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"El cese el fuego bilateral siempre tendrá detractores": experto en paz

Vicenc Fisas, experto en paz, dice que el cese “puede ser un desastre, si no hay seriedad, o muy útil, en una negociación avanzada como la de Colombia”.

17 de enero de 2015 Por: Colprensa.

Vicenc Fisas, experto en paz, dice que el cese “puede ser un desastre, si no hay seriedad, o muy útil, en una negociación avanzada como la de Colombia”.

Vicenc Fisas, director de la Escuela de Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona, España, aseguró que la negociación actual con las Farc requiere de un desescalamiento de las acciones armadas, que derive en un cese el fuego bilateral y definitivo.El catedrático catalán, experto en el estudio de conflictos y guerras, manifestó que el Gobierno Nacional “podría arriesgarse” en este momento a tomar la decisión de bajarle a las acciones ofensivas contra la guerrilla, lo que conllevaría a que se aceleren los diálogos en La Habana. ¿Cómo analiza el debate que se ha suscitado alrededor del cese el fuego anunciado por las Farc, del que el mismo Gobierno ha dicho que se ha cumplido?El alto el fuego o cese de hostilidades de forma unilateral, en todas las partes del mundo donde se ha hecho, nunca ha sido perfecto porque la otra parte, en este caso las Fuerzas Armadas, continúan con su actividad y se pueden producir combates, porque una parte que ha declarado el alto el fuego unilateral, en este caso la guerrilla, no se va a dejar matar si se tiene que defender. Es inevitable que haya situaciones de enfrentamiento y eso no se puede atribuir a la parte que ha decretado el alto el fuego.Otra cosa sería que las acciones ofensivas las realizara las Farc, entonces estaría incumpliendo una cosa que ha acordado públicamente. En Colombia, donde no hay una verificación porque el Gobierno no ha querido, creo que en lo fundamental se está cumpliendo el alto el fuego unilateral anunciado por la guerrilla. ¿Y qué opina de la posibilidad de que Gobierno no pacte el cese el fuego bilateral en este momento sino que lo postergue hasta que se dé el acuerdo final de la agenda de diálogos? Es muy frecuente lo que ocurre ahora en Colombia, que una de las partes, en este caso el Estado, quiera tener una actitud más de fuerza y de control de la situación, que tiene algún temor de quedar en peores condiciones si decreta un alto el fuego que entonces sería bilateral. Pienso que en los momentos actuales, en los que se ha avanzado bastante en La Habana, el Gobierno podría arriesgarse a decretar un alto el fuego o bien podría proceder a lo que llamamos el desescalamiento del conflicto; sería un alto el fuego no formalizado. Se rebajan determinadas acciones ofensivas y eso rebaja mucho la presión militar y favorecería a que la marcha de las negociaciones en La Habana puedan ser más intensas y rápidas.Para el tema que ahora viene en la negociación, que es la dejación de armas, sería un apoyo importante. En ese sentido, recomendaría, partiendo del análisis de otros procesos, de intentarlo como mínimo. Si luego se ve que no funciona, pues se rompe el pacto y ya está. Desde que las Farc empezaron con el cese unilateral, las Fuerzas Militares han capturado a mandos medios de esa guerrilla, pero no se han registrado grandes operaciones ofensivas como bombardeos, ¿cómo analiza esto? Quizá está en marcha un criterio que me parece muy razonable, que es el de bajarle la intensidad al conflicto. Esto siempre es bueno, porque, entre otras cosas, garantiza la seguridad de la población civil, que siempre se ha visto afectada por los combates. Y apunta a la vía política de negociación, que con menos presión militar permitiría avanzar un poco más de prisa. ¿Qué es más beneficioso para el proceso de paz en estos momentos, un desescalamiento o un cese el fuego bilateral? Las dos cosas. Puede haber un desescalamiento como primer paso y, si esto funciona y nadie se aprovecha de esta circunstancia, pues el desescalamiento habrá sido la puerta de entrada a una decisión más formal y tampoco más difícil de tomar, de un alto el fuego bilateral. Este último siempre tendrá detractores que no estarán de acuerdo, que son sectores guerreristas que no han apostado por la paz.Según la Escuela de Paz de la que usted hace parte, ¿cómo se resolvió el tema del cese el fuego en los procesos de Sudáfrica, El Salvador e Irlanda del Norte? Más allá de estos tres casos, a nivel global lo que ocurre muchas veces es que el alto el fuego no se cumple, tampoco es un término mágico que lo soluciona todo. Por tanto, lo primero que hay que asegurar es que las partes toman esa decisión con seriedad y que están dispuestas a un cumplimiento estricto de la decisión del alto el fuego y, si es posible, alto el fuego más cese de hostilidades. Eso implica callar las armas, pero también no tomar rehenes, no secuestrar, no capturar, etc.El alto el fuego puede ser un desastre si no hay seriedad o puede ser un camino muy útil y provechoso cuando hay en medio una negociación en una etapa muy avanzada, que es el caso de Colombia. El Gobierno podría arriesgarse tomando este primer paso como prueba de que, si funciona un desescalamiento, nos vamos definitivamente al cese el fuego bilateral. Creo que todo el mundo lo podría entender, si las partes actúan de forma seria. ¿Cuáles cree que deben ser los principales retos para los diálogos de paz en este nuevo año?El primer desafío es acabar bien y con compromisos claros toda la cuestión de las víctimas, de las reparaciones y planificar para más adelante lo que será la etapa de reconciliación, que lleva muchísimos años. Para que la reconciliación puede existir, tiene que haber mucha verdad de parte de todas las partes que han intervenido en el conflicto, no solo de las Farc, también del Estado con todos sus aparatos, los militares, los políticos y los sectores económicos que apoyaron el paramilitarismo. Segundo, tienen que asumir cada cual sus responsabilidades. Tercero, tendrán que pedir un perdón real y sincero a la población civil víctima de este conflicto y luego, ver los mecanismos de reparación de lado y lado, porque antes de llamar a la comunidad internacional a que dé dinero a Colombia, tienen que ser los protagonistas del conflicto los que asuman económicamente su responsabilidad. Eso pasa por la definición del futuro judicial de los actores involucrados en el conflicto armado...Tiene que haber mucha verdad y reparación, y luego la justicia, si esto funciona, podrá ser más benevolente. Luego se verá cómo se resuelve este dilema clásico del realismo de las negociaciones que apuntan a una justicia benévola frente a la demanda y la presión de las víctimas y sectores de derechos humanos que reclaman medidas más punitivas. Esta segunda opción tiene el riesgo de que aborte completamente lo que es la negociación y, por tanto, el fin del conflicto armado. Es difícil, nadie sale ganando completamente, pero lo que hay que evitar es que el país en su conjunto pierda en este tipo de diálogos.¿Qué opinión le merecen los últimos anuncios del ELN en el sentido de que siguen dispuestos a hablar de paz con el Gobierno? Es una declaración esperanzadora y novedosa, por su claridad, y que ayudará a que tanto el Gobierno como el ELN concreten los puntos de su agenda, y puedan empezar lo antes posible una negociación formal. Estamos en unos momentos en que todos los actores tienen que tomar compromisos muy serios para terminar con la confrontación armada, y que todos juntos se pongan a la tarea de construir una Colombia más justa y democrática. Los planes de desarrollo nacional ya deberían contemplar el cumplimiento y el financiamiento de lo acordado en la mesa con las Farc, y en el futuro con el ELN.

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