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Icbf revela estudio sobre las huellas piscosociales de niños víctimas del conflicto

El estudio se hizo a partir de la percepción de 1.681 niños, niñas y adolescentes que conformaron la muestra de investigación.

4 de diciembre de 2013 Por: Elpais.com.co | Colprensa

El estudio se hizo a partir de la percepción de 1.681 niños, niñas y adolescentes que conformaron la muestra de investigación.

Ansiedad, desconfianza, dificultad para enfrentar condiciones adversas y temores permanentes, son algunos de los factores que afectan a los niños, niñas y adolescentes víctimas del conflicto armado en Colombia. Así se desprende de un estudio revelado este miércoles por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), cuyos resultados evidencian el impacto psicosocial de distintos hechos ocurridos dentro del conflicto armado, sobre los niños, niñas y adolescentes que han sido víctimas de los mismos. El estudio permitió determinar las consecuencias, impactos y afectaciones de seis hechos victimizantes sobre los menores de edad: el desplazamiento forzado, la violencia sexual, la explosión de minas antipersonal, el secuestro, la orfandad y el reclutamiento ilícito. Un ejercicio que se desarrolló a partir de la percepción de 1.681 niños, niñas y adolescentes que conformaron la muestra de investigación, con un enfoque diferencial que tuvo en cuenta su género, etnia y edad. De este grupo, 961 son víctimas directas y 720 no lo son, pero enfrentan condiciones de vulnerabilidad que los ponen en riesgo. “El ICBF espera que esta investigación aporte información científica y técnica a los profesionales de diferentes entidades que atienden a las víctimas del conflicto armado, ofreciéndoles herramientas e instrumentos más cualificados para su labor”, dijo Martha Tovar, Directora de Protección (e) del ICBF. Los datos recolectados permitieron establecer una serie de diferencias entre los niños que han estado expuestos al conflicto y los que no han vivido esta terrible experiencia. Los primeros, por ejemplo, tienen más dificultades para hacer uso constructivo del tiempo, perciben menos apoyo de quienes los rodean y tienen menos resiliencia o capacidad para enfrentar condiciones adversas. “Esta investigación hará que podamos contar con información para orientar diferencialmente los servicios de atención psicosocial para niños, niñas y adolescentes según el hecho que los haya afectado y el grupo étnico al que pertenezcan”, dijo Katie Kerr, Directora de Programas de la OIM en Colombia. “Hay diferencias importantes y significativas que dan luces sobre sus necesidades psicosociales”. Indicadores desalentadores Según los resultados del estudio, los menores de edad en condición de desplazamiento presentan problemas en el ámbito afectivo, pero menos sentimientos de culpa que los desvinculados. Se muestran más retraídos y expresan más quejas somáticas, ansiedad y problemas de atención, en comparación con los demás. Estos niños tienen un nivel más bajo de escolaridad y perciben tener menos salud que el resto de los evaluados. En cuanto a quienes han sido víctimas de la violencia sexual en medio del conflicto, se encuentran afectados en el plano afectivo, particularmente en la capacidad de sentir alegría. También tienen dificultades para establecer vínculos con sus padres y amigos, pero lo más característico es que se ven afectados en su identidad. Por su parte, los niños víctimas de minas antipersonal tienen niveles de escolaridad más bajos y estudian menos en la actualidad. Adicionalmente, registran menores puntajes en la percepción de su estado de salud y refieren con mayor frecuencia cicatrices en su cuerpo. En el caso de los niños, niñas y adolescentes huérfanos, cuando lo son de madre, tienen una mayor tendencia a la depresión y a la ansiedad, que pueden presentarse a nivel moderado y alto, con riesgo clínico. Así mismo, muestran mayor ausencia de diversión y felicidad. Ellos expresan más sentimientos de culpa, preocupación y dificultades en su estado de ánimo. Finalmente, los niños desvinculados tienen más comportamientos infractores y agresivos que los desplazados. Sus índices de masa corporal son más altos y frecuentemente informan la presencia de cicatrices. Estos niños también presentan bajos niveles de escolaridad y viven con menor frecuencia con sus padres. “Estamos seguros que el estudio ayudará a orientar las acciones de las instituciones colombianas para el desarrollo de herramientas que sirvan para que las niñas y los niños puedan construir un nuevo proyecto de vida”, señaló Viviana Limpias, Representante Adjunta de UNICEF en Colombia. “No hay que olvidar que las principales víctimas de las guerras son las niñas y los niños”, puntualizó.

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