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Diferentes sectores creen que diálogo con las Farc debe ser discreto y sin actores externos

Diferentes sectores sociales y políticos del país advierten que la mesa de diálogo debe manejarse con prudencia y evitar la interferencia de actores ajenos a quienes están negociando.

2 de septiembre de 2012 Por: Elpais.com.co | Redacción El País, Bogotá

Diferentes sectores sociales y políticos del país advierten que la mesa de diálogo debe manejarse con prudencia y evitar la interferencia de actores ajenos a quienes están negociando.

Los vientos de paz que comenzaron a soplar en el país, ya generaron una reacción en cadena de diversos sectores sociales y políticos que no quieren estar al margen del eventual proceso de diálogo que emprenderá oficialmente el Gobierno con la guerrilla de las Farc en Oslo (Noruega) el próximo 5 de octubre.Al romperse el hermetismo de los acercamientos de La Habana (Cuba), comenzaron las solicitudes de los indígenas, partidos políticos y diversos sectores de la sociedad, incluyendo los representantes de las víctimas, para hacer parte del proceso, porque dicen que tienen propuestas que deben ser escuchadas.Esta situación, a juicio de analistas, podría afectar los acercamientos para la construcción de una agenda, debido a que se repetiría la historia de la zona de despeje del Caguán en el mandato de Andrés Pastrana, cuando se vincularon más de 120 temas a los que se les quería dar solución y que provenían de diferentes sectores políticos, de los gremios y la sociedad.Como se recuerda, este proceso terminó afectado el 20 de febrero de 2002, día en que se levantó la mesa, se acabó con la zona de despeje y la guerrilla volvió a la selva más fortalecida militarmente.Es por esto que algunos sectores insisten en que los acercamientos deben hacerse de manera discreta, ya que para analistas como Alejandra Barrios, directora de la Misión de Observación Electoral (MOE) “en últimas lo que se quiere volver esto es una fiesta en la que muchos se quieren autoinvitar”.Ella es partidaria de que, por lo menos, la primera parte del proceso debe estar en el “resorte del Presidente” coincidiendo con lo dicho por el jefe Liberal, Simón Gaviria, quien sostuvo que por ahora “el que debe negociar es Juan Manuel Santos” y el Congreso sólo debe intervenir si va ser útil.La desmovilizada del M-19 y actual directora del Observatorio de Paz, Vera Grave, insiste en el tema de la prudencia, porque “los procesos se desgastan con tanta palabra, porque todo el mundo opina, todo el mundo quiere imponer su punto de vista y no puede ser así”.Si bien reconoce que el proceso se debe hacer con transparencia, invita a que haya “mucho cuidado”, porque las experiencias demostraron que hubo muchos temas pero nunca “se avanzó en lo fundamental”.Pero hay voces que se refieren a nombres que no les gustaría que intervinieran en el proceso, como lo manifestó el senador, Juan Lozano, cuando se refirió a la presencia del presidente venezolano Hugo Chávez.En este sentido, Lozano dejó claro que “no podemos depender de los buenos oficios de Hugo Chávez para un proceso de paz, pues eso afecta la soberanía nacional”.Pero no solo el nombre de Chávez causa resistencias. Un vocero, que prefiere el anonimato, comentó que si se abre la puerta se podrá afectar la agenda y enfatiza que los intentos anteriores han sido utilizados como trampolín de quienes quieren ser protagonistas.En concreto se refirió a la exsenadora Piedad Córdoba, quien ya pidió que Colombianos y Colombianas por la Paz, así como la Marcha Patriótica tengan asiento en la mesa. También habló del senador Juan Fernando Cristo, que quiere que los voceros de las víctimas sean escuchados, así como la presidenta del Polo Democrático, Clara López, quien aspira a que la izquierda diga “presente”. La ansiedad colectivaNo obstante a quienes claman hermetismo, existen los que insisten en que la sociedad no se puede dejar al margen.El exmagistrado, Eduardo Cifuentes considera que en el momento en que se conocen los acercamientos es inevitable que “se opine y sería muy extraño que no tuviera eco”.Por eso cree que lo ideal sería que el periodo previo para concretar la agenda “sea firme y corto, porque el país no aguanta un proceso largo”.Reconoce que esta situación ha dejado en evidencia que en el país existe “impaciencia por conocer los detalles, pero debe haber discreción”, sin embargo anota que en algún momento del proceso “se tiene que hacer de cara a la opinión pública”.El analista Lázaro Viveros es contundente sobre la suerte del proceso porque dice que es el Estado el que tiene que ver más con el tema, pero “a mí me dicen que yo no exijo a la guerrilla, pero yo como ciudadano debo exigirle al Estado”.Las medidasCon el rompimiento del hermetismo, en la semana se conocieron medidas para evitar interferencias.-En las sesiones participarán hasta 10 personas por delegación, de los cuales hasta 5 serán plenipotenciarios quienes llevarán la vocería respectiva. Cada delegación estará compuesta hasta por 30 representantes.-Se podrá realizar consultas a expertos sobre los temas de la Agenda.-Habrá informes periódicos.-Se establecerá un mecanismo para dar a conocer los avances. Las discusiones no se harán públicas.-Se implementará una estrategia de difusión eficaz.-Para garantizar la más amplia participación, se establecerá un mecanismo de recepción de propuestas sobre los puntos de la agenda de ciudadanos y organizaciones, por medios físicos o electrónicos. -Las conversaciones se darán bajo el principio que nada está acordado hasta que todo esté acordado.

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