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¿Por qué las Farc se ensañaron con Tumaco?

Dos jefes guerrilleros que nacieron y se criaron en el pueblo hoy lo tienen sometido a la violencia y sumido en el miedo y la oscuridad.

27 de octubre de 2013 Por: Laura Marcela Hincapié | Enviada Especial, Tumaco

Dos jefes guerrilleros que nacieron y se criaron en el pueblo hoy lo tienen sometido a la violencia y sumido en el miedo y la oscuridad.

Alguna vez ella lo deseó. Fue un pensamiento fugaz que llegó a su mente y luego la razón intentó alejar. Pero es cierto: alguna vez María quiso ser ciega. Quiso, por un momento, ponerse en el lugar de Berta Beatriz, su niña que nació invidente. La noche del pasado 2 de octubre, cuando Tumaco quedó a oscuras por la voladura de tres torres de energía, María empezó a entender cómo es vivir en las tinieblas.Entonces, Berta Beatriz escuchaba cuando su mamá se tropezaba contra las patas de la cama, el marco de la puerta, las sillas del comedor. A María cada golpe le recordaba el drama de su niña. Así fueron las siguientes 19 noches sin luz. Al principio alumbraba la casa con velas, pero luego de tantos días sin pelar camarón, el trabajo del que vive, ya ni siquiera tenía plata para comprarlas.Es jueves 24 de octubre, y María se arrepiente de aquel pensamiento. Le duele que en esos días de oscuridad, Tumaco, como su pequeña Berta Beatriz, quedara indefenso.Aldemar acaba de llegar de su primer día de pesca, tras el apagón que encegueció al puerto. El hombre trigueño lleva una canasta en los hombros cargada con unos 30 peces, que descarga en uno de los mesones de la galería de mariscos de Tumaco, en la Calle del Comercio. Son las 8:15 a.m. del viernes 25 de octubre y el pescador empieza una carrera maratónica para recuperar los tres millones que perdió en esos días sin trabajo. Aldemar pensaba que ese sería un asunto de pocos días, entonces se levantaba a las 7:00 a.m. y se iba para el sitio de embarque a ver si, quizá, la luz llegaba de repente. Esperó 19 días.Desde los 10 años, cuando empezó a trabajar en el mar para llevar plata a casa de sus abuelos, Aldemar no había estado tantos días así, quieto. Es que hasta le hacía falta la piquiña que le produce el agua salada en las manos. Sí, el pescador es alérgico al mar. Un médico le dijo una vez que tenía que dejar de pescar, pero Aldemar recuerda aquella advertencia como un chiste de mal gusto: “si me dice que no pesque, me está diciendo que no coma”. Entonces, no le importa tener las manos llenas de hongos y marcas negras, como si se las hubiera lavado con fuego.Y si Aldemar no pescaba, entonces Rébulo tampoco podía viajar a Pasto para vender el producto. Justo el día del apagón tenía dos congeladores repletos de sierras, pargos, tilapias, aguaciles; que se pudrieron y terminaron en la basura, revolcados por los hocicos de los perros que deambulan la galería. Rébulo hace cuentas y dice que, malo, malo, perdió $7 millones.Miguel, en cambio, ni siquiera puede calcular cuánto dejo de ganar su bar. Sabe que al día se hacía unos cien mil pesos, pero en las últimas dos semanas no vendió más de dos cervezas. Aunque la luz ya regresó, el negocio sigue vacío. Es que la gente –dice- está desplatada.Y así es. El presidente (e) de la Cámara de Comercio de Tumaco, Jaime Bedoya, cuenta que los comerciantes han perdido unos 20 mil millones. Recuerda, también, que los constantes apagones y las extorsiones y la falta de turistas han hecho que en los últimos tres años 1.400 establecimientos cerraran.Sin embargo, el pasado miércoles, cuando se restableció el servicio, los tumaqueños intentaban levantarse de esta nueva caída, como lo hicieron en febrero del 2012, cuando una bomba explotó en la estación de Policía y dejó seis muertos.Ese miércoles en la noche que regresó la luz todos empezaron a gritar ¡Llegóooo, llegóooo! Los niños salieron a las calles a celebrar, los papás empezaron a ensayar los televisores, las mamás corrieron a conectar las neveras, las estufas. Aquella escena parecía recrear ese momento en el que –según la Biblia- Dios dijo ¡hágase la luz!El jueves continuó la celebración. En las calles del centro se escuchaban los parlantes a todo volumen con canciones de salsa, como si el pueblo quisiera desquitarse de aquellos días en los que el ruido de las plantas eléctricas aturdía como un taladro al lado de los oídos.Pero a las once de la mañana otra vez se escucharon los gritos ¡Se fueeee, se fueeee, se volvióooo a ir!. Entonces el pueblo quedó en silencio. En el barrio Buenos Aires, una mujer que dice tener 60 años, pero la verdad es que no recuerda que ya cumplió 90, empieza a llorar. Dice que, seguro, las Farc tumbaron otra torre de energía. No sería raro: desde el pasado 2 de octubre, cuando –según la Fuerza Pública- guerrilleros de la Columna Móvil Daniel Aldana derribaron tres torres de energía, cada dos o tres días se presentó un nuevo ataque. En total volaron 17 torres.Lo más grave –cuenta el presidente de Cedenar, Raúl Ortiz- era que mientras los funcionarios arreglaban las torres derribadas, la guerrilla tumbaba otras. Este jueves la luz solo tardó 20 minutos en regresar. Este jueves hay quienes especulan que antes de que se termine el mes, la guerrilla, seguro, tumbará otra torre. La incertidumbre mantiene a Tumaco en tinieblas. Buscan a alias Oliver y El DoctorLa conversación se escuchó el jueves en una interceptación telefónica. Alias Oliver, uno de los cabecillas de la columna móvil Daniel Aldana de las Farc, le daba una orden urgente a su hombre de confianza, alias el Doctor: “Hay que seguir tumbándolas”. Un solo día después de que regresara la luz, en la selva que rodea a Tumaco ya se planeaban nuevos atentados contra la infraestructura eléctrica.Alias Oliver es hoy el hombre más temido de Tumaco. El guerrillero de 33 años es quien ordena las extorsiones a los comerciantes y los atentados. El ‘Doctor’, por su parte, es quien difunde las órdenes de ‘Oliver’ y se encarga de que la gente obedezca. Este dúo bélico es el responsable –según las investigaciones- del asedio guerrillero a Tumaco.Ambos nacieron y crecieron en el puerto, se convirtieron en delincuentes pero un día se marcharon a la guerrilla. La Policía no ha logrado capturarlos precisamente por eso, porque son conocidos en la región, tienen informantes y desde hace años se esconden en el corredor del río Mejicano, una extensa zona que empieza en la selva y termina en el mar. (Ver mapa)Pero más allá de ‘Oliver’ y el ‘Doctor’, los tumaqueños quieren entender por qué las Farc se ensañaron con su pueblo. ¿Qué gana la guerrilla dejando a 200 mil ciudadanos en las tinieblas?Parece que mucho. En un restaurante de Tumaco, un investigador revela que las voladuras de las torres esconden una misión: desesperar al pueblo para que presione al Alcalde y este se vea obligado a ir hasta el monte a negociar. Así la guerrilla podría acordar con la Administración Municipal, por ejemplo, una porción de los recursos de los contratos. Esto coincide con los rumores de que en Tumaco hasta los trabajadores municipales deben pagar vacunas.El coronel Soler, comandante de la Policía de Tumaco, tiene otra explicación. Se trata –según él- de un reacomodamiento de la Daniel Aldana, después de que en los últimos dos meses recibieran varios golpes. El oficial recuerda que este año han detenido a 48 miembros de las Farc.Solo que a pesar de esos resultados, la Daniel Aldana –dicen fuentes de inteligencia- sigue controlando el 90 % de las extorsiones en el puerto y haciendo presencia en la zona urbana a través de las RAT (Redes de Apoyo al Terrorismo) en barrios como Viento Libre y Nuevo Milenio. Aunque su fuerte está en la parte rural, en los ríos Mira, Mataje, Mejicano; una zona que se niegan a abandonar debido a los cultivos ilícitos. Es que Tumaco tiene la cifra más alta de todo el país: 5.065 hectáreas de coca sembradas. El fin de la guerra con los ‘Rastrojos’ por el control de los barrios, que hasta el año pasado acumulaba docenas de muertos, también habría beneficiado a las Farc. Hoy se dice que está banda criminal desapareció de Tumaco; y no quedarían más de diez miembros escondidos por ahí en las calles estrechas del municipio.Hoy las Farc son las protagonistas de la violencia en el puerto. A pesar de que las Fuerzas Armadas han desplegado más de siete mil hombres, la amenaza de nuevos ataques está allí, latente. Y parece que hasta el mismo Presidente lo supiera. El pasado miércoles, cuando visitó Tumaco, Santos anunció que una de las medidas para solucionar la crisis será la instalación de tres plantas termoeléctricas que permitirán abastecer la energía eléctrica a toda la población, en caso de que ocurran nuevos ataques. Entonces algunos líderes comunitarios se preguntan cómo es posible que elGobierno no entienda que el problema de su pueblo no es solo la falta de energía ni de agua, sino el acoso de los grupos criminales, el desempleo que alcanza del 80%, la pobreza, el hambre.Berta Beatriz está sentada en una silla rimax en una calle del barrio Panamá Los ojos de la niña de 11 años son todos blancos. Así nació. Los médicos nunca le explicaron a María a que se debía su discapacidad. Tampoco le dieron esperanzas. Entonces, Berta Beatriz se acostumbró a la oscuridad.Hoy sus oídos son sus ojos: en las mañanas prende el televisor y escucha las telenovelas mexicanas. En las noches le pide a su mamá que le lea cuentos de princesas que ella dibuja en su mente. María quisiera que su niña también aprendiera a leer con las manos, pero no hay quien le enseñe, de hecho desde hace años la retiró del colegio porque los profesores no sabían qué hacer con una niña ciega. Así que escuchar novelas y cuentos se convirtió en la única diversión de Berta Beatriz. Entonces, dice María, no es cierto que su niña ni se haya dado cuenta del apagón. A ella los violentos también le robaron la luz. Es como si la hubieran dejado ciega otra vez.

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