Colombia alcanzó un penoso récord: 10.001 víctimas por las minas 'antipersonas'

Son tantas las personas que en Colombia han caído en minas antipersonal, que para haberlas atendido al tiempo se habrían necesitado diez hospitales como el HUV. Cifras para no olvidar.

Desde 1990 a la fecha, un total de 10.001 personas han sido víctimas en Colombia de minas antipersonal (MAP), municiones sin explotar (Muse) y artefactos explosivos improvisados (AEI). Así lo revelaron la Vicepresidencia de la República y el Programa Presidencial para la Acción Integral contra las Minas Antipersonal, Paicma.Según el vicepresidente, Angelino Garzón, "todos ellos, todas las víctimas de este flagelo tienen sueños, esperanzas y ganas de seguir adelante. Todos son ejemplos de vida, de superación, de fuerza y de coraje. 10 mil colombianos y familias por quienes debemos seguir trabajando a diario, 10 mil sueños que queremos reconstruir y muchas esperanzas puestas en un futuro sin más víctimas, sin más violencia y sin más guerra".Conozca las cifras que rodean este drama, que ya ha afectado a miles de colombianos en las últimas dos décadas:310 víctimas se contabilizan este año en Colombia: 179 militares, 131 civiles. Entre ellos, 34 menores de edad. Durante el 2011, el número total de víctimas fue 549; 8 casos más que en el año 2010.3 Con las víctimas que se registran, el país alcanzó una posición penosa: es la tercera nación con mayor número de minas instaladas, sólo por debajo de Camboya y Afganistán. 20 En lo que va corrido del año en el Cauca ya se cuentan 31 casos. Jambaló es el municipio más afectado con 20 víctimas. El Cauca, sin embargo, no es el departamento con más número de minas sembradas. Primero están Antioquia, Meta, Caquetá, Norte de Santander y Nariño.10 militares que patrullaban el Valle del Cauca cayeron este año en minas. De acuerdo con fuentes del Ejército, entre las zonas con más problemas están la parte alta de Pradera y Florida y los límites con el Cauca.1 De acuerdo con Mario González, director de la Fundación Víctimas de Minas Antipersonas, Vicma, aunque Colombia es el tercer país en número de artefactos instalados, es el primero en víctimas. En promedio, cada día dos personas resultan heridas o muertas en alguna parte del territorio nacional.968 Desde 1990 hasta hoy, 968 menores de edad pisaron una mina sembrada en algún rincón de Colombia. El 21%, de esos pequeños eran niñas. El 78%, niños. Y hay un 10% del que fue imposible tener datos por el estado en que quedaron: 216 murieron. Entre los 34 menores afectados este año hay 14 niñas y 20 niños. 11 de ellos no pudieron sobrevivir al estallido.166 Sólo entre 2006 y 2001, 166 erradicadores manuales pisaron minas. 5, en el Cauca. Las Farc las siembran en medio de los cultivos de coca con que se financian.10 Según cálculos de un técnico antiexplosivos, las Farc tardan diez minutos instalando una mina antipersona; los materiales para esa mina les cuestan cinco mil pesos. De acuerdo con el general Sergio Mantilla, lo mínimo que se gasta el Estado en la rehabilitación de un soldado herido, incluyendo cirugías, hospitalización, prótesis, terapias con fisioterapeutas y sicólogos, son $150 millones. En algunos casos, dependiendo de la gravedad, ese costo puede superar los $210 millones.11 En 2011, 11 militares fueron alcanzados por minas en el Valle. Edilso Rueda, promotor de la organización Colombia sin Minas, dice que la mayoría de artefactos que hay sembrados en el país son puestos por las Farc.31 de los 32 departamentos colombianos están minados. Sólo San Andrés se salva de estos artefactos, que los expertos antiexplosivos pueden tardar hasta 8 horas desactivando.70 En la Tercera Brigada del Ejército, al sur de Cali, funciona desde hace un año y medio la Sala de Rehabilitación del Hospital Militar Regional de Occidente. Allí son atendidos 70 pacientes al día que se recuperan de sus heridas.400 El laboratorio Gilete, una fábrica de prótesis que funciona en Bogotá, fabricó entre mayo del 2010 y mayo del 2011, 400 prótesis para el Ejército. En algunos casos, fue para reemplazar viejas piezas.El recuerdo de un hombre caídoEs un hombre de estatura mediana. Su piel es blanca. La espalda ancha. Fue cabo segundo del Batallón de Contraguerrilla Número 31. Se llama Robinson Lotero. Recuerda un episodio en el 2010 en que uno de sus soldados perdió una pierna y la visión, por una mina. Fue en zona rural de San Antonio de los Micos, Tolima. Después de diez días adentro de la selva pudieron salir a un llanura pequeña. Caminaban lentamente, cansados por la oscuridad de los días pasados. Luego oyeron la explosión, se lanzaron al suelo, confusos. Podía ser un ataque guerrillero. Hubo un silencio y luego los gritos: el soldado herido pedía que le quitaran las botas. “No se me olvidan sus palabras”, cuenta Robinson. A su soldado le ardían los pies, pero ya no los tenía. Los seguía sintiendo pero no estaban. Uno de sus ojos había sido destruido por una esquirla. Dos horas después un helicóptero sacó al herido. Se había casado tres semanas antes y tenía una hija.