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Los parques de Cali son un ‘paraíso’ de vendedores de droga

Once zonas verdes figuran como las más afectadas. En El Limonar, la Policía capturó a una banda de ‘jíbaros’. Alerta.

28 de agosto de 2011 Por: Andrés Felipe Álvarez Henao, reportero El País.com.co

Once zonas verdes figuran como las más afectadas. En El Limonar, la Policía capturó a una banda de ‘jíbaros’. Alerta.

Para el agente ‘S’ la infiltración fue la parte más complicada del trabajo. Desde que comenzó la Operación Paraíso, supo que tenía que enfrentarse solo, sin más armas que una mochila que lo hiciera parecer estudiante, al demonio que se pasea campante entre los columpios, las ruedas, los resbaladores y las canchas de los parques de Cali: el consumo y venta de drogas.Desde finales de 2010, ‘S’ asistió con regularidad al parque El Paraíso, ubicado en la Calle 14c con Carrera 66 y 65 del barrio El Limonar, una de las zonas más afectadas en la ciudad por ese problema. Según cuenta, a cualquier hora que llegaba tenía quien calmara sus supuestas ganas de drogarse. Conoció a consumidores y ‘jíbaros’, les compró su ‘merca’, compartió con ellos experiencias de la vida que le habían montado en un libreto y, para hacer todo más creíble, hasta tuvo que trabarse con ellos.Mientras ve los videos del golpe en el que la Sijín le capturó el pasado lunes a 12 jíbaros de El Limonar, ‘S’ recuerda como durante nueve meses ingresó a las entrañas del diablo, que exhala bocanadas de humo y se instaló a vivir donde antes se respiraba tranquilidad en compañía de niños, adultos mayores, mascotas y grupos comunitarios.Pero a pesar de que a diario las autoridades muestran ante los medios de comunicación operativos como este y grandes incautaciones de droga, jíbaros detenidos y extinciones de dominio, la comunidad caleña se declara desesperada ante el problema incontrolable de la droga en los barrios, que crece sin control. Por ejemplo, en lo corrido de este año, tan sólo la Policía Metropolitana se ha incautado de 18,3 toneladas de marihuana, la reina de los narcóticos. Toda esta yerba, que dejó de llegar a las calles, formaría un alijo tan grande que podría superar el peso de un bus articulado del MÍO. Entonces, ¿por qué los pulmones de la ciudad están a merced de la droga? Las autoridades aseguran que los golpes que le han asestado a los carteles del narcotráfico en los últimos años han obligado a éstos a adoptar nuevas dinámicas de distribución. Por eso, ante la mayor dificultad para exportar grandes cargamentos, han optado por comercializar a bajos precios parte de su producción en las calles de ciudades como Cali.Situación que, a su vez, ha aumentado el número de adictos que se toman los espacios públicos de la ciudad.Así funciona el menudeo o microtráfico, que no es más que la extensión de los tentáculos de los grandes capos por medio de transacciones de pequeñas dosis que llenan sus arcas, al tiempo que acaban con la vida de millones de jóvenes y la tranquilidad de la comunidad.Cómo funciona el negocioLas imágenes captadas por las autoridades revelan el modo de operar de estos individuos, que se esparcieron como una plaga en los parques de los cuatro puntos cardinales de la capital del Valle. Según el jefe del grupo de microtráfico de la Sijín de la Policía, los ‘jíbaros’ nunca cargan consigo grandes cantidades de droga, pues saben que de esa forma la ley no va a poder actuar.Tienen caletas en los tubos de los juegos infantiles, en los techos de los quioscos, en las canchas, en los árboles y, literalmente, hasta debajo de la tierra. Todos son lugares imperceptibles por las autoridades y, al momento de atender las denuncias de la comunidad, no les queda más que retirar a los sospechosos para que en poco tiempo regresen.Con diferentes protagonistas, la escena se repite todos los días y a toda hora, en diferentes puntos de la ciudad. Los vendedores llegan a sus oficinas a cielo abierto a las 9:00 a.m y se relevan al medio día y en la noche para alimentarse. Carlos Ascárate, líder del grupo de micronarcotráfico del CTI, asegura que la lista de clientes no tiene distinción. A pie, en motos o en carros lujosos se acercan a realizar las transacciones, y muchas veces, se quedan a consumir lo que acaban de comprar.A su paso dejan nubarrones de humo denso y espeso, que viajan hasta las casas, apartamentos, locales comerciales, iglesias y cualquier estructura que se encuentre rodeando los parques. “El consumo de droga en lugares públicos ya se convirtió en pan de cada día. No hay lugar en que no se fume ni tampoco quien atienda el problema”, comentó un líder comunitario de la Comuna 17.Y no es el único que lo advierte. En Capri se ha denunciado la presencia de un expendedor minusválido en silla de ruedas eléctrica; habitantes de El Lido y Pampalinda reclaman a diario que se rescate ‘El Pascualito’, una de las ollas más frecuentadas de la ciudad; en Vipasa hay jíbaros que venden acompañados de perros bravos; en El Ingenio y El Limonar los gimnasios al aire libre se han aprovechado para vender y consumir drogas, en el parque del triángulo de Aranjuez los padres ya no sacan a sus niños porque desde las 6:00 p.m. se consume, en Tequendama se habla de un vendedor de helados que... La lista es interminable. Pero quizá las denuncias más dramáticas provienen de los barrios Colseguros y Brisas de los Andes, donde están dos de los ‘fumaderos’ al aire libre más grandes de todo Cali. En el primero, decenas de jóvenes acuden a fumar marihuana, tomar trago y algunos a esnifar cocaína, mientras los niños juegan, los viejos oyen sus radios y los comerciantes venden desde minutos hasta sillas playeras. Mientras que en Brisas de los Andes, el parque cambió de nombre para adquirir los remoquetes de Dacota y Loma Perdida, un montículo de tierra formado por desechos de construcciones que es aprovechado por cientos de individuos que venden y consumen cualquier tipo de sustancia. Incluso, la comunidad ha informado que desde este lugar se concretan negocios de sicariato. Los resultados, según dicen, siempre son los mismos: las requisas de rigor y al día siguiente de nuevo a la rutina.La comunidad espera que operativos como el del pasado lunes se repliquen en cada rincón de Cali. Sin embargo, el pesimismo ronda en todos los sectores y los ciudadanos parecen estar más de acuerdo con la frase dicha por el coronel Carlos Arturo Gaitán, comandante de la Policía Comunitaria de Cali: “La gente acusa a la Policía de complicidad con el delito porque nos llevamos a alguien y al otro día lo ven de nuevo en el parque. Pero estos personajes son como cucarachas; por más que uno los saque, regresan de cualquier forma”.Microtráfico en CaliEn lo corrido del año, la Policía Metropolitana de Cali ha capturado 2326 personas por tráfico de droga en la ciudad. Asimismo, se han incautado 117 kilos de bazuco, 18.305 de marihuana, 39 kilos de base de coca, 19 kilos de Cocaína y 2761 pastillas de droga sintéticaAdemás se han realizado 21 extinciones de dominio a inmuebles en los que se almacenaba o distribuía droga en diferentes partes de Cali.La marihuana es la droga que más se consume en la capital del Valle, seguida de la cocaína, el bazuco y drogas sintéticas como éxtasis, ácidos y poper. La dosis mínima establecida para el bazuco es un gramo, es decir, 15 papeletas. Esta dosis es suficiente para drogarse durante 30 horas continuas.

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