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Informe de la Defensoría revela el infierno que se vive en la cárcel Villahermosa

La cárcel Villahermosa de Cali enfrenta la situación más crítica, pues tiene casi tres veces la población que puede albergar:hasta el 15 diciembre había 4.359 internos y el establecimiento tiene capacidad para 1.579.

12 de enero de 2012 Por: Daniel Suárez Pérez | Reportero de El País

La cárcel Villahermosa de Cali enfrenta la situación más crítica, pues tiene casi tres veces la población que puede albergar:hasta el 15 diciembre había 4.359 internos y el establecimiento tiene capacidad para 1.579.

Internos con diabetes que deben reutilizar sus jeringas para aplicarse la insulina y altos porcentajes de hacinamiento, es el panorama del sistema carcelario del Valle del Cauca, según el último informe de la Defensoría del Pueblo en el Valle.El seguimiento fue realizado por el organismo a los centros carcelarios a cargo del Inpec en los municipios de Cartago, Tuluá, Buga, Palmira, Cali y Jamundí.La Defensoría indica que el centro donde es más crítica la situación es el de Villahermosa, en la capital del Valle. La cárcel tiene casi tres veces la población que puede albergar: hasta el 15 diciembre había 4.359 internos y el establecimiento tiene capacidad para 1.579.Este 176% de hacinamiento supera el promedio de la sobrepoblación de las cárceles de Cartago, Tuluá, Buga y Palmira que se encuentra entre el 23% y el 80%.Un funcionario de la Defensoría explicó que la situación se podría mejorar en la cárcel de Cali si se agilizan los procesos judiciales de los internos que no han sido declarados culpables. Hasta el pasado 15 de diciembre había 2.017 internos sin recibir una condena.El personero de Cali, Manuel Torres, señaló que “hay un desborde de la delincuencia en la ciudad y a Villahermosa llegan personas sindicadas por todos los delitos. Lo que pasa en Cali es que hay una dispersión jurídica por la falta del Palacio de Justicia, eso hace que los procesos no avancen y los internos tengan que estar allá por mucho tiempo”.El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, Inpec, respondió a El País a través de su Oficina de Prensa que la situación del departamento es un “fenómeno que se presenta en las principales ciudades del país como Medellín, Bogotá, Bucaramanga, Cúcuta, Barranquilla. Las razones obedecen en gran parte a que en estas ciudades se concentra el mayor número de personas del territorio nacional, aunado a las políticas para garantizar la seguridad ciudadana que, indiscutiblemente, terminan incrementando el número de capturas”.El Inpec agregó que en el caso de la prisión de Villahermosa “se tiene proyectado un plan para que la sobrepoblación de este establecimiento sea trasladada paulatinamente al establecimiento de Jamundí”. Según las estadísticas que muestra la Defensoría del Pueblo, esta medida sería insuficiente. La cárcel de hombres de Jamundí, que funciona desde hace año y medio, puede recibir 1.366 internos más. Del centro de reclusión de Cali se necesitaría el traslado de 2.700.El documento de la Defensoría expone que el hacinamiento ha generado que algunos patios o pabellones para proteger cierto tipo de población sean destinados a otros usos. Una de las problemáticas es la atención de los internos con problemas mentales.La Defensoría sostuvo que en el departamento sólo la cárcel de Villahermosa cuenta con una unidad de salud mental, pero que allí sólo hay espacio para albergar a 56, de los 132 que hay en el penal.Celdas peligrosasFuncionarios de la Defensoría del Pueblo aseguraron que luego de las visitas que realizaron constataron que las fallas de los establecimientos ponen en riesgo la vida de los internos.En el documento detallan que en la cárcel de Villahermosa el sistema eléctrico necesita mantenimiento. “Las instalaciones eléctricas son obsoletas. Presentan cableado expuesto, lo que facilita la manipulación por parte de los reclusos, provocando sobrecargas y pequeños incendios que afectan su seguridad”.En la prisión caleña el informe indicó que “la edificación en general se encuentra con humedades, daños en paredes y pisos, hay falta de reparación de los sistemas eléctricos y de acueducto: exceptuando el sistema de alcantarillado que fue cambiado y ampliado”.El Personero de Cali opinó que “no se destina lo suficiente para mejorar esos centros, con todos esos problemas parece un país aislado. Los reclusos permanecen en mazmorras y salen peor, resentidos de la sociedad”.El Inpec afirmó que está haciendo un estudio de mercado para “hacer un mantenimiento correctivo, con estudios y diseños”. El instituto añadió que adelanta acercamientos con las empresas públicas del Valle del Cauca para obtener asesorías técnicas. Fallas en saludAunque la cárcel de Jamundí es la que menos problemáticas presenta, funcionarios de la Defensoría del Pueblo han recibido quejas en la prestación del servicio de salud por parte de los internos de ese centro.Una de las reclamaciones muestra que en ese establecimiento un condenado por actos sexuales con menor de edad requiere de la aplicación de insulina dos veces al día para tratar la diabetes.El recluso denunció que a veces no recibe jeringas nuevas por lo que debe reutilizarlas. Otros funcionarios de la Defensoría que han visitado el centro afirman que esto sucede a otros internos que sufren la misma enfermedad. La Defensoría del Pueblo también recibió la queja de otro sentenciado que hace cinco meses solicitó una colostomía. La institución reportó que en esa prisión se encuentran represadas 187 valoraciones para cirugía general, 33 para dermatología, 48 para optometría y 31 para otorrinolaringología.La Oficina de Prensa del Inpec informó que las anomalías ya han sido puestas en conocimiento de la Superintendencia Nacional de Salud, los ministerios de Protección Social y de Justicia y que ha solicitado respuestas a Caprecom, EPS encargada del servicio de salud para los internos.El instituto agregó que “mientras una persona en la calle consulta al médico en un promedio de cuatro veces al año, el interno lo consulta diez”. La atención médica se agrava en los cinco centros penitenciarios por la falta de personal especializado. Según la Defensoría, Caprecom ha demorado el pago del salario en algunos centros.Esta situación fue confirmada por el Inpec. El Instituto indicó que han recibido oficios del personal de salud en los que relatan que nunca reciben los pagos a tiempo, se demoran hasta tres meses en cancelarles los pagos y que les han cambiado tres veces de cooperativa, por lo que “les quedan adeudando horas laboradas, les han suspendido el servicio de salud por el no pago oportuno a la salud y pensión”.Denuncian fallas en la atenciónA raíz de la muerte de dos internos en cárceles de Antioquia en la última semana, el ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra, pidió más atención a la EPS Caprecom, para que preste el servicio de manera correcta en las prisiones de todo el país.Caprecom respondió ayer que siempre “ha garantizado y garantizará la prestación de servicios de salud a la población privada de la libertad de todo el país, conforme los acuerdos firmados en el contrato con el Inpec”.El director del Inpec, general Gustavo Adolfo Ricaurte, confirmó que en los dos años que lleva Caprecom prestando el servicio de salud en las cárceles del país, incluido el Valle, “se han presentado algunos problemas como la falta de personal médico, demoras en la entrega de medicamentos y falta de cobertura”.

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