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Homicidios y extorsiones siguen azotando a Tuluá, centro del Valle del Cauca

Mientras que en lo corrido del año se registran más de 40 homicidios, las extorsiones tienen preocupados a los comerciantes.

27 de febrero de 2013 Por: Redacción de El País, Tuluá.

Mientras que en lo corrido del año se registran más de 40 homicidios, las extorsiones tienen preocupados a los comerciantes.

Pese a los planes de intervención policial, el aumento del pie de fuerza y las otras medidas tomadas para contrarrestar la violencia en Tuluá, los homicidios y extorsiones siguen azotando a esta población del centro del Valle del Cauca. Este año el número de muertes violentas asciende a 42.Las autoridades insisten en que detrás de la violencia hay una guerra entre dos facciones de ‘los Rastrojos’, lideradas por los alias Picante y Porrón, quienes se disputan el control del microtráfico y de las extorsiones.Precisamente, es uno de estos grupos el que estaría detrás del caso de un hombre a quien le sellaron con pegante la boca y los ojos porque se negó a pagar una extorsión.Según el comandante del Segundo Distrito de Policía, teniente coronel, Javier Humberto Vargas Palacios, los asesinatos en la Villa de Céspedes, tienen un común denominador: ajuste de cuentas entre bandas delincuenciales y guerra territorial por el manejo del negocio del microtráfico.Con esta apreciación coincide el secretario de Gobierno, Jhon Jairo Gómez Aguirre, quien dijo que “el problema de los homicidios tiene alcance por fuera del Municipio y obedece a estructuras u organizaciones delincuenciales que no dependen del manejo local”.Extorsiones y homicidiosEl año pasado el Gaula Valle de la Policía atendió más de 500 denuncias de ciudadanos que estaban siendo blanco de los extorsionistas. “Sé de dueños de almacenes y de algunos negocios que están pagando la ‘vacuna’ por temor a que les maten la familia”, manifestó un comerciante de la Calle 25 que prefirió omitir su nombre por temor a represalias.En el caso de la semana pasada cuando delincuentes torturaron a un comerciante de 47 años, al pegarle los ojos y la boca, estos dejaron un aviso con la palabra sapo. Al parecer, el hombre, que era dueño de una empresa funeraria, se atrevió a denunciar en la Fiscalía que le estaban exigiendo cinco millones de pesos.Este hecho recordó los cuatro casos de desmembramiento que se registraron el año pasado, entre los meses de septiembre y octubre.Las autoridades reportaron a principios de febrero, que siete capturados entre ellas dos mujeres, eran los responsables de estos crímenes. Se ha dicho que alias ‘Picante’ ordena descuartizar a sus enemigos para sembrar el terror entre sus adversarios. El pico más alto en la racha criminal de este año se registró durante la primera semana de enero, cuando asesinaron a nueve personas.El primer homicidio del año se perpetró el 2 de enero en el barrio Siete de Agosto, en donde un par de sicarios acabaron de once disparos con la vida del comerciante y ganadero Carlos Éver Aguiar, de 47 años, oriundo de Puerto Asís.Al día siguiente, en la Zona Rosa, un par sicarios que se movilizaban en una motocicleta Yamaha BWS, asesinaron de 12 disparos de pistola calibre nueve milímetros, a excandidato al Concejo de Tuluá, Apolinar Sinisterra Araújo, de 37 años, natural de Tumaco, Nariño.Casi simultáneamente, desconocidos le lanzaron una granada de fragmentación al tío de un cabecilla de ‘los Rastrojos’ que se encuentra preso en Cómbita, lo cual lo dejó gravemente herido.Esa misma noche, en la Calle 45 con Carrera 25B en el barrio Nuevo Príncipe se presentó un cruce de disparos, al parecer entre miembros de dos bandas criminales. En la acción, murieron dos hombres, uno de ellos identificado como Jorge Hernán Gómez Tabimba, de 32 años, hijo de un reconocido comerciante de la ciudad y Edwin Estiven Valencia Ortiz, de 26, uno de los presuntos sicarios.En la madrugada del 13 de enero, dentro de la Discoteca Sin Horas, en el barrio Santa Inés, asesinaron al propietario de ese establecimiento público, Juan Camilo Trujillo Sánchez, de 37 años. Este hombre, que recibió nueve disparos en diferentes partes del cuerpo, tenía casa por cárcel por porte ilegal de armas. En los mismos hechos perdió la vida por una bala perdida, Lizeth Fernanda González Gómez, de 19 años.A estos crímenes se suman otros homicidios de expendedores de drogas y habitantes de la calle, especialmente en sectores deprimidos o en inmediaciones de la Plaza de Mercado al igual que enfrentamientos entre conductores de camionetas y sicarios por las calles de Tuluá al estilo del Viejo Oeste.Las Farc El pasado 2 de febrero las Farc asesinaron a dos soldados en el corregimiento de Puerto Frazadas y hace ocho días bloquearon por 48 horas la vía a la zona rural.Habitantes de los corregimientos de Barragán y Santa Lucía denunciaron la presencia permanente de hombres armados a lo largo de los 70 kilómetros que unen el casco urbano con la zona montañosa de Tuluá, lo que genera más temor entre los campesinos.

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