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“No podemos actuar con triunfalismos”: Naranjo

El general Óscar Naranjo dice que en estos momentos no se puede aflojar en materia de seguridad. Advierte que no le interesa la política electoral. Habla sobre sus logros este año.

26 de diciembre de 2010 Por: Alfonso Ospina / Colprensa

El general Óscar Naranjo dice que en estos momentos no se puede aflojar en materia de seguridad. Advierte que no le interesa la política electoral. Habla sobre sus logros este año.

Óscar Adolfo Naranjo Trujillo es uno de los personajes más destacados del año que termina. Tras alcanzar la dirección de la Policía, en una decisión audaz tomada por el gobierno pasado, se mantuvo en ese cargo con el nuevo presidente Juan Manuel Santos. Semanas después fue escogido como el Mejor Policía del Mundo y logró un ascenso a General de cuatro estrellas, el sitio más alto ocupado por oficial alguno en la historia de la institución.El mismo día de ese ascenso, su nombre apareció en uno de los cables diplomáticos de EE.UU. revelado por WikiLeaks. La consecuente polémica no fue objeto de comentarios de su parte y fue acallándose sin que, al parecer, su prestigio y popularidad disminuyeran.En medio de las distinciones y las polémicas, el general Naranjo habló con Colprensa para reconocer las fallas cometidas en la Policía durante 2010, trazar planes para el próximo año, pensar en cuál será su futuro y enviar un mensaje de Navidad.La última parte del año estuvo cargada de reconocimientos para usted: la máxima condecoración posible en la Fuerza Pública y particularmente la elección como el Mejor Policía del Mundo. ¿Cómo recibe esa carga de nuevas dignidades?No es a mí, es el mundo el que mira a Colombia, a los colombianos, a sus instituciones; el país ante el mundo aparece como un modelo exitoso en la recuperación de la seguridad y en la lucha contra el delito. Soy simplemente un vocero de una institución, pero el reconocimiento es para 3.000 policías que en los últimos 10 años fueron asesinados cumpliendo con su deber; es para nuestros secuestrados, algunos de ellos desde hace doce años; es para los ciudadanos víctimas del terror y, por otro lado, es también un reconocimiento en general a las instituciones colombianas.¿Qué enseñanza le dejó este año de contrastes, sus reconocimientos, pero también el resurgir de modalidades del delito?Lo más valioso de este año es reconocer que no podemos actuar con triunfalismos, que si bien hay avances en seguridad, estos reconocimientos deben servir para redoblar nuestro compromiso en esa materia de mantenerla.La jornada en que usted fue ascendido a general con cuatro estrellas coincidió con la revelación de los cables de WikiLeaks, que lo involucró a usted de manera principal. ¿Cómo manejó el escándalo mediático ante el Gobierno?Creo haber cumplido unos parámetros del Gobierno de cero comentarios alrededor. Lo cumplí muy fácil, porque mi decisión personal es no hablar del tema. La decisión institucional es que esta coyuntura no se vea para nada afectada por ese episodio.¿Ha pensado que ya no parece posible que consiga más éxito del que ha conseguido en su carrera? Como individuo, ¿qué meta le queda por lograr?Un ascenso significa particularmente más responsabilidad y debería significar también más capacidad para resolver los problemas que enfrenta la gente en materia de seguridad. Mi única aspiración es que cuando dé un paso al costado, mi institución haya ganado la total confianza de todos los colombianos y haya ganado la mayor eficacia para combatir el crimen. Como Óscar Naranjo, lo que he recibido es mucha generosidad. Lo tengo todo, el amor de mi esposa, de mis padres, de dos hijas, tengo el afecto de los colombianos y un cariño enorme de cada policía por mí. No tengo nada más que pedirle a la vidaPero aún es el director de la Policía. ¿Cuáles son los retos que plantea en la Policía para el 2011?Nuestros retos giran alrededor de dos ejes: ser capaces, con una política ciudadana, una estrategia nacional de vigilancia por cuadrantes y una política institucional, de revertir la percepción y las realidades en materia de seguridad ciudadana y urbana. Luchar contra el delito cotidiano es un imperativo de la Policía; no sólo luchar para reprimirlo, sino que la prioridad es prevenirlo. El segundo eje es someter a la ley a los armados ilegales, lo que incluye a terroristas, pero fundamentalmente el reto decisivo de neutralizar a las bandas criminales, es decir al narcotráfico.Ese debe ser el punto negativo de su gestión este año que termina; no han caído todos los cabecillas de las Bacrim…Ciertamente estamos insatisfechos. No obstante los avances que hay, cuando uno piensa que las bandas criminales mantiene a unos cabecillas por los cuales el gobierno ofrece recompensas y a los que la justicia reclama, hay una gran frustración por no haber logrado ese resultado. Sin embargo, puedo asegurar que sus estructuras sí han resultado golpeadas y que más temprano que tarde los vamos a capturar.¿Qué piensa cuando escucha esas voces que de manera repetida le piden que pase a la política?El ejercicio de la dirección de la Policía es básicamente político, pero institucional y no partidista; en ese sentido todas mis actuaciones están en el marco de la política de Estado. Lo que no me atrae es la política electoral, eso quisiera ratificarlo, siento que mi liderazgo es construido y preparado para conducir a la Policía en materia de seguridad.Si ese plan no está en su futuro, entonces ¿cómo espera que sea su vida por fuera de la Policía?Sueño con un día a día de vida tranquila. Esta obligación hace que uno en un día experimente demasiados contrastes, demasiadas emociones contradictorias de dolor, alegría, frustración, éxito, derrota y yo quisiera tener la vida un poco más tranquila y sosegada. Volver por lo elemental es mi sueño, poder caminar por la ciudad sólo y tranquilo.¿En serio cree que Óscar Naranjo podrá caminar tranquilo por las calles de cualquiera de las ciudades colombianas?Confío en que será así. Si no soy capaz, después de 35 años de policía, de asegurar unos mínimos de respeto por mi vida y una protección de todos los colombianos hacia mí, habré fracasado. Sueño con ser un hombre de a pie.¿Qué más es volver por lo elemental, en esa esperanza de futuro para Óscar Naranjo?Ir a cine. No entro a una sala de cine ni a un teatro hace, por lo menos, diez años. Tener tiempo para la jardinería, recrear y releer algunos textos que hoy son imposibles de leer, porque sólo leo informes técnicos y valoraciones sobre seguridad, y la posibilidad de centrarse en las cosas más simples de la vida, como sentarse en un parque, alrededor del ruido de los niños.Para terminar, quiero que le envíe un mensaje de Navidad a los colombianos…Este siempre es un buen tiempo para orar, reflexionar, hacer balances de vida y para formular propósitos y proyectos de vida. Debería llevarnos a todos los colombianos a tomar una decisión fundamental: que derrotemos y destruyamos la muerte dentro de nosotros. Que todas las diferencias que puedan existir entre nosotros se solucionen de una manera distinta al ejercicio de la violencia. No nos podemos seguir matando como lo estamos haciendo. Los colombianos tenemos la capacidad, la dosis de afecto mínima necesaria para respetarnos, hagamos de eso una realidad.

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