El pais
SUSCRÍBETE

Conozca la odisea de recuperar las tierras arrebatadas por los narcos

Con amenazas y asesinatos, capos se adueñaron de grandes extensiones de tierra. Jueces de Restitución han devuelto 12 predios.

11 de octubre de 2015 Por: Redacción de El País.

Con amenazas y asesinatos, capos se adueñaron de grandes extensiones de tierra. Jueces de Restitución han devuelto 12 predios.

[[nid:472030;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/10/ep001033903.jpg;full;{Los Bernal y los Valencia retornaron a sus tierras después de 25 años de haberlas perdido a manos del narcotráfico. El País acompaño a la Unidad de Restitución de Tierras a la entrega de los predios ubicados en Ceilán, Bugalagrande, y que hacen parte de la hacienda 'La Magdalena' extinta propiedad del 'Clan Urdinola Henao'.Fotos: Jorge Orozco}]]

En 1989, después que su padre muriera en un accidente de tránsito, Carlos Ceballos quedó al frente de la finca La Porfiria, en Riofrío.El predio, donde pastaban varias cabezas de ganado y se sembraba plátano, banano, frijol y maíz, lindaba con la finca Villa Paola,  propiedad de Henry Loaiza, alias El Alacrán, reconocido como uno de los jefes del Cartel del Norte del Valle.   Loaiza, cuyo poder se extendía por los municipios de Trujillo, Riofrío, Tuluá,  empezó por esa época a codiciar las 112 hectáreas de La Porfiria. Entonces, varios hombres armados empezaron a llegar hasta la casa donde vivía Carlos a intentar convencerlo de vender los terrenos. Él y sus hermanos rechazaron en muchas ocasiones las ofertas, diciendo que les era imposible dejar los predios donde habían crecido y de los cuales dependían para vivir.  Ante tantas negativas recibidas, ‘El Alacrán’ perdió la paciencia. “Un día llegaron por mi, me llevaron hasta una oficina en Cali y me secuestraron durante ocho días. Por miedo a las amenazas, toda la familia tuvo que aceptar la venta”, cuenta Carlos, quien abandonó su tierra y se fue a vivir a Medellín. En el 2013 conoció de la Ley de Restitución de Tierras e interpuso una solicitud de restitución. En abril del año pasado, se  convirtió en uno de los 199 campesinos que por orden de un Juez, recuperó sus terrenos en el Valle del Cauca. “Yo siempre quise volver a mi tierra. Después de que me sacaron, me escabullía de noche solo para verla a lo lejos. Me escondía entre los matorrales y veía siempre mucho movimiento en el mirador”, recuerda.“Cuando volví, la casa de mi familia estaba en ruinas, la trocha para entrar al predio y los terrenos  de siembra estaban cubiertos de  maleza. Uno caminaba y se encontraba con víboras recorriendo el camino, y como si fuera poco, también se veían muchos alacranes”, dice. Tras un año de haber tomado posesión de La Porfiria, Carlos Ceballos empezó de nuevo a trabajar la tierra. Esta vez cultivó tomate,  sandia, cebolla y cilantro. Sin embargo, Carlos cuenta que a las pocas semanas de haberse instalado en su finca, varios hombres armados volvieron a visitarlo. “Han llegado hombres a caballo, armados con pistolas para decirnos que corramos los linderos. Otros llegan de noche, entran las camionetas hasta el mirador y sin decir nada se van. Yo no quiero problemas con nadie, estoy muy feliz de estar en mi tierra y buscar pelea es lo último que deseo”, asegura. Sergio Rodríguez, director  de la Unidad de Restitución de Tierras territorial del Valle del Cauca, afirma que “de las 2877 solicitudes recibidas, el 70 % son de fincas que fueron abandonadas por miedo a los enfrentamientos que se libraban entre las Farc y las AUC.  El otro 30%, corresponde a terrenos despojados mediante coacción, intimidación o violencia, donde los victimarios principales fueron los narcotraficantes”.  Durante años, la forma en que los narcos del Valle despojaron a los campesinos de sus tierras siempre fue la misma. Tanto Wílber Alirio Varela, ‘Jabón’, como Diego León Montoya,  ‘Don Diego’,  y Henry Loaiza ‘El Alacrán’,  ofrecían primero comprar los predios, luego, ante las primeras negativas, empezaban una campaña de terror con extorsiones,  amenazas y hasta asesinatos. Una vez la familia se encontraba doblegada, los capos compraban los predios por una fracción de su precio real, suma que en muchas ocasiones nunca llegó a pagarse. Los capos mencionados, según las solicitudes que aparecen en la Oficina de Restitución, despojaron predios de familias en Bugalagrande, Buga, Riofrío y Zarzal.  Los Rodríguez Orejuela despojaron cinco predios en el sur de Cali. En los tres años que lleva la Ley de Restitución de Tierras, en el Valle han fallado seis sentencias de doce  bienes que habían sido despojados por narcotraficantes. “Muchos de esos predios adquiridos mediante el ejercicio de la violencia, eran englobados bajo una sola matrícula, con un solo nombre. En el caso de ‘El Alacrán’ toda esa tierra pasó a formar parte de su hacienda Villa Paola, estrategia que se replicó en Bugalagrande, donde 17 predios fueron englobados bajo el nombre de ‘La Magdalena’”, explica Sergio Rodríguez. En Ceilán dicen que el día en que su padre murió, Fernando Marulanda se prometió que la hacienda La Magdalena, iba a llegar hasta la entrada de ese corregimiento. La finca, que originalmente tenía una extensión de 400 hectáreas,   llegó a alcanzar las 1036, terreno que equivale a cinco veredas del corregimiento de Ceilán. ‘Marulo’, socio de los esposos Iván Urdinola (jefe del Cartel del Norte del Valle) y Lorena Henao, quería sumar más hectáreas a la hacienda para que sirviera de fortín a ese cartel del narcotráfico. Algunas de esas tierras fueron adquiridas a nombre de ‘Marulo’ y otras a nombre de la Sociedad Agroinversora Urdinola S.C.S., que al final, se quedó con toda la hacienda La Magdalena. “El tema de la adquisición de tierras es un acto cultural. En las zonas rurales del país, poseer grandes cantidades de tierra es símbolo  de estatus, de poder”, explica Gustavo Duncan, politólogo experto en temas de narcotráfico, construcción del Estado y conflicto armado en Colombia. “Muchas de las tierras adquiridas por los narcotraficantes servían al propósito de almacenar drogas, dinero, armas, además de prestarse para cometer ajusticiamientos o asesinatos selectivos”, reflexiona Duncan. Nicolás Bernal, una de las víctimas de despojo de ‘Marulo’, recuerda que “a la finca bajaban hombres armados a cobrarle la vacuna a mi papá, pero él nunca pagó un solo peso”.  “Luego él murió de cáncer y mi mamá quedó sola con nosotros. Desde ahí los ‘boleteos’ se volvieron más duros y frecuentes. Ella no quería dejar la tierra, pero un día pasó algo que la hizo reconsiderar”, recuerda.Una tarde, mientras se encontraba trabajando en la finca familiar, Elver, uno de los diez hermanos Bernal, fue asesinado.  “A mi mamá le dijeron que reconsiderara. -Dios no quiera que lo que pasó con Elver pase con más de sus hijos-. Entonces, en 1990 firmamos los papeles, nos pagaron la mitad del dinero que había sido pactado, y el resto nunca apareció”, cuenta Nicolás, quien junto a siete familias más, reclamaron ante la URT, la restitución de 17 predios que fueron arrebatados  por ‘Marulo’ y el matrimonio Urdinola Henao, en la década de los 90. Esta semana, la familia Bernal y la familia Valencia, quienes fueron obligadas  a vender sus tierras, acudieron en compañía de la URT a recibir  cinco predios, que por disposición del Juez Primero Civil del Circuito Especializado de Restitución de Tierras volvían a su poder.   Sin embargo, solamente se dio la entrega de uno de ellos, debido a que los otros cuatro estaban ocupados. “Una vez más volvimos a sentirnos víctimas. Hoy, a pesar que legalmente las tierras vuelven a nosotros, no podemos tomar posesión de ellas. Me hicieron reunir a mi familia para el acto, y sin embargo, nada se dio”, cuenta Nicolás, quien dice que la Jueza promiscua de Bugalagrande, le dio a los ocupantes un plazo de dos meses para abandonar sus predios. La URT en el ValleHasta septiembre de 2015,  la URT había restituido 4.837 hectáreas  a través de 162 fallos judiciales.De igual manera, se resolvieron 263 casos y se devolvieron 199 predios.30 predios se han restituido en el municipio de Bolivar; 32 en Bugalagrande; 52 en Trujillo; 21 en Riofrío;  12 en Tuluá; 12 en Guadalajara de Buga; 6 en Cali, 6 en el Dovio; 1 en Jamundí y otro más en Sevilla.   786 víctimas de despojo han sido beneficiadas en los  años que lleva funcionado la Ley de Restitución de Tierras.La URT reconoce como principales victimarios a las Farc, el ELN, las AUC,las Bacrim y los carteles del narcotráfico del Valle. 

 

AHORA EN Judicial