, escucho que hacían bulla con elementos que no eran propios de la unidad. Voy hacia allá y veo a un soldado con un visor nocturno, me le voy, él se me viene a mí con armamento y le digo: "Policía, Policía". Y él me dice: "Ejército, Ejército. Amigo, compañero". Y ya nunca me soltaron.Fue la felicidad total...Pues imagínese, uno se pone a temblar allá.Es como volver a nacer...Siento que Dios está conmigo, que me da una nueva oportunidad y que de la misma forma como hay Dios, hay mal. Y el mal son la Farc.¿Cómo fue el recuentro con su familia?Estuvieron mi mamá, mi hermana, mis hijas, mi nieta, felices.¿Qué hacían en cautiverio?Los días normales madrugábamos, desayunábamos y un guerrillero nos decía prepárense para el trote. Últimamente nos daban trote para mantener nuestro estado físico y para que en las caminatas no nos dieran calambres. Luego nos bañábamos, regresábamos al campamento y nos sentábamos en la caleta a leer o a escribir.¿Los mantenían encadenados?Eso dependía de la situación. A veces estábamos encadenados día y noche. Si era a bañarnos, también era encadenados. A veces, eso era de seis a seis, eso también dependía de los comandantes.¿En qué momento se entera usted del desenlace de sus compañeros?Llego a donde los soldados, les pregunto y me dicen que no habían encontrado nada. Les dije que prendieran la motosierra, que así de pronto salía alguien más, como salí yo. Me dio mucho guayabo cuando se viene el helicóptero y veo esa inmensa selva y yo pensando que mis compañeros se quedaban ahí en medio de la selva, pues me dan ganas de llorar. Llego aquí y la trabajadora social me dice que los mataron. Eso es muy duro, pobres familias, imagínese como estarán.¿En algún momento ustedes cuadraron, en el cautiverio, mensajes con la familia?Los pedíamos a cada nada, que queríamos enviar cartas o videos. Nos decían que escribiéramos cartas y lo hacíamos en cantidad, pero sólo llegaba el video.¿Pensaron en la posibilidad de un rescate?Era muy difícil. Después de que liberaron a mucha gente dijimos: Estos manes qué se van a ‘restiar’ (encartar) con nosotros. Si liberan a estos pues con mayor veras nos liberan a nosotros, que no tenemos un valor político para las Farc. Y sin embargo ahí están ‘restiados’ esos sinvergüenzas del Bloque Oriental.¿Qué le dijo a Johan Steven Martínez, hijo de José Libio?El niño está destrozado. Le dije que tenga valor, que su papá era un hombre honrado, trabajador, echado pa’lante, que estaba muy orgulloso de él y quiero que ese niño se prepare. Su papá, desde la eternidad, está muy orgulloso de tener un descendiente como él.¿Cómo se enteraron de la muerte de alias 'Alfonso Cano'? ¿Cambió el trato hacia ustedes con su muerte?Nos enteramos porque yo cambiaba un transistor. Primero dijeron que habían atacado un campamento de Cano y después confirmaron que Cano había muerto. Eso es normal en las Farc, ellos ya sabían quién lo iba a relevar. A rey muerto, rey puesto.¿Cómo era el coronel Yesid Duarte?Era muy pacífico, le gustaba leer y escribir. Pensaba mucho en su hijita, su esposa, su padre.¿Elkin Hernández?Un joven alegre, extrovertido, hincha furibundo de Millonarios.¿Álvaro Moreno?Él quería mucho a sus hijos, a su madre doña Mary. Quería regresar pronto para ayudarle y a sus hermanas.¿José Libio?Él era la persona con quien más recochábamos, con quien más teníamos confianza. Bautizados en la misma pila, en el mismo pueblo y a él pues lo aprecio mucho.¿Qué decirles a los que siguen en cautiverio?, ¿qué tiene que pasar ahora?A ellos les deseo que tengan fuerza, valor. Lo mismo que les pasó a nosotros no les va a pasar a ellos. Que no confíen en las mentiras de esos sinvergüenzas. Son unos mentirosos.¿Qué les dijeron?Que nos iban a respetar la vida y que nos iban a entregar a nuestras familias. Que nos fuéramos (en caso de rescate) hacia ellos y a mí eso se me olvidó. Ellos se fueron para allá y los mataron.Tantos años secuestrado, ¿usted ve cerca el fin de las Farc?El fin de las Farc está próximo. Si este señor Londoño Echeverri (alias Timochenko) es un hombre sensato, inteligente, debe desmovilizarse, porque esa organización criminal de matar servidores del Estado, porque los policías y los soldados pertenecen a la comunidad, hombre, eso no está bien. También caerá.

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