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Con 'Rodolfo', un muñeco, el mayor Solórzano sobrellevó el secuestro

El mayor Guillermo Solórzano relató que durante un año no pudo hablar con nadie, como un castigo de las Farc. Dijo que el secuestro le ayudó a reflexionar sobre su vida.

18 de febrero de 2011 Por: elpais.com.co

El mayor Guillermo Solórzano relató que durante un año no pudo hablar con nadie, como un castigo de las Farc. Dijo que el secuestro le ayudó a reflexionar sobre su vida.

Para sobrevivir a la dureza del secuestro y no enloquecer, el mayor de la Policía Guillermo Solórzano inventó un muñeco al que llamó 'Rodolfito' y que se convirtió en su amigo y compañía. En un conmovedor relato dado a Caracol Radio, el oficial contó que durante un año completo no pudo hablar con nadie, entonces recordó que su hija tenía un amigo imaginario llamado 'Rodolfito'. Fue así como tomó un uniforme y lo llenó de trapos y le dibujó una cara triste y cadenas en el cuello. Jugaba parqués y ajedrez con él, lo ponía a escuchar las historias de Diana Uribe a través de Caracol Radio. Le hablaba que debían comer garbanzos, fríjoles o lentejas. Esta era la manera para no afectarse sicológicamente y sentir que había otra persona en sus mismas condiciones que lo entendía. "No podía hablar con nadie, ese era el castigo, con el muñeco me adapté a las circunstancias y decidí luchar, soportando las cadenas, ese dolor, no sumiso, sino que asumiendo todo con dignidad y confiando en Dios". Tras un intento de fuga, los guerrilleros le pusieron cadenas en el tobillo y en el cuello a Solórzano. Además tres hombres lo vigilaban. Relató que al principio ni él mismo se creía la estrategia del amigo imaginario, pero con el pasar de los días llegó a encariñarse con él e incluso a abrazarlo. De hecho recordó la película 'El naufrago' de Tom Hanks. "Bueno Rodolfo nos tocó marchar", le decía Solórzano cuando los insurgentes se lo llevaban de caminata. Le decía que ambos iban a salir del cautiverio y le presentaría a su familia. Hace una semana las Farc le quitaron el muñeco, por lo que el policía prefirió destruirlo. "Era una estrategia que tenemos que implementar para podernos mantener equilibrado", añadió el oficial.Las circunstancias cambiaron cuando el cabo del Ejército Salín Sanmiguel fue llevado al lugar donde estaba Solórzano. "Cuando lo vi quería abrazarlo, él se sorprendió porque estaba asustado, nos volvimos muy amigos, dibujabámos en cuadernos, fue una combinación para poder salir adelante". El oficial señaló que el libro escrito por el asesinado Guillermo Gaviria lo afectó mucho. "Si ha de morir que sea luchando por mi libertad", se decía él mismo. Escuchar a las 4:00 a.m. a su familia a través de Voces del Secuestro le daba fuerzas. "A mi amada madre que era la que llevaba la parte más pesada de la cruz". Manifestó que una de las lecciones que le dejó el secuestro fue: "en las circunstancias difíciles el ser humano es probado en determinado momento para limpiar su corazón, somos desintoxicados en un momento de la vida. Tuve muchas equivocaciones y eso me sirvió para evaluar, dar prioridades y organizar mi vida personal, mi esposa, mi familia, mias familias". Añadió que quiere olvidar este episodio de su vida y continuar con su trabajo en la institución. Escuche el relato completo del mayor Solórzano:

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