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“Seremos contundentes en las operaciones militares”: Comandante FAC

El nuevo comandante de la Fuerza Aérea, general Guillermo León, habla de la planeación de bombardeos y de cómo se ve en un eventual escenario de paz.

4 de septiembre de 2013 Por: Fredy Moreno | Colprensa

El nuevo comandante de la Fuerza Aérea, general Guillermo León, habla de la planeación de bombardeos y de cómo se ve en un eventual escenario de paz.

El general Guillermo León León lleva menos de un mes al frente del Comando de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) y ya tiene resultados para mostrar. Por lo menos dos cabecillas de frente de las Farc y otros jefes de segundo nivel de esa guerrilla han caído en este corto lapso bajo la acción de los aviones de combate. Él, por supuesto, no acepta todo el crédito. Asegura que se trata de un trabajo coordinado con la Policía, el Ejército y la Armada. Pero para nadie es un secreto que la fuerza que ha permitido inclinar la balanza del conflicto a favor del Estado colombiano es la aérea. Y León León es ahora su comandante. En una Fuerza que viene siendo exitosa como la FAC, ¿cuál va a ser el enfoque que le va a dar para mantener ese rumbo o mejorarlo? La Fuerza Aérea, desde su misma organización, no tiene muchos cambios porque hemos sido muy juiciosos en plantear el futuro de la Fuerza, que se ha venido construyendo con la participación de todo el cuerpo de generales, y eso permite que haya un horizonte claro donde hay continuidad en la tarea. De pronto cambia un poco el ritmo, más bien. Digamos que la música de fondo puede cambiar un poquito, pero lo demás seguirá funcionando bien. ¿Cómo entender, para el caso de una fuerza militar, que la música de fondo puede cambiar, pero lo demás seguirá funcionando bien? Que vamos a seguir siendo contundentes en nuestras operaciones militares, vamos a buscar y mantener la precisión de nuestros aviones y nuestros sistemas de armas, y vamos a seguir trabajando de la mano con la Armada, el Ejército y la Policía para lograr el objetivo de nuestro plan ‘Espada de Honor’. Estos relevos obligan a arreciar más, a generar una dinámica mayor para lograr los objetivos que queremos dentro de nuestras operaciones militares, como alternativa para buscar la paz de los colombianos. Hay otra alternativa que está manejando el Gobierno, que son los diálogos, y que maneja con sus tiempos y movimientos. Pero la nuestra es mantener la ofensiva sobre los grupos narcoterroristas. ¿O sea, como una orquesta afinada? Uno de los puntos que queremos tratar en particular es el trabajo en equipo, que es fundamental. Hay que seguir buscando que las operaciones conjuntas, coordinadas e interagenciales tengan una dinámica fundamental y protagónica en las operaciones para vencer al enemigo. Ahí deberemos tener un trabajo con mayor entusiasmo para estar muy de la mano con las otras fuerzas, sobre todo en inteligencia; en la parte de consolidación para conseguir que lo que hacen las operaciones militares cuando logramos sacar al enemigo de un área, podamos, a través de la presencia del Estado, consolidar esa conquista, para ir quitándoles el espacio a esas organizaciones. ¿Cuál es su balance de estos primeros días al frente de la FAC? En estos primeros días hemos producido una afectación estratégica al Frente Sexto de las Farc: vino la caída de alias el Burro y alias Jaimito, que eran el primero y el segundo de ese grupo. Unos días atrás, el ideólogo de ese Frente, alias Zeplin, también había sido neutralizado. Y la más reciente neutralización fue la de ‘Silver’, cabecilla del Frente 57, que le daba salida al narcotráfico y proveía de finanzas a las Farc. Pero también hemos provocado afectaciones a cabecillas de otros niveles y de otras estructuras que en total suman seis que han caído en operaciones militares. ¿Tanta operación aérea no pone en riesgo a la población civil? ¿Qué estudios hacen antes de realizar un bombardeo para evitar daños colaterales? Tenemos un proceso en el planeamiento de una operación donde vaya a participar la Fuerza Aérea, y tenemos protocolos que nos garantizan que, al final del ejercicio, hayamos actuado dentro de la legalidad y dentro de la legitimidad. Eso, obviamente, busca proteger a la población civil para no cometer errores: los indígenas, los asentamientos humanos, las personas que no tengan nada que ver con nuestro objetivo militar que se encuentren en la zona. ¿Pero cómo garantizan que no habrá riesgos? Desde el principio exigimos que el paquete de inteligencia que recibimos sea muy preciso, que tenga toda la información necesaria para nosotros poder planear muy bien, y a partir de ahí empezamos el planeamiento, en donde participan el oficial de derechos humanos, el asesor jurídico en operaciones militares, de tal manera que ellos también son veedores de que el proceso esté totalmente exento de cualquier riesgo que no vaya a ser medido. ¿Y eso es suficiente? Cuando nosotros vemos el objetivo, empezamos a mirar qué personas hay alrededor y podemos verificar a través de nuestros cálculos si podemos afectarlas o no. Si vemos que hay una afectación, no hacemos la operación; pero si podemos garantizar que no va a haber daños de ningún tipo, entonces realizamos la operación. ¿Los tiempos están estandarizados o varían con cada operación? Eso no tiene una constante. Obedece a muchos factores. Lo que se busca es que se llegue al nivel de información necesaria para poder ejecutar la operación. Depende de muchos factores el poder llegar a tomar la decisión. A uno le dan la información y le dicen: “aquí está, analícenla, estúdienla”, y, si ya está completa y no falta nada, entonces podemos hacer la operación. Y la operación obedece a muchas variables; no solamente es que se haga en un momento determinado. Obedece a unos análisis que se hacen para determinar cuál es el mejor momento de realizarla. Eso en cuanto a la guerra. Pero, ¿cuál es su concepto con respecto a lo que pueda hacer la FAC en un eventual escenario de paz? El manejo de la paz por la parte política es netamente del Presidente y de su grupo negociador. Nosotros seguimos concentrados en la tarea de las operaciones, es decir, en ganar la guerra. Pero también somos conscientes de que este avance en los resultados operacionales puede llevarnos a un escenario de posconflicto. En esto ya hay grupos trabajando, como lo hacemos todos, mirando en prospectiva qué es lo que viene para la Fuerza dentro de esos posibles escenarios, así siga el conflicto o haya un proceso de finalización del mismo. ¿En qué está trabajando la FAC? Estamos haciendo muchas cosas que pueden ser los futuros roles de la Fuerza Aérea. Por ejemplo, todo lo que tiene que ver con atención humanitaria. Ya tenemos un Centro Nacional de Recuperación, a través del cual debemos atender situaciones de emergencia por desastres naturales, evacuaciones aeromédicas, extinción de incendios, y ya hemos cogido una gran experiencia de ese tipo. Incluso, hemos estado haciendo extinción de incendios en otros países. Estuvimos en Haití llevando ayudas y en Japón evacuamos los colombianos tras el tsunami. Estamos trabajando también en las estandarizaciones de procedimientos para que podamos operar en fuerzas bajo la bandera de las Naciones Unidas. ¿Y las armas o equipos que se utilizan en la guerra pueden servir para la paz? Son muchos los temas que vienen: las Aeronaves Remotamente Tripuladas (ART), que son una capacidad que venimos trabajando desde hace seis años, la estamos incrementando. Se utilizan en operaciones militares, pero también para otro tipo de situaciones como verificación de bloqueos en vías e identificación de posibles desastres naturales. ¿Todo esto ya tuvieron ocasión de ponerlo en práctica debido a las jornadas de protesta que se han presentado? Hemos estado en Valle, Cauca y Nariño verificando la condición de las vías y coordinando con Policía y Ejército para atender las acciones de desbloqueo. Hemos hecho evacuaciones aeromédicas, cuando en las áreas donde quedan los pacientes atrapados no hay los niveles de atención que requieren, como en el Catatumbo. Transportamos oxígeno para hospitales en Boyacá, llevamos a deportistas que quedaron en medio del paro en Sogamoso y a unos turistas colombianos de la tercera edad que quedaron en medio de protestas en Ipiales. Viene haciendo carrera la idea de que el país exporta conocimiento militar... Hemos alcanzado, por la experiencia de este conflicto, niveles de entrenamiento bastante altos, y eso ha hecho que seamos un país al que le demandan su experiencia. Estamos preparando pilotos para helicópteros de México y Panamá, y tripulaciones de aviones de combate para República Dominicana. Estamos dándoles entrenamiento y cursos de visores nocturnos a pilotos de helicópteros y de aviones, y conocimientos de mantenimiento para algunos equipos. Colombia se ha vuelto un referente, a raíz de los resultados que hemos obtenido y la experiencia que se ha ido acumulando a lo largo de los años.

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