El pais
SUSCRÍBETE

Estados Unidos, atemorizado por la amenaza de asesinos radicales

La nueva matanza protagonizada por un exmilitar, miembro de grupos racistas, en Wisconsin, tiene en alerta a las autoridades de los Estados Unidos.

12 de agosto de 2012 Por: Por Felipe Lozano Puche | Corresponsal de El País

La nueva matanza protagonizada por un exmilitar, miembro de grupos racistas, en Wisconsin, tiene en alerta a las autoridades de los Estados Unidos.

El Ejército de los Estados Unidos realiza inspecciones periódicas a los soldados en búsqueda de tatuajes con símbolos asociados a ideologías radicales. El logo de los ‘skinheads’, un grupo racista de ultraderecha, que Wade Michael Page se había grabado en el hombro izquierdo, pasó desapercibido por sus oficiales. Algunos de los soldados que conocieron a Page durante sus seis años en el Ejército han declarado que no disimulaba su militancia en organizaciones racistas y predicaba su credo de supremacía blanca abiertamente.“Muchas veces los inspectores no saben qué es lo que están buscando, no están suficientemente informados sobre las organizaciones de ultraderecha”, explica Daryl Johnson, quien trabajó durante más de quince años para el gobierno federal como experto en contraterrorismo y dirigió las investigaciones sobre organizaciones extremistas domésticas no islámicas en el Departamento de Seguridad Interior (Department of Homeland Security, DHS).En abril de 2009, la oficina de Johnson publicó un análisis advirtiendo sobre el crecimiento de las organizaciones de extrema derecha en los Estados Unidos. El informe fue duramente criticado en círculos conservadores, que acusaron al DHS de haberse politizado y desviar la atención de la verdadera amenaza contra la seguridad: las acciones de terror de grupos fundamentalistas islámicos.Pero lo cierto es que la mayor parte de los recursos están siendo destinados a la lucha contra organizaciones como Al Qaeda y no se le presta suficiente atención a otro tipo de amenazas. “El FBI ha investigado a cien sospechosos de extremismo islámico al interior de las filas del Ejército”, señala Johnson, quien trabaja como consultor de seguridad en una firma privada de Washington DC, “pero los extremistas de derecha se cuentan por miles”.Según sugiere un libro llamado “Ejército irregular”, el aumento de la incidencia de criminales, neonazis e integrantes de pandillas entre los militares es efecto de una relajación en los estándares del reclutamiento del Ejército estadounidense: ahora, por ejemplo, es posible enlistarse aún siendo ex convicto. Aunque Johnson aclara que es muy difícil prevenir masacres como la perpetrada por Wade, el exmilitar de 40 años, el pasado domingo 12 de agosto en un templo sij de Winsconsin, también advierte que los controles del Ejército están fallando, aumentando la probabilidad de que una persona entrenada por las Fuerzas Armadas termine aplicando sus destrezas en la planificación de matanzas. Los procedimientos de control de los militares tampoco consiguieron detectar la amenaza del mayor Nidal Malik Hasan, quien en noviembre de 2009 asesinó a 13 personas en la cafetería de Fort Hood, Texas, la base militar más popular de los EE.UU (50 mil habitantes, aproximadamente). Reportes posteriores describieron a un sujeto inestable, en creciente conflicto respecto de los relatos que escuchaba como psiquiatra del Ejército y las experiencias vividas en Iraq.“Ambos casos presentan similitudes”, anota Johson, “pero son fundamentalmente distintos”. En efecto, el mayor Hasan estaba motivado por una ideología radical islamista mientras que Page era un seguidor de las doctrinas neonazis.Según Heidy Beirick del Southern Poverty Law Center, un grupo que estudia las manifestaciones del extremismo de derecha en los Estados Unidos, Wade Michael Page empezó a aparecer en sus registros desde 2001, cuando entró en contacto con organizaciones neonazis que el grupo monitorea. “En el Southern Poverty Law Center consideramos que la reacción frente al análisis que presentó el grupo de Johnson fue totalmente política, algo que es terrible”. Según los datos que maneja la organización, grupos de extrema derecha han perpetrado una centena de actos terroristas desde 1995, pero el gobierno no ha enfrentado ese peligro de manera cabal para no alborotar el avispero político.Para Johnson, la llegada a la presidencia de Barack Obama y la persistencia de las malas condiciones económicas del país, han abonado el terreno para que prospere el reclutamiento de organizaciones radicales racistas.

AHORA EN Judicial