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Milicias de las Farc están debilitadas, pero aún amenazan al Valle

Aunque no tienen la fuerza de otros años, todavía tienen comisiones encargadas de labores logísticas.

5 de septiembre de 2014 Por: Redacción de El País

Aunque no tienen la fuerza de otros años, todavía tienen comisiones encargadas de labores logísticas.

Un paquete con explosivos dejado frente a la Tercera Brigada, el hallazgo de una caleta con armamento en un carro en la galería Santa Elena y la captura de un presunto miliciano de las Farc en el sur de Cali, evidencian que las milicias de la guerrilla siguen haciendo presencia en la ciudad.El último de esas evidencias se vio el miércoles pasado en una vivienda del barrio Prados del Sur, donde el Ejército capturó a alias Soldadito, quien presuntamente era un colaborador del Frente Manuel Cepeda Vargas de las Farc, experto en el manejo de explosivos.Dentro de la vivienda, el Ejército encontró un artefacto explosivo ya armado, celulares, dos radios de comunicaciones, un avantel y munición de varios calibres. El coronel Jorge Iván Monsalve, comandante de la Tercera Brigada del Ejército, dijo que estos resultados, que son en conjunto con la Policía, han sido posibles gracias a un trabajo que se viene haciendo con personas que han brindado información sobre las milicias. Aunque las llamadas milicias en la capital del Valle no tienen la misma fuerza de años anteriores, en especial del 2003 al 2006, cuando quemaban buses o instalaban bombas cerca a instituciones del Estado, fuentes de inteligencia aseguran que tanto el Frente Manuel Cepeda Vargas como la mayoría de columnas y frentes de las Farc de la región aún tienen comisiones logísticas y de inteligencia en Cali.Un investigador de contraguerrilla explicó que entre las funciones de los milicianos está la de abastecer con alimentos, armas y recursos a los grupos guerrilleros en otros municipios del Valle.Una de las zonas de influencia identificadas y más utilizada para los recorridos de los milicianos y sus entregas de los abastecimientos es Cali, Jamundí, Buenos Aires y Suárez, entre Valle y Cauca.Es por eso que suceden casos como los del armamento que se incautó en Santa Elena el 23 de agosto pasado, el cual sería entregado al Frente 30 de las Farc para fortalecer su estructura.Según el investigador, “aunque no hubo capturas, sabemos que un grupo de civiles pertenecientes a la red de apoyo de la guerrilla sería el encargado de entregar las armas”. Incluso, el general Ómar Rubiano, comandante de la Regional 4 de la Policía, dijo que el hallazgo de las armas fue posible porque se evidenció que el Frente 30 y sus milicias pretendían de cometer una serie de atentados en contra de la Fuerza Pública, en especial en Buenaventura y Cali, pues era una forma de enviar un mensaje de que seguían fortalecidos pese a la captura en julio pasado de alias Richard, comandante de ese frente, quien cayó en una finca de Alcalá.Otro investigador indicó que hay otra parte de milicianos en Cali que está encargada de buscar recursos para la guerrilla, extorsionando a comerciantes o dedicados al microtráfico en los barrios.“También están tratando de ganar adeptos en centros educativos, claro que sin la intensidad de hace unos años cuando repartían revistas, colgaban pancartas, afiches o hacían graffitis. Asimismo, de alguna manera hay milicias que siguen intentando ganar influencia política”, afirmó el investigador.Las autoridades coinciden también en que Cali y otras ciudades cercanas son hoy una especie de refugio para los milicianos de las Farc que han cometido acciones terroristas en el departamento.Prueba de ello sería la captura en Vijes a finales de agosto pasado, de alias Mileito, de 21 años, quien sería uno de los responsables del atentado con moto bomba en Pradera, hecho atribuido a las Farc.Además, dijeron los investigadores, en la capital del Valle viven muchos de los familiares de personas que fueron reclutados por las milicias y luego se convirtieron en combatientes, entonces aprovechan eso para poder esconderse cuando saben que los están buscando para capturarlos.Las autoridades estiman que pueden existir casi cien milicianos de los frentes y columnas que desde hace un buen tiempo vienen cumpliendo con las funciones mencionadas en diferentes ciudades del departamento, entre ellas Cali. Para un analista en seguridad consultado, los llamados milicianos siguen cumpliendo con su característica de estar en la ciudad un tiempo, irse otro tiempo para los campamentos y luego volver a la zona urbana a seguir trabajando.“En el momento por el que pasa el país, donde hay una negociación de paz, los milicianos han tenido la labor de cometer acciones en diferentes partes, como una manera de mandar un mensaje al Gobierno de que aún están fortalecidas y que en cualquier momento pueden vulnerar la seguridad, así sea en la ciudad”, dijo el analista.

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