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“Farc pretenden liberar presión en el suroccidente”

El aumento de los actos cometidos por las Farc en el suroccidente colombiano, revelado en un informe de la Corporación Arco Iris, se debe al intento de la guerrilla de liberar la presión que las Fuerzas Armadas realizan en la parte alta de la cordillera Central

2 de diciembre de 2010 Por:

El aumento de los actos cometidos por las Farc en el suroccidente colombiano, revelado en un informe de la Corporación Arco Iris, se debe al intento de la guerrilla de liberar la presión que las Fuerzas Armadas realizan en la parte alta de la cordillera Central

El aumento de los actos cometidos por las Farc en el suroccidente colombiano, revelado en un informe de la Corporación Arco Iris, se debe al intento de la guerrilla de liberar la presión que las Fuerzas Armadas realizan en la parte alta de la cordillera Central y en otras zonas del Pacífico contra los cabecillas del Comando Conjunto Occidente.Para el general Jairo Antonio Herazo, comandante del Comando Conjunto Pacífico, que opera en los departamentos de Cauca, Valle, Nariño y parte de Chocó, ni los hostigamientos ni los asesinatos de miembros de la Fuerza Pública demuestran un fortalecimiento de este grupo. Al contrario, dice, “como estamos metidos en sus madrigueras, a las que nunca pensaron que íbamos a llegar, atacan a los soldados y policías desde casas de civiles, instalan minas, para que nosotros abandonemos las zonas que hemos ganado”.“Cuando llegué aquí advertí que esta ofensiva- especialmente la del norte del Cauca-, iba a ser como una tormenta, que nosotros mismos creamos con la ofensiva que lanzamos, pero después llegará la calma”, agrega el general, quien dice que este año se han desmovilizado 427 guerrilleros por presión de las tropas. Este año la Corporación Nuevo Arco Iris indica que se han presentado 482 acciones, entre ellas 70 ataques a estaciones de Policía y 58 contra patrullas policiales en movimiento, en los departamentos en los que delinque el Comando Conjunto Occidente. Asimismo, han ocurrido 42 hostigamientos en el norte del Cauca.La muerte en un bombardeo en septiembre pasado del jefe militar de las Farc, ‘El Mono Jojoy’, y el declive del Bloque Oriental, comandado por él, “terminó una etapa estratégica iniciada en 1995, que consistía en masivas ocupaciones de municipios y pequeñas ciudades”, dice el informe.Sin embargo, en todo el país, agrega, el número de acciones ha sido de 1.598, que van desde campos minados, ataques de francotiradores, emboscadas, combates y hostigamientos.“El Estado está ganando la guerra en el aire, pero en la infantería las Farc lo superan”, sobre todo en las zonas donde opera su Comando Conjunto de Occidente, aseguró el director de Arco Iris, León Valencia, al presentar el balance de la entidad sobre el conflicto armado.Valencia también expresó que este año “la guerra está viva, de manera atroz, y se ha degradado enormemente”, ya que gran parte de las víctimas lo son por minas antipersonal colocadas por las Farc.Arco Iris dice que el principal problema con las Farc, luego de los fuertes golpes que el Gobierno le ha propinado, es que se están creando nuevos escenarios de guerra, es decir, hay movilidad de pequeños grupos, lo que crea el aumento de bajas en militares.Entre enero y septiembre de este año, la guerra contra las Farc mató a 357 miembros de la Fuerza Pública e hirió a otros 1.498, reveló el informe.Los nuevos cartelesLa ‘Nueva geografía’ del narcotráfico en Colombia, producto de una reorganización para compensar la competencia mexicana en el mercado de EE.UU., ha dado origen a dos poderosos carteles que están haciendo aumentar la criminalidad urbana, advirtió la Corporación Nuevo Arco Iris.Los grupos narcoparamilitares, llamados por el Gobierno bandas criminales emergentes, “se están consolidando en carteles con ejércitos capaces de controlar rutas y territorios”, explicó Claudia López, analista de la ONG, en el balance sobre los nuevos carteles del narcotráfico en Colombia.La mayor parte de la droga la mueven fundamentalmente dos nuevas bandas criminales “con vocación de carteles”. Se trata de un nuevo grupo con ramificaciones urbanas, como en el caso de Medellín, y otro es el Ejército Revolucionario Popular Antiterrorista de Colombia (Erpac), comandado por Pedro Oliveiro Guerrero, alias Cuchillo.El primero tiene mucho que ver con el incremento de la violencia en MedellÍn (noroeste), donde la tasa de homicidios ha pasado de 46 por cada 100.000 habitantes a 93, de acuerdo con la Corporación Nuevo Arco Iris.“El narcomenudeo es el eje del ascenso de la criminalidad urbana y es producto de la reorganización del narcotráfico en Colombia”, señaló el director de la ONG, León Valencia.De acuerdo con Valencia, esa reorganización es fruto, a su vez, del aumento del tráfico interno para compensar las pérdidas en el mercado de EE.UU. causadas por la competencia de los carteles mexicanos.

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