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Esta cancha de la vereda La Cabaña fue el escenario del mayor enfrentamiento armado entre disidentes de las Farc. | Foto: Foto: Raúl Palacios / El País

FARC

Disidentes de las Farc y EPL mantienen en vilo a los habitantes de Suárez, Cauca

El pasado 8 de diciembre, seis personas fueron masacradas en las veredas La Cabaña y Agua Bonita en un enfrentamiento entre disidentes de las Farc y EPL.

19 de diciembre de 2017 Por: Andrés Felipe Carmona Barrero / Reportero de El País 

Hace diez días, Gloria*, una campesina que el 27 de octubre de 2004 presenció el asesinato de su esposo a manos de la guerrilla en el Guaviare, volvió a sentir la zozobra y el insomnio propio de la guerra que le arrebató a su ser querido.

Hace una semana, los caminos destapados que conectan las veredas La Cabaña, Agua Bonita, Robles y Olivares, jurisdicción de Suárez, Cauca, fueron el escenario de enfrentamientos a bala entre dos grupos armados ilegales: uno de disidentes de las Farc y otro denominado EPL. El saldo final: seis personas masacradas, una de ellas mujer.

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“Desde el 15 de noviembre del año pasado estoy viviendo con un hijo acá en Agua Bonita porque él compró un lote y gracias a Dios estamos cultivando frijol y café para vivir. Ese día (del ataque armado) yo había salido a almorzar y cuando estaba subiendo a la casa una sobrina me dijo que había dos muertos en Agua Bonita y Olivares, como pude entré a la casa y me cambié rápido para salir a ver qué pasaba, cuando en ese momento pasó esa gente armada y se prendió la balacera en La Cabaña (donde fueron hallados cuatro cadáveres)”, cuenta la mujer.

Gloria habla desde la escuela de la vereda que tras los enfrentamientos armados se ha convertido en zona de refugio durante el día para los pobladores por temor a quedar atrapados en medio de los choques armados entre los dos grupos por el narcotráfico.

“Yo lo único que le digo a las Farc y al Gobierno es que no queremos más violencia. Ellos dicen que estamos en paz, pero acá seguimos en guerra. Pase lo que pase, acá me muero, como me toque, porque eso es muy duro salir como desplazado a una ciudad para volver a comenzar”, relata la mujer al tiempo que recuerda los instantes en que su esposo fue asesinado, como paradoja de lo que vive actualmente. 

“Yo me estaba bañando y mi hija me dice: ‘mamá, mamá, van a matar a mi papá’. Yo salí envuelta en la toalla y cuando lo vi él ya estaba ‘chorriando’ sangre. Ahí lo terminaron de asesinar y cayó en mis pies, toda la comunidad escuchó la balacera. Amanecimos junto a mi hija y los otros niños”, expresa la mujer mientras en sus brazos sostiene los documentos que la acreditan como desplazada por la violencia.

“A mi esposo lo asesinaron porque la guerrilla pensaba que era un sapo que le estaba dando información al Ejército”, dice la señora mientras insiste en que no quiere presenciar guerra donde ya había encontrado paz.

Alias Pija, con un grupo de 30 disidentes de la antigua Columna Móvil Jacobo Arenas de las Farc, habría sido el autor de la masacre ocurrida el pasado 8 de diciembre, según una fuente militar.

‘Pija’ habría dirigido el ataque contra la estructura de ‘Juvenal’ y ‘El Burro’ que estaría conformada por 25 personas que hicieron parte de la extinta Compañía Miller Perdomo y que ahora se estarían identificando como EPL.

Una cancha múltiple de la vereda La Cabaña, a pocos minutos de la escuela de Agua Bonita, fue el lugar donde por 30 minutos los dos bandos se enfrentaron con armas largas.

Dolores*, residente del sector, dice que siente miedo de que en cualquier momento se pueda presentar otro enfrentamiento armado en su vereda.

“Nadie puede salir después de las 6:00 p.m. acá en La Cabaña, donde actualmente convivimos unas 70 familias, tampoco en otras partes de la zona rural. Solo en la cancha donde fue la balacera hay ocho casas, una de ellas tiene disparos en la fachada. Desde la parte alta disparaba la guerrilla, desde abajo hacia arriba disparaba el EPL”, cuenta la mujer.

La señora dice que hasta la forma de comunicarse en la zona ha cambiado por cuenta de los delincuentes. Los residentes de la vereda han dejado de hablar por celular por miedo a que las comunicaciones estén interceptadas y ahora acuden al WhatsApp.

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“Unas personas, que hacen parte de uno de esos grupos, nos dijeron que ellos son guerrilleros de las Farc y que habían vuelto al territorio que siempre les ha pertenecido y que entonces por acá en La Cabaña iban a permanecer, que tuviéramos cuidado”, expresa la mujer.

La fuente relata que los niños de la vereda, al otro día de los terribles hechos, recorrieron la cancha para recoger, en medio de su inocencia, casquillos o balas de fusil sin disparar que estaban esparcidas a los lados de la cancha de cemento.

Dos banderas blancas, una instalada en la parte baja y otra en una zona más alta, se ondean como enviando un mensaje de paz a los violentos que por estos días hacen presencia en el territorio en una disputa por el control del narcotráfico.

Las versiones de los habitantes de la zona rural de Suárez es que los exguerrilleros estarían “vestidos de camuflado y bota militar, mientras que las personas que dicen ser EPL están de civil. Pero acá nadie sabe quién es quién, ese es el miedo”.

Otro de los temores de la comunidad es que los grupos armados empiecen a desplazar las personas para ellos ocupar las viviendas.

Así lo dice Pedro*, residente en Agua Bonita: “yo soy nacido aquí, tengo el rancho aquí y si me voy pueda que cuando vuelva encuentre gente ahí metida. De noche, cuando estoy en la casa, me da miedo que pueda pasar eso”, dice el hombre.

El señor, de figura escuálida, sombrero vueltiao, poncho y machete, dice que quedó en medio de los enfrentamientos armados que los dos grupos iniciaron en la parte baja de la zona rural de Suárez.

“Yo iba por un sector que se llama ‘Tres Puentes’ cuando uno de ellos me dice que me tire al piso, eso hice. Yo creía que me iban a matar porque escuchaba el sonido de las balas. Como será que cuando me levanté estaba todo confundido, aturdido. Salí para más arriba y estaba lo mismo. Cuando llegue a ver los muertos yo pensé que ya todo había acabado, pero con unos vecinos nos tuvimos que tirar al piso porque había enfrentamientos”.

*Nombre cambiado por petición de la fuente.

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