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En 2013, los diálogos de paz con las Farc redefinieron la vida política colombiana

Aunque el proceso de paz avanza lentamente, las negociaciones en La Habana han cambiado la agenda electoral del 2014 y han impulsado la posibilidad de reelección de Juan Manuel Santos.

12 de diciembre de 2013 Por: Elpaís.com.co | EFE

Aunque el proceso de paz avanza lentamente, las negociaciones en La Habana han cambiado la agenda electoral del 2014 y han impulsado la posibilidad de reelección de Juan Manuel Santos.

Las negociaciones de paz entre el Gobierno y las Farc redefinieron este año la agenda política de Colombia, incluida la posibilidad de reelección del presidente Juan Manuel Santos, que buscará un segundo mandato en los comicios de 2014.Durante todo el año los colombianos han seguido con atención los altibajos de las negociaciones en La Habana entre el Gobierno y las Farc, y en función de ese proceso las diferentes fuerzas políticas han preparado su estrategia para las elecciones legislativas del próximo 9 de marzo y las presidenciales del 25 de mayo.En el año largo que llevan las negociaciones en la capital cubana el Gobierno y la guerrilla han alcanzado dos acuerdos parciales en una agenda de seis puntos, y aunque el diálogo no avanza al ritmo que Santos y el país esperaban, lo conseguido hasta ahora da solidez al proceso.El primer acuerdo, sobre tierras y desarrollo rural, vio la luz el pasado 26 de mayo, y el segundo, sobre participación política, fue anunciado casi seis meses después, el 6 de noviembre, tras lo cual el Gobierno y las Farc pasaron a discutir otro tema espinoso, el de las drogas ilícitas, un fenómeno que hace décadas se convirtió en "combustible" del conflicto colombiano."¿Se imaginan ustedes una Colombia sin conflicto y sin coca? Esa Colombia, esa Colombia maravillosa es posible, y hacia esa meta nos dirigimos", manifestó el Presidente en un mensaje al país a comienzos de noviembre, una idea que repite como un mantra con frecuencia en sus discursos.El Gobierno también manifestó este año su disposición a emprender una negociación similar con el ELN, la segunda guerrilla local, que los últimos meses liberó a varios secuestrados que tenía en su poder para allanar el camino al diálogo.Santos, que también insiste en afirmar que nadie ha dado tantos golpes militares a las Farc como él, primero como ministro de Defensa del anterior Gobierno y luego como presidente, se ha convertido al mismo tiempo en el principal impulsor de los diálogos de paz con la convicción de que Colombia no puede perpetuar un conflicto armado que ya dura medio siglo.A ese sueño de paz ha apostado el mandatario todo su capital político, y a la firma de un acuerdo de fin del conflicto con las Farc amarró su aspiración a conseguir en las urnas un segundo mandato para gobernar hasta el 7 de agosto de 2018.Esa idea la maduró a lo largo del año y finalmente la confirmó el 20 de noviembre, justo un día después de que se cumpliera el primer aniversario del inicio de las conversaciones con las Farc en Cuba."Lo hago porque estoy convencido de que hemos avanzado lo suficiente y que por fin es posible llegar a ese futuro de prosperidad y de paz que merecemos todos los colombianos", dijo el mandatario al oficializar su deseo de buscar la reelección porque, agregó, es necesario "terminar la tarea".Las primeras encuestas favorecen al Presidente con una intención de voto que oscila en torno al 25 %, insuficiente para evitar una segunda vuelta que se celebraría el 15 de junio de 2014.Pese al anhelo de paz de los colombianos, un sector importante del electorado se ha atrincherado en las antípodas de Santos con un discurso contrario a la forma de llevar a cabo los diálogos de paz en Cuba porque considera que el Gobierno está haciendo demasiadas concesiones a las Farc, entre ellas la "impunidad" por sus crímenes.Ese bloque se aglutina alrededor del expresidente Álvaro Uribe, inspirador de un movimiento de reciente creación, el Centro Democrático, que ya eligió como candidato presidencial a su exministro Oscar Iván Zuluaga, llamado a ser el contrapeso del oficialismo con la promesa de suspender el proceso de paz para someterlo a revisión si gana las elecciones.El propio Uribe, que encabeza la lista para el Senado del CD, ha enfilado su artillería contra Santos y contra las negociaciones con las Farc, y, dependiendo del caudal electoral que su movimiento obtenga en las elecciones de marzo, puede convertirse en la piedra en el zapato del mandatario y del proceso de paz.

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