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Informe especial: la desaparición en el Valle del Cauca, una herida que no cierra

Este viernes, en el Día Internacional de la Desaparición Forzada, los familiares recuerdan a sus seres queridos. Cifras y rostros de un dolor.

30 de agosto de 2013 Por: Redacción de El País

Este viernes, en el Día Internacional de la Desaparición Forzada, los familiares recuerdan a sus seres queridos. Cifras y rostros de un dolor.

Este viernes, 30 de agosto, los familiares de los desaparecidos del Valle quieren ser escuchados. En la plazoleta de San Francisco llevarán velas y las fotos de sus seres queridos estampadas en sus camisetas y en afiches. Quieren que su drama deje de ser invisible.Este viernes, Día Internacional de la Desaparición Forzada, Colombia recordará a los 25.007 desaparecidos que ha dejado el conflicto armado en las últimas dos décadas.En el Valle, según Medicina Legal, entre 1980 hasta el 2011 la cifra de desaparecidos ascendió a los 5576. En cuanto a Cali, en lo corrido de este año van 303. Esta es la tercera ciudad con más casos, luego de Bogotá y Medellín. Según la Personería, del total de desaparecidos este año 32 son menores de edad: 12 niños y 20 niñas.Un informe de la entidad reveló que en barrios de la comuna 18 y 22 de la ciudad las bandas criminales estaban reclutando a menores, los cuales desaparecían de sus casas, pero sus familiares por temor no denunciaban.Las desapariciones en el conflictoEl informe Basta Ya del Centro Nacional de Memoria Histórica reveló que “los asesinatos selectivos, las desapariciones forzadas, los secuestros y las masacres pequeñas son los hechos que han prevalecido en la violencia del conflicto armado. Estas modalidades configuran una violencia de alta frecuencia y baja intensidad, y hacen parte de las estrategias de invisibilización, ocultamiento o silenciamiento empleadas por los actores armados. De hecho, fueron precisamente estas modalidades que poco trascendieron en el plano nacional, pero que tuvieron un alto impacto en el ámbito local, las que invadieron de manera duradera la cotidianidad de las víctimas”.Para Gloria Ramírez, presidenta de la Asociación de Familiares de Desaparecidos, Asfaddes, la desaparición forzada empezó a ser usada en la década de los 70 “como una modalidad represiva para eliminar opositores políticos, pero en los 80 se amplia a líderes sociales y sindicales y se vuelve colectiva. Ahora no solo es utilizada para generar terror sino para tener el control y dominio sobre comunidades enteras”.Ramírez explicó que las zonas más afectadas por este fenómeno fueron los departamentos de frontera, como “Nariño, Putumayo y Santander, también en Antioquia la situación fue compleja y en Bogotá, donde los desaparecidos se notan menos pero las cifras son altas”.En cuanto al Valle del Cauca, la presidenta de Asfaddes aseguró que la situación de Buenaventura sigue siendo preocuopante. “Se ha vuelto algo cotidiano la desaparición”, expresó, al tiempo que denunció que todavía existen los grupos de autodefensas causantes de la mayoría de las desapariciones forzadas en el país. Los paramilitares, según Memoria Histórica y la ONU, han sido los causantes de la mayor cantidad de desapariciones.“La desaparición forzada y los asesinatos selectivos fueron las modalidades preferidas para mantener la intimidación y el terror en las comunidades. Es decir, la desaparición forzada operó como un mecanismo que aumentó la reputación de violencia de los paramilitares y que luego les permitió ocultar la magnitud de sus acciones sin renunciar a la propagación del terror”, se indicó en el informe Basta Ya.Y se agregó que “los actores armados convirtieron los ríos en fosas comunes donde arrojaron a las víctimas y prohibieron a los ribereños, familiares y vecinos recogerlos. Esto se documentó en la masacre de Trujillo, perpetrada entre marzo y abril de 1990. Las personas desaparecidas fueron sacadas a la fuerza de sus viviendas, llevadas a haciendas de los narcotraficantes, despojadas de sus identidades, sometidas a múltiples torturas y luego descuartizadas con una motosierra, para posteriormente arrojar sus cuerpos a las aguas del río Cauca”.La rutaCuando se presuma la desaparición de una persona, considerando que no es habitual que no reporte su ubicación, se debe iniciar la búsqueda inmediata consultando a los familiares y amigos más cercanos; recorrer los sectores aledaños al lugar donde fue visto por última vez; indagar en estaciones de Policía, hospitales, Clínicas, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Fiscalías y albergues para personas de la tercera edad.Si no hay resultados, pueden dirigirse en primera instancia a la Sijín de la Policía, Defensoría del Pueblo, Instituto Nacional de Medicina Legal y Personerías.Deben llevar fotocopia o número del documento de identificación, descripción física, antecedentes médicos, fotografía reciente, carta dental o nombre de la institución o del odontólogo tratante, historia clínica o nombre de la institución o médico tratante.Lea en los siguientes enlaces más historias sobre el drama de los desaparecidos en el Valle del CaucaEn Buenaventura, las desapariciones dejan a las madres con un duelo inconclusoHistorias de familias que sufren la desaparición forzada en el Valle del CaucaLa desaparición de Sandra Viviana Cuéllar, una lucha contra el olvido

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