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"La expectativa de vida en algunos barrios de Cali es de 16 años", dice Personero de Cali

Andrés Santamaría, personero de Cali, dice que conflicto en las calles se dinamizó y que las autoridades han sido lentas para reaccionar ante fenómenos como pandillas que usan menores para cometer delitos.

8 de julio de 2013 Por: Adolfo Ochoa Moyano | El País.

Andrés Santamaría, personero de Cali, dice que conflicto en las calles se dinamizó y que las autoridades han sido lentas para reaccionar ante fenómenos como pandillas que usan menores para cometer delitos.

Las cinco personas que fallecieron en tres barrios del Oriente de Cali el fin de semana pasado por enfrentamientos entre pandillas volvió a poner sobre la mesa el problema de control de grupos irregulares, que están fuertemente armados y que desatan olas de violencia por el control territorial.El personero de Cali, Andrés Santamaría, dice que esta problemática tiene que ver con que en la ciudad hay una naturaleza de intolerancia y que no hay políticas sociales pensadas para disminuir la violencia sin necesidad de aumento de pie de fuerza.Cali tiene muchos problemas de violencia, pero en los últimos días parece que las pandillas han aumentado su accionar criminal en la ciudad. ¿Qué pasa con eso?El problema de pandillas es estructural, de vulneración de derechos humanos en la ciudad. La vida pasó a costar menos y hoy los mayores victimarios y víctimas son los niños. La Personería ha hecho un diagnóstico. Determinamos que en Cali hay 134 pandillas y más del 60 % de quienes las componen son menores de edad. El 30 % están entre los 17 y los 26 años. Hay barrios en los que la expectativa de vida apenas llega a los 16 años. Nunca Cali imaginó la gravedad del tema hasta que nosotros empezamos a diagnosticarlo. En todas las comunas de Cali, excepto en dos, hay problemas de pandillas. ¿Por qué hay tantos de estos grupos? Según sus estadísticas en 20 años hubo un incremento del 1300 % de las pandillas en Cali.Inicialmente es una forma de agruparse, de unirse a un grupo de barrio. Hoy son estructuras criminales fomentadas y financiadas por organizaciones criminales estructuradas que se pelean el tema del microtráfico. Lo grave es por qué nuestros niños y niñas se están matando en Cali. En una sociedad que lleva este año más de 50 menores asesinados debería haber una preocupación y un nivel de cuestionamiento público.¿Por qué en Cali no hay una política clara por parte de las autoridades para enfrentar este tema de pandillas? No es algo que pase demasiado inadvertido...Porque Cali es receptor de desplazamiento interurbano. Hace más de 20 años que eso pasa. La sociedad caleña vio eso como un tema coyuntural en el que no tenía corresponsabilidad, como si el conflicto no perteneciera a esta ciudad. Nunca hubo una política para entender que se estaban recibiendo grupos vulnerables que necesitan atención del Estado porque vienen de la zona rural e ingresan a un nuevo sistema de ciudad, de economía. Además, la dinámica del conflicto cambió. Ya no se trata de una disputa rural sino de una disputa urbana. El negocio del microtráfico interno es ahora más importante. Ningún grupo ilegal se va a pelear un sitio sino representa un valor económico: entre mayor cuadras tenga, mayor almacenamiento tienen y mayor terreno hay para la venta. El negocio interno de las drogas es casi tan importante como el externo.Pero eso no es un problema nuevo...Pero es que no lo habíamos debatido. Yo lo vine a entender ahora que soy Personero. Antes, la creencia era que la más alta violación de derechos humanos se presentaba en algunas zonas del Pacífico o Cauca, por ejemplo. Es que en Cali hablamos de pandillas con fusiles, de presencia de grupos armados, de utilización de menores para delinquir, de menores asesinados. Niños de 10 años que han matado hasta ocho personas.¿Estamos en Cali frente a un Estado inoperante?Esta es una dinámica nueva y el nuestro es un Estado inoperante en el que todos hemos sido lentos para atender este problema. Las organizaciones defensoras de Derechos Humanos, las autoridades, todos hemos sido lentos. La violencia se dinamizó más rápido de lo que nosotros tuvimos la capacidad de atacarla. ¿Y cuál es la salida, entonces?Se necesita una mayor corresponsabilidad de las autoridades que, además, necesitan reconocer que hay una problemática. Cuando la Personería hace denuncias se dice que quiere hablar mal de Cali y no es eso. Es que hay que hacerlo, hay que diagnosticar la enfermedad. En Cali la violencia de menores, por ejemplo, es un cáncer. Es grave y se carcome la ciudad, porque están en juego la vida y los derechos de los niños.¿Qué soluciones existen?Dos: una que es el elemento policivo, que busque erradicar los grupos irregulares que están ayudando a formar pandillas, que usan casas de sicariato. Y segundo, tiene que haber un componente social que mejore las condiciones de las comunas en donde hay mayor presencia de ilegales. Estas comunidades viven en el olvido. Cali no ha sabido cómo interpretarlas y hacerlas productivas en esta nueva ciudad.El tema de presencia policial está bastante resuelto, pero lo de la política social es una deuda vieja...Es que no existe esa política en Cali. Hay grupos vulnerables que necesitan acceso a determinados derechos, a empleo, salud, educación. Los retos del Alcalde y de las autoridades es darles salidas a los jóvenes para que estudien. En Cali se cambia la escuela por ir a delinquir. No es posible que el único sueño de muchos de ellos sea ser miembro de un grupo ilegal o que piensen que no van a conocer la cédula porque lo pueden matar en cualquier momento. ¿Cali es una ciudad indolente con los problemas de los menores?Sí. Y no solo con los que tienen que ver con la violencia. En este año hemos registrado 277 casos de menores abusados sexualmente. Este año van 96 muertos por causa de riñas y por pandillas. ¿Se imagina que en Europa se presente la muerte de solo un menor en casos de violencia? En Cali no hay control de parte de los padres. ¿Por qué las cifras de violencia que da la Personería a veces no coinciden con las de la Alcaldía y la Policía?La función de registro de muertes que nosotros hacemos es pública. Nosotros hacemos los informes y se los entregamos a la Alcaldía. En todas la reuniones institucionales damos los elementos para que se tomen decisiones contundentes en el tema de políticas públicas. Yo creo en mis cifras. Siento que no tengo por qué avalarlas.¿Pero qué hace tan efectiva a la Personería?, ¿qué garantiza que no hay errores en los conteos?Nosotros preguntamos a Fiscalía, Medicina Legal y Policía. Investigamos. No nos inventamos muertos. Pero ¿cuál es el debate sobre las cifras?, ¿diez muertos más o diez muertos menos? Las diferencias son mínimas. Contadas con los dedos de la mano y pueden haber discrepancias, pero lo importante es que el problema es grave. En los últimos cinco años Cali supera los 1700 muertos anuales. Que haya diez más no es lo importantes, es que hay más de mil homicidios en una ciudad.Esas discrepancias han servido para rechazar informes de la Personería y a veces parecen que se usan como debates políticos...Es que la violencia no es un tema exclusivo de gobierno. Es un tema integral, que debe ser analizado por todas las secretarías de la Alcaldía. No creo que esto sea una discusión política. La Personería es un órgano de control. Nosotros lo que hacemos es advertir, las medidas la toman los servidores públicos. Lo que sé es que nuestras cifras son ciertas y nadie nos ha podido contradecir. Todos nuestros informes tienen videos, fotos y se hacen a través de trabajo de campo.Cambiando de tema. Cali es también muy violenta con las mujeres. Este año ya van 52 asesinatos.Es grave porque la mayoría del maltrato hacia la mujer viene desde sus hogares. Solo el año pasado hubo 93 asesinatos. Es obligación del Estado erradicar esta problemática, pero necesita un compromiso de la sociedad. Cali es una sociedad machista. No rechazamos enormemente que a una mujer la desmembren, como ocurrió hace meses en el barrio El Calvario. Nos acostumbramos a la violencia. ¿El que Andrés Santamaría sea presidente de la Federación Nacional de Personeros (Fenalper) puede contribuir a visibilizar en el ámbito nacional la violencia de Cali?Permite un puesto de liderazgo a la ciudad. Hace mucho que no teníamos una presidencia. Esto nos permite reconocimiento y un apoyo mayor de la comunidad internacional. Mayor grado de interlocución con instituciones de orden nacional.

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