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Debate por centro contra delincuencia en la capital del Valle

Creación de nuevo centro para la seguridad en Aguablanca, que estaría ubicado en una de las áreas de la estación de Policía Los Mangos, no convence a todos. En un mes este lugar estaría listo para iniciar lo que el Alcalde de Cali llama una de las mayores apuestas del gobierno local.

10 de octubre de 2010 Por: Redacción de El País

Creación de nuevo centro para la seguridad en Aguablanca, que estaría ubicado en una de las áreas de la estación de Policía Los Mangos, no convence a todos. En un mes este lugar estaría listo para iniciar lo que el Alcalde de Cali llama una de las mayores apuestas del gobierno local.

Diagnóstico: 525 homicidios este año. En promedio dos cada día: el 50% del total de casos que se registran en toda la ciudad. Dicen que la enfermedad es intolerancia social y los ‘pacientes’ a ‘curar’ son cerca de 280 jóvenes que pertenecen a las más de 40 pandillas que delinquen en el Distrito de Aguablanca. Las autoridades aseguran tener el remedio para este mal: crear en esta zona un Centro de Integración para la Seguridad Ciudadana que, con esfuerzos en seguridad, justicia y proyectos sociales, combata el ‘virus’ de la violencia que se pasea por las calles del sector. La fórmula viene del presidente Juan Manuel Santos, quien la semana pasada, en su visita a la capital del Valle, anunció la adecuación de este centro, que estaría ubicado en una de las áreas de la estación de Policía Los Mangos.Aunque hoy el sitio destinado para el proyecto luce casi como un edificio a punto de venirse al suelo, el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, insiste en que en un mes este lugar estaría listo para iniciar lo que él llama una de las mayores apuestas del gobierno local y nacional para frenar la delincuencia. El sitio elegido corresponde a un área de unos 30 metros de ancho y otros 60 de largo, donde hasta ahora se ubicaban los casilleros de los patrulleros. Un espacio limitado, pero que consideran suficiente para adecuar a los cerca de 20 funcionarios de las diferentes entidades que participarán en esta estrategia.“Lo que se busca es crear un sitio donde todas las entidades se unan para trabajar políticas de seguridad. Que, además de la Fiscalía, contemos con el CTI, el Ejército, el DAS, la Defensoría del Pueblo, la Personería, el Instituto de Bienestar Familiar, el Sena y en general todas las secretarías: Gobierno, Salud, Deporte, Educación. Así se hace un trabajo de sanción de los delitos y de prevención”, explicó Ospina.El comandante de la estación de policía de Aguablanca, coronel John Jairo Rodríguez, explica que la idea es que los organismos judiciales, sociales y de seguridad miren los puntos con más problemas de la zona e inicien los proyectos. “Por ejemplo personal de la fuerza pública y el Ejército detectan que en tal esquina de una comuna hay un serio problema de pandillas, entonces en el centro se reune con el Icbf para definir cómo se tratará a los menores infractores, también habla con la Secretaría de Educación acerca de alternativas de estudio para ellos e incluso con la Secretaría de Salud para abordar el tema del consumo de estupefacientes y así tratar el problema desde todos los campos”. El coronel Rodríguez confía en que en 30 días se dé inicio a este plan. Por el momento se requieren $100 millones para adecuar el espacio, pues está muy deteriorado. El Gobierno local anunció su compromiso para destinar los recursos. Preocupan casas de justiciaEn la comuna 13 de Medellín ya se probó esta estrategia de intervención integral. Desde el pasado 14 de agosto en uno de los pisos de la Casa de Justicia de este sector de la capital antioqueña los organismos judiciales y de seguridad generan proyectos para detener el mar de criminalidad derramado por bandas del narcotráfico. Las cifras demuestran que lo han logrado: los homicidios se han reducido en un 62%, según cuenta el secretario de Gobierno de esa ciudad, Felipe Palau. Pero en Cali algunos sectores temen que este centro de formación entorpezca la labor que se adelanta en la Casa de Justicia de Aguablanca, que sería vecina de este centro y que hace quince años se fundó con “las mismas promesas” de la nueva propuesta.“No entiendo cómo pretenden hacer un sitio para perseguir el delito justo a una cuadra de una casa de justicia que busca la resolución del conflicto con conciliación. Me parece peligroso el tema porque entonces estaríamos hablando de un cuartel de operación para la guerra contra la delincuencia y así no se está trabajando en la zona”, declaró Helmer Montaña, ex fiscal de Aguablanca.El fiscal de menores, Henry Díaz, coincide con esta preocupación. “En vez de acercar a la comunidad para resolver los problemas sociales que generan violencia los van a alejar y pueden crear un rechazo ante las instituciones. Díaz teme que la ciudadanía malinterprete la presencia del Ejército. “La comunidad podría ver el centro como un enemigo”.Actualmente la Casa de Justicia cuenta con una comisaría de familia, inspección de Policía, jueces de paz, sicólogos, consejeros familiares, delegados de Medicina Legal y jóvenes mediadores, que al mes atienden unos 4.000 casos de violencia.Sin embargo, la coordinadora de la Casa de Justicia, Yazmín Rodríguez, considera que a pesar de que se habla de dos estrategias distintas, la integración de otras entidades de seguridad y control, sería una arma para combatir la inseguridad. “Ojalá la llegada de este nuevo centro permita tener más recursos para trabajar juntos en proyectos sociales, en generación de oportunidades para la comunidad”, indicó Rodríguez.Y eso es lo que esperan los ciudadanos. Aunque en la mayoría de los habitantes del sector desconocen el objetivo de este nuevo proyecto, cuando se les pregunta acerca el tema, todos coinciden en que debería contribuir a mejorar la seguridad. “Yo no sé qué quieren hacer aquí, porque nadie a venido a contarnos bien el rollo. Hasta ahora la Casa de Justicia ha sido un gran apoyo para denuncias. Esperamos que el nuevo centro traiga nuevas oportunidades principalmente para los jóvenes”, dice Elvira Posso, habitante del la zona. Las autoridades insisten en que el centro de integración le daría una buena mano a la labor que se desarrolla la Fiscalía en el oriente de Cali. “Actualmente en la casa de justicia hay una atención primaria: recibir casos e iniciar procesos. Lo que buscamos con el centro integral de seguridad es tener la capacidad de reaccionar de manera inmediata frente a eventos específicos como por ejemplo si se requiere un allanamiento, tener listo al DAS o contar con el Sena si hay mucha demanda para capacitar a los jóvenes”, señaló Fortunato García, subsecretario de Policía y Justicia.La nueva estrategia estaría enfocada no sólo a recibir las quejas de los ciudadanos, sino a realizar operativos para perseguir el delito es esta zona de la ciudad. “No somos paisas”La idea de aplicar en la capital del Valle un modelo de seguridad diseñado para Medellín, podría ser inconveniente, según lo perciben algunos sectores de la ciudad. María Isabel Gutiérrez, directora de Cisalva, cree que este proyecto no es la “panacea paisa”. “Cali y Medellín tienen culturas diferentes y su historia de criminalidad también lo es. No conozco muy bien la propuesta del centro, pero estoy segura de que debe responder a las necesidades de Cali y no a un modelo que se adoptó en una ciudad con otra realidad”. Gutiérrez recuerda que la incidencia del problema quizá sea la mayor diferencia. “Nosotros no tenemos un aumento en los homicidios. Hemos mantenido los niveles del año pasado y partiendo de allí no podemos compararnos con Medellín”. Y es que esta ciudad la decisión de crear un centro se tomó en un Consejo de Seguridad luego de conocerse que entre julio y agosto del presente año se recrudeció la violencia en la comuna 13. Medicina Legal dice que ocurrieron 139 homicidios. La ciudad tenía una tasa de 108 asesinatos por cada 100 mil habitantes, tres veces más alta que el promedio nacional. Aunque el comandante de la Policía Metropolitana de Cali, general Miguel Angel Bojacá, apoya la propuesta también reconoce que esta historia de violencia nace con acentos opuestos. “En Medellín hay un crimen organizado: diferentes bandas trabajan para una cabeza del narcotráfico. Y en Cali vemos es un crimen por intolerancia social: nadie trabaja para una cabeza específica. Simplemente hay grupos de sicarios que se venden al mejor postor. Las estrategias tienen que ser diferentes”, dice Bojacá. El General explica que el 60% de los homicidios que se cometen en el oriente de Cali, comunas 13, 14, 15, 16 y 21, se originan en riñas. “Entonces el centro de integración para la seguridad tendrá que enfocarse en programas sociales para cambiar la mentalidad de los ciudadanos”.“En Medellín funcionó”Más de 300 jóvenes participando en escuelas populares de deporte y cultura, otros 130 atendidos en programas de convivencia y un total de 87 capturas a delincuentes son algunos de los resultados que ha obtenido el Centro Integrado de Intervención para la Seguridad en Medellín, creado el pasado 18 de agosto.El gerente del lugar, Alberto Grisales, explicó a El País que estos logros obedecen al trabajo conjunto que ha realizado “la policía comunitaria y de adolescencia, la Sijín, la Dijín, la Fiscalía, el Icbf, la Defensoría, la Personería, el Sena y todos los entes judiciales y sociales que han permitido una comunicación entre la comunidad y las autoridades”. Grisales recuerda que las cifras defienden la estrategia: en el mes de septiembre del 2009 se registraron en la comuna 13 un total de 21 homicidios y para el mismo periodo de este año los casos descendieron a diez. “Creo que Cali puede adecuar el modelo a la realidad de su violencia y así logrará buenos resultados”.

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