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El futuro del proceso de paz está en la cancha del Gobierno

Analistas aseguran que el presidente Santos no está obligado a insistir en una negociación en la que las Farc no dan muestra de voluntad.

31 de julio de 2014 Por: Hugo Mario Cárdenas López | Reportero de El País

Analistas aseguran que el presidente Santos no está obligado a insistir en una negociación en la que las Farc no dan muestra de voluntad.

Por más que el presidente Juan Manuel Santos haya defendido con ímpetu las negociaciones con las Farc en La Habana, los actos terroristas de los últimos días le darían patente de corso para levantarse de la mesa sin mayor costo político para el Mandatario.Para los analistas es claro que las condiciones han cambiado y que hasta hace unos meses las Farc tenían una posición de privilegio porque la reelección de Santos dependía de la esperanza de paz del país, pero sin un proceso electoral por delante y con la guerrilla atacando a la población civil, nada obliga al Mandatario a insistir en un acuerdo que no da frutos.Así lo aseguró el exfiscal Francisco José Sintura al señalar que pasado el proceso político de la reelección, lo que debe demostrar el presidente Santos a la opinión pública “son actos de rigurosidad, de seriedad y de compromiso con la verdad y la justicia; y no se logra lo uno o lo otro si se sigue permitiendo que las Farc violenten un proceso en el que llevan más de un año sin resultado alguno”.“En las últimas dos semanas se evidencian ataques indiscriminados a las fuentes económicas del país y que lesionan a la población civil y el Presidente debe tomar decisiones serias y fuertes. Para que haya un acuerdo se necesitan dos y si el Gobierno se levanta de la mesa no pasa nada distinto a la continuidad de la guerra porque no hubo voluntad de parte de las Farc”, aseguró Sintura.De hecho, ayer el presidente Santos les reiteró a las Farc y al ELN desde Buenaventura que “el pueblo colombiano no acepta los ataques contra la población civil ni contra el medio ambiente. La guerra es entre combatientes y no contra la población civil” e indicó que sus actos “son totalmente inaceptables y no son consecuentes con lo que se está conversando en La Habana.“Lo consecuente son gestos de paz y no acciones contra la población civil. Y que eso quede muy claro. Eso tiene que ser algo que dentro del contexto que hemos acordado se pueda entender, y lo entienda no solo la comunidad nacional sino la comunidad internacional, que nos ha venido apoyando, que ha venido apoyando este proceso de paz, pero que también censura y condena cualquier ataque que afecte a la población civil”, explicó el presidente Santos.De acuerdo con los analistas, si no hay muestra de voluntad de parte de las Farc, es preferible que se suspendan las negociaciones en La Habana que insistir en un proceso en el que no están creyendo los colombianos, entre otras cosas porque será el país el que decida en las urnas si avala o no lo acordado.Se afecta la credibilidadEl exprocurador Jaime Bernal Cuéllar dijo que el proceso hay que protegerlo pese a estos inconvenientes y que las Farc están en la obligación de rescatar la confianza de la ciudadanía “porque si la paz se logra, necesariamente deben cumplir unas obligaciones y si quieren participar en política tienen que pedir el favor del electorado”.“No me queda duda que hoy el país no tiene confianza plena en este proceso ni en el comportamiento de las Farc; en las elecciones pasadas quedó en evidencia ese escepticismo. Creo que en un caso extremo, como dice el Presidente, si se levanta el Gobierno de la mesa, estoy seguro que la ciudadanía respaldará la Fuerza Pública en todo sentido para enfrentar radicalmente estos grupos”, indicó Bernal Cuéllar.Por su parte la exministra de Defensa Martha Lucía Ramírez indicó que el país tiene que rodear al Presidente porque está mostrando una posición firme frente a las Farc y que ha entendido que quieren aprovechar el diálogo para presionar al Gobierno y presionar a los colombianos para lograr mejores condiciones. “El país no puede negociar en una posición de debilidad, tiene que negociar con firmeza y fortaleza”.“Para el país vienen días determinantes porque si esta negociación ha de servirle a Colombia, ojalá sea para que termine pronto con verdad y con justicia; pero si es para fortalecer a las Farc y para que continúen con sus actos criminales y terroristas, tarde o temprano habrá que pararse de la mesa porque el Gobierno ya dio muchas señales de buena voluntad”, consideró la exministra Ramírez.La bancada parlamentaria de la Mesa de Unidad Nacional respaldó al presidente Santos en su ultimátum al grupo guerrillero y aseguró que este Gobierno ha dado todo de sí para poner fin a este conflicto y que no tiene sentido seguir adelante sin muestras claras de parte de las Farc de querer la paz.Coinciden los analistas en que es difícil sacar adelante este proceso sin la confianza del país y que Santos fue consecuente con su lucha por la paz. “Pero las Farc siguen perdiendo confianza y lo que tiene que evitar el Presidente es que el Gobierno termine perdiendo también la confianza de los colombianos por culpa de este proceso”, dijo la exministra Ramírez.

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