María Teresa Valdés Tróchez iba a Popayán a hacer unas supuestas diligencias de Sicali el 4 de marzo, pero no se volvió a saber de ella.
Un halo de misterio rodea la desaparición de María Teresa Valdés Tróchez, ocurrida el pasado 4 de marzo, cuando supuestamente se dirigía a Popayán. La mujer, de 42 años, estudió fisioterapia en la Universidad del Valle y también administración de empresas. Primero trabajó en el Banco Davivienda y después fue jefe del archivo de Sicali, firma privada que tuvo a su cargo el recaudo de los impuestos de Cali desde febrero de 2005 hasta octubre de 2012. Al darse por terminado el contrato del Municipio con esta firma, María Teresa se vinculó como contratista de la Administración de Hacienda de Cali en 2013, 2014, 2015 y este año tenía contrato por seis meses (hasta junio). María Virginia Jordán, directora de Hacienda, dijo que aunque el Municipio le ganó la demanda a Sicali, ella siguió siendo contratista justamente para aprovechar la experiencia que tenía en el manejo del archivo, especialmente el de Villacolombia y agregó que muchas de las personas que trabajaban con dicha firma particular, son contratistas de Hacienda ahora. Lo poco que se sabe de la desaparecida es que es una persona de vida muy reservada, parca, de pocas palabras, por lo que son muy escasos los datos de su vida personal y familiar. Solo se sabe que apoyaba a su madre, Libia Tróchez, y a su hermano, quien sufre un trastorno mental. Era quien llevaba la carga de la casa, según informó su prima, Soledad Valdés, la única familiar que El País pudo contactar para averiguar sobre el caso. María Teresa estaba casada hace aproximadamente unos tres años con Andrés Pajoy, quien fue la persona que llamó a la mamá de ella el 7 de marzo para avisarle de la desaparición. Según el relato de la prima, el mismo 7 de marzo, después del mediodía, la mamá habría recibido otra llamada de Pajoy diciéndole que María Teresa ya había aparecido. Nos tranquilizamos un poco con eso, pero cuando salió el servicio social el 15 de marzo en 90 Minutos, anunciando su desaparición, nos dimos cuenta que no había vuelto, revela Soledad. Fernando Chávez, supervisor de Hacienda del Municipio, y jefe directo de la desaparecida, declaró que el 7 de marzo llamó a preguntar porqué ella no se había presentado a trabajar, pero no contestó el celular. El martes ya respondió un familiar que dijo ser su esposo y declaró que ella sufría quebrantos de salud, que estaba en una clínica de Popayán y que se iba a demorar unos días. Le pedí el favor de mandar la incapacidad, pero como no llegó, lo volví a llamar y repitió lo mismo, pero jamás mandó la incapacidad. Entonces nos apoyamos con la Secretaría de Gobierno para poner el caso en conocimiento del Gaula y de la Fiscalía, dijo Chávez. El País indagó por Pajoy con la familiar de la desaparecida, para conocer su testimonio, pero la respuesta fue que ellos saben poco del esposo y no han vuelto a tener comunicación con él. No sabemos dónde ni cómo lo conoció, el matrimonio fue muy íntimo y casi no teníamos contacto con él; no sabemos a qué se dedica, nos han dicho que era escolta, no sabemos de quién, solo que últimamente estaba desempleado, reveló Soledad. Tampoco conocen los detalles del viaje de María Teresa a Popayán. Aunque, señala Soledad, el esposo había indicado que ella iba a hacer unas diligencias de unos documentos de Sicali. Diligencias de las que se enteró la mamá después de la desaparición, porque la señora no sabía de ese supuesto viaje de su hija. Otros primos han tratado de indagar en la casa donde habitaron María Teresa y su esposo en Miraflores, pero está en remodelación, y en la de San Fernando Nuevo, donde se habían trasladado hace apenas un mes, tampoco dan razón. Diana Serna, una amiga de infancia, que estudió con ella en los colegios Stella Maris y La Sagrada Familia, dice que hace unos dos años la vio por última vez salir de la casa de la mamá, una señora a quien los que la conocen la definen como superdiscreta. Ahora, con esta situación, la señora está encerrada. Soledad lo justificó: La familia está muy hermética, la mamá y el hermano están muy angustiados, sufriendo una crisis nerviosa muy fuerte, no están en condiciones de hablar. La prima dice que el esposo reportó a María Teresa como desaparecida al Gaula de la Policía y a la Fiscalía, e igual diligencia hizo la mamá, pero no han tenido resultados. Un vocero del Gaula dijo que el proceso está en fase investigativa y por lo tanto es reserva. Fernando Chávez destaca que María Teresa es una persona muy responsable, meticulosa, dedicada y muy buena en el trabajo que hacía. Diana Serna la describe como una niña pila, superpila, impecable, virtuosa, buena gente, respetuosa, por eso me parece tan triste lo que está pasando. Estamos todos consternados, puntualizó.