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“Las Farc viven una larga agonía”: Ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón

Para el recién nombrado ministro, el cabecilla de las Farc alias ‘Alfonso Cano’ era irremplazable. Reconoce que la guerrilla está golpeada, “pero aún puede hacer maldades”.

13 de noviembre de 2011 Por: Alfonso Ospina y Alejandra Bonilla, Colprensa

Para el recién nombrado ministro, el cabecilla de las Farc alias ‘Alfonso Cano’ era irremplazable. Reconoce que la guerrilla está golpeada, “pero aún puede hacer maldades”.

El 5 de noviembre Juan Carlos Pinzón cumplió dos meses de trabajo como Ministro de Defensa. La cartera más criticada en lo corrido del gobierno de Juan Manuel Santos. Hoy vive un ambiente distinto, en especial por la contundencia del golpe más fuerte para las Farc: la muerte de Alfonso Cano. El hombre que dirige este despacho cree que en ese cambio han influido las decisiones que ha tomado para reorganizar las Fuerzas Militares, así como el sacrificio de los hombres y mujeres que la conforman. En entrevista con Colprensa, Pinzón destacó la importancia de la muerte de ‘Cano’, aunque insistió que no es razón para sentirse confiados y despreciar la capacidad de la guerrilla de hacer daño. Cuando usted llegó al Ministerio se hablaba de un deterioro en la seguridad y de problemas dentro de las Fuerzas Armadas. Hoy las sensaciones son distintas, ¿qué pasó en este tiempo para producir ese cambio?Al llegar ordené un ejercicio de adecuación estratégica y renovación, con oficiales preparados en el exterior y experiencia en las cuatro fuerzas (Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Policía) que hicieron un análisis de la situación, para precisar cuál era la amenaza en cada región del país y así dimensionar los cambios que deberían hacerse. También entré con una tónica muy decidida para concretar recursos para los próximos tres años y así asegurar que los planes que se tienen se puedan ejecutar, tanto en incremento del pie de fuerza como con compra de los equipos para evolucionar en seguridad.¿Influyó también el cambio en la cúpula militar?La primera decisión que me tocó asumir, en total acuerdo con el Presidente, fue la de tener un nuevo mando militar y mantener el mando policial. Eso ha venido dando una nueva dinámica, que es lo que pasa cuando hay aire fresco y se renuevan las cosas. Nos hemos enfocado en entender qué pasa en las instituciones y nos hemos dado cuenta de que la sensación de inestabilidad jurídica está ahí, por eso fuimos al Congreso a plantear esa problemática. En los temas de bienestar hemos dado pasos, porque lo más importante son los hombres que hacen la tarea.Esos asuntos, los de inestabilidad jurídica y bienestar de la tropa, ¿son los que generaron comentarios sobre una supuesta baja moral?Siempre hay que trabajar por la moral de los hombres de las Fuerzas Militares y la Policía, porque ellos todos los días están actuando, sacrificándose, entregando su integridad, entonces es muy inapropiado politizar un tema que es tan delicado. Las Fuerzas Armadas no son de ningún partido ni sector, son de todos los colombianos. En ese sentido, con el liderazgo nuevo, visitando a las tropas en todo el país, creo que hemos generado la evidencia para nuestra gente de que realmente estamos entregados a entender la situación y tomar las ideas que ellos tienen para avanzar.Y todo ese trabajo recibe de premio el éxito del operativo contra ‘Cano’…En los últimos 30 días han ocurrido hechos muy relevantes. El país tiende a quedarse sólo con los más espectaculares y eso se entiende, pero además de la muerte de ‘Cano’, los golpes que se les han dado a todas las organizaciones dedicadas al crimen son sustanciales: en Nariño se desarticuló buena parte de ‘Los Rastrojos’; el Frente 33 de las Farc, que opera en el Catatumbo, prácticamente fue desarticulado; el Frente 38, en el Casanare, fue supremamente golpeado; la Teófilo Forero cada semana ha perdido a cuatro integrantes en el Caquetá; el Frente 15 perdió a varios extorsionistas y al médico que atendía a Fabián Ramírez; del Frente 30, que opera en el Pacífico, fue dado de baja el cabecilla en esa zona, que era ‘Mincho’. En un mes el daño que se le ha hecho a la estructura de las Farc es muy fuerte, tanto que me atrevo a decir que se les está golpeando en zonas críticas y eso los está deteriorando.Con ese panorama, ¿qué tipo de reacción podrían tener las Farc?Seguramente pueden acudir al terrorismo, intentar un hecho espectacular para dar la impresión de que están vivas, pero ninguna acción les va a devolver capacidades militares que les permitan ser lo que alguna vez fueron. Uno lo que ve es que están en una larga agonía, que la guerrilla depende de unos cabecillas radicales e ideologizados, que viven de la renta del narcotráfico, cómodos ellos, mientras su gente está sufriendo. Sólo hay que ver el ejemplo de ‘Cano’, un tipo que cae con $195 millones en efectivo, ¿qué colombiano tiene eso? A ver si alguno de los muchachos que están allá tiene algo. Al contrario, los ponen a pasar hambre, los maltratan, los fusilan. ¿Hay alguna información concreta sobre algún plan de las Farc?Ahí hay unos tipos radicales que los tienen destinados para generar violencia. Hay un tal Carlos Antonio Losada, un criminal que toda la vida ha dado órdenes de poner carros bombas, de infiltrar las protestas, de hacer plan pistola contra los policías. Seguramente le dan la misión de hacer algún daño, pero estos criminales deben saber que tarde o temprano se van a encontrar con las Fuerzas Militares. Es el momento de que piensen en desmovilizarse.¿Qué debería pasar en las Farc después de los golpes recibidos?Lo que yo quisiera que pasara es que haya mucha reflexión de los grupos armados, de sus familias, de ellos mismos. ‘Cano’ se muere después de 33 años en las Farc y ¿qué le dejó al país? Muerte, sangre, desolación, crimen.Usted habla de una agonía larga de las Farc, pero también de estructuras que se rearman pese a todos los golpes. Entonces ¿cuándo llegará el fin?Ojalá estos cabecillas reflexionaran. Lo veo difícil, porque son unos radicales, pero también creo que las bases se cansan y van entendiendo que la vía armada no es el camino. Hay dos ejemplos perfectos: el de las marchas de los estudiantes, esa es la democracia. A uno pueden gustarle o no, pero todos tienen el derecho de protestar; o el de las pasadas elecciones, personas que pertenecieron a grupos armados pueden llegar a cargos muy importantes. Con esos hechos, ¿qué más explica la permanencia de las guerrillas? Las tareas de inteligencia del Estado revelan que las Farc se están quedando incomunicadas entre sus frentes, ¿es una situación tan grave que pueda llevarlas a una anarquía?Es cierto que sus capacidades, comunicación y control se han degradado, pero no es razonable tomar una actitud triunfalista. Esta gente sigue con la capacidad de hacer maldades. El Gobierno le ha apostado con fuerza a los programas de desmovilización en su lucha contra la guerrilla, pero aún así hay muchos hombres en sus filas. ¿Deben haber otros incentivos?Hay miles de personas que se han desmovilizado. Este año ya van 1.300. Allá los tratan mal, los fusilan. Ahora, tiene razón en que uno quisiera una desmovilización más masiva y para impulsarla hay tres argumentos que transmitirles a los guerrilleros: que piensen en sus familias; segundo, que piensen en su propia seguridad y tercero, para la gente que tiene un legítimo sentimiento político, que se pregunten qué han transformado los jefes que han venido cayendo y, en cambio, qué han logrado los que están en la legalidad.Se cree que a ‘Cano’ lo reemplazará Iván Márquez o ‘Timochenko’, ¿en el Ministerio piensan lo mismo y es cierto que ellos están en Venezuela?Cualquiera que llegue estará más preocupado por su propia seguridad que por dirigir. Además, creo que ‘Cano’ es irremplazable, porque él era un elegido, preparado por Jacobo Arenas y Manuel Marulanda, para alcanzar ese cargo. No nos preocupa tanto quién llegue, sino mantener el esfuerzo. Sobre dónde están, no tengo información precisa. Sólo sé que donde estén, están inseguros.El Ministerio está cerca de terminar su nuevo Plan Estratégico de Defensa. Del análisis que han hecho, ¿cuáles son las regiones que más preocupan?Donde haya violencia, acciones criminales, acciones de terrorismo que afecten a la población civil.Un caso específico es el del Cauca…Esa es una zona con mucha violencia. Y se ha dicho que ahí se requiere una presencia fuerte del Estado; creo que esa es una respuesta necesaria, pero hay que hacerla alineada con las comunidades indígenas, que por centurias han estado allí y que deben estar involucradas en el destino de esas zonas. Además, la aproximación debe ser multidimensional, con la seguridad que se necesita, pero con otras condiciones que mejoren la calidad de vida.¿Qué espera usted de la ley que modificará la de Justicia y Paz y de la reforma a la Justicia?La de desmovilización, que es en donde está lo de Justicia y Paz, es muy importante porque es útil que la gente que está en las organizaciones delictivas cada vez tenga más posibilidad de salirse de eso y cambiar su vida. En la reforma a la justicia, el tema del fuero militar es importante. Y es bueno explicar que no se está extendiendo, sólo se pide que cuando haya militares o policías involucrados por hechos en una operación, la justicia militar verifique qué fue lo que ocurrió y si es necesario, el caso vaya a la justicia ordinaria, pero no que pase lo de hoy, cuando casi de manera preferente los casos van a la justicia ordinaria y las discusiones se vuelven más complejas y sin el análisis técnico que se requiere.Pero preocupa la necesidad de una Justicia Penal Militar fortalecida y no se ha visto el suficiente apoyo al proyecto de ley que ya existe para la creación de una Fiscalía y de un CTI penales militares…Estoy en plan de hacer un trabajo a fondo, de buscar ayuda de grandes juristas, ayuda internacional que nos oriente hacia el modelo óptimo. El proyecto de ley está ahí, pero quiero que cuando hagamos la presentación, tengamos claro todo el marco y no que hagamos avances por retazos.A propósito de las protestas estudiantes que usted menciona, ¿cómo analiza que siempre que hay una discusión social se compare el gasto del sector con el que se hace para seguridad?Primero, no creo que sea una convicción en el país, sino que es un planteamiento que ocasionalmente hacen algunos. Segundo, en Colombia es más alto el gasto social que el de seguridad, como debe ser. Nos parece muy bien que ahora las regalías tengan un impacto mayor sobre las regiones más pobres. Porque los problemas de seguridad no se arreglan sólo con la fuerza. Si uno compara el gasto del país con el de otros, se encuentra que no hay cantidades distintas, con la diferencia que nosotros tenemos amenazas permanentes. El gasto de Colombia en defensa es, más o menos, de 4,6% del PIB, pero si le descuento gastos, como el de los pagos pensionales, termina en el 3,6%. Eso no es mucho más de lo que gastan los demás países. Insisto ellos lo que hacen es comprar juguetes: aviones de última generación, tanques, submarinos, buques; nosotros ampliamos la presencia del Estado, mejoramos la seguridad.

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